«La flor del verano». Maurice Blanchard

Maurice Blanchard.
Maurice Blanchard.

El pasado 21 de marzo de 2016, Día Mundial de la Poesía, iniciamos en TAM TAM PRESS una nueva sección de poesía antológica, denominada «LOS POEMAS COLGADOS» *, con textos de poetas muertos escogidos por Ildefonso Rodríguez y Eloísa Otero. El segundo autor que llega a esta sección es el ingeniero aeronáutico y poeta francés ligado al surrealismo Maurice Blanchard (Montdidier, 1890 –1960), de quien se ha escogido el poema titulado «La flor del verano», en versión castellana de Ildefonso Rodríguez.

Una calle de Montdidier, su localidad natal, conmemora el nombre de Maurice Blanchard.
Una calle de Montdidier, su localidad natal, conmemora el nombre de Maurice Blanchard.

LA FLOR DEL VERANO

La bestia, herida, vino a morir a mis pies. Yo caminaba por las tierras sembradas y ya reverdecidas, y me extrañaba que un color tan puro y tan fresco hubiera podido nacer en la superficie de un mundo horrible que los poderosos aprietan con sus manos crispadas, apestando a sangre de otros y apestando al jugo de su propia corrupción.

Caminaba por las tierras del trigo, por las tierras de terciopelos que se extienden interminablemente hacia el Norte. Los días crecían y yo me alzaba a la altura de los días.

El sol escupía sus llamas siempre más pesadas, siempre más insolentes, y yo insultaba al sol y también a los humanos que iban por los caminos. Seguí mi peregrinaje por el país de los ausentes.

Una tarde de junio, me acosté en la tierra fértil y sólida, mil y mil veces arada, quebré algunas flores del campo: acianos, amapolas, ¡qué frágiles son estas flores!

Son silenciosas y frágiles, y sus colores de inmediato apagados por la muerte.

¡Que así sea para mí mismo y para los que yo quiero!

MAURICE BLANCHARD
(Versión de Ildefonso Rodríguez)

Acianos, centeno y amapolas. © Fotografía de Piotr Kamionka (123rf.com, fotografías libres de derechos)
Acianos, centeno y amapolas. © Fotografía de Piotr Kamionka (123rf.com, fotografías libres de derechos)

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* «LOS POEMAS COLGADOS»

NOTA de Eloísa Otero e Ildefonso Rodríguez: Esta sección quiere ser una Miniantología (que puede alargarse hasta donde nos den las fuerzas y las ganas). Un doble criterio nos guiará: El primero, serán poemas que los autores no podrían colgar por sí mismos, por ser ya de aquellos que Joyce sin más llamó fantasmas (“… alguien que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres”). O por decirlo con Quevedo, en nuestra Miniantología viviremos “en conversación con los difuntos”. Y segundo: nuestros propios gustos, que ojalá sepan recoger el hermoso Babel de lenguas de la poesía, la Gran Republicana.

1 Comments

  1. ¡Ole! Magnífica idea. Es hora que se conozca por aquí a este gran poeta, apenas reconocido en Francia. «Nul n’est prophète en son pays.»

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