Un museo para no echar gota

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Por SERGIO JORGE

Dice alguno de los carteles expuestos en el Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo que ni los ricos ni los pobres se libran de visitar el baño en más de una ocasión al día. Quizá por eso, por ser un objeto de uso muy íntimo pero a la vez popular, el mirobrigense José María del Arco comenzó a coleccionar tan noble sustituto del servicio (o de la calle, cuadra, corral… según el tiempo al que nos refiramos).

Y una vez que reunió una buena cantidad de ellos (ahora son más de 1.300), comenzó a exhibirlos en algunas exposiciones, que finalmente dieron como resultado el único Museo del Orinal que hay en España, localizado en el casco histórico de la ciudad salmantina, frente a la catedral rodericense.

La diversidad con la que se encuentra el visitante es abrumadora: hay orinales creados desde el siglo XIII al XX; de materiales tan dispares como la cerámica, el cobre o el cristal, además del oro y la plata; de tamaños que abarcan desde bacines de medio metro hasta algunos que entran en casas de muñecas; y originarios de hasta 27 países.

Pesetos, como era conocido Del Arco, falleció en 2011 en Astorga mientras hacía el Camino de Santiago. Pero tuvo suficiente tiempo para crear una de las colecciones más originales que se conocen en España. No sólo orinales la conforman, sino que también se pueden encontrar desde bacinillas de uso médico hasta escupideras.

Eso sí, todo el material está ordenado y dispuesto para que el público pueda admirarlo e incluso conocer las peculiaridades de algunas piezas. Pero no para utilizarlos bajo ningún concepto…

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