Del rey abajo

Por LUIS GRAU LOBO.— «O el rey es absoluto, divino, y está sancionado por una instancia que está fuera del mundo, que lo sobrepasa, por aquello que es sagrado e inmutable, etcétera, etcétera… o no es más que un ciudadano con unos privilegios de sangre insufribles, inexplicables y vergonzosos en nuestro siglo, en nuestro derecho, en nuestra moral colectiva».