AULLIDOS DEL PÁJARO

Juan Carlos Pajares (2014). © Fotografía de Jr Vega.
Juan Carlos Pajares (el Pájaro). © Fotografía de Jr Vega (2014).

Por JUAN CARLOS PAJARES

Presentación de «Poética del desamparo» el 3 de febrero de 2017 en León. Haz un click…
Portada del libro editado por Eolas.

‘Corner of the silenced
(Un año en TAM TAM PRESS)’
,
un libro de Juan Carlos Pajares

— — —
2020
— — —

“Todos señalaban hacia el Este, asolaban los supermercados, vientos de conspiraciones que venían del Este, panem et wifi y papel higiénico de doble capa, ajenos a décadas de ascenso de los termómetros, desde los balcones miraban hacia el Este, sic transit gloria mundi, y las tierras, los bosques y los océanos esquilmados, de hito en hito, mirando hacia el Este, porque habían perdido ya irremisiblemente el Norte.”

— — —

«Qué extraño no abrazarnos, no sentir el tacto de otras manos, no mirarnos a los ojos frente a frente, muy cerca y qué lejos las risas y los besos. Qué extraño no poder vernos, pero aún más extraño suponernos heraldos del contagio, o que seáis el correo oscuro de las malas noticias para mi sangre. Pegados al cristal de las ventanas vemos la ciudad deshilachada, algunos pájaros, las calles que nos pertenecieron, el aire que anuncia implacable la inhumana prohibición de los afectos.»

— — —

“Y cuando vieron que Dios no estaba, se repartieron equitativamente el Paraíso».

— — —

«Me confió un acebo, sin espacio ya para prosperar en aquel rinconcito de su terraza. Lo planté en la parte de atrás de la casa, aún patio yermo, cuajado de piedras, donde esos frutos rojos deslumbraban como gemas, anuncios de un futuro feraz. El único temporal de este invierno, la copiosa nevada, ese viento colérico que viene de Aralla, lo partió en dos. Así caminamos hoy, mi querido Miguel, con tus flores imposibles, cuajadas de espinas, bellas y necesarias en la solapa, deshilachados, quebrados los corazones, desamparados, con el obligado y triste oficio de sobrevivirte».
(A Miguel Escanciano. In Memoriam)

— — —
2019
— — —

“Tan empecinados y conjurados en adelantar la hora del exclusivo reloj de ‘su’ república, que atrasaron en años el de nuestra renqueante democracia”.

— — —
2018
— — —

«Cerró los ojos y comenzaron las embestidas. Quiso ser cerrojo, planeta, grano de arena, jardín oculto; cuchillos de carne profanando cada pulso ingrávido de ese cuerpo que ya no le parecía suyo. Y cuando cesaron las embestidas vinieron las palabras, consentimiento, jolgorio, aquiescencia; palabras como pudor, pasividad, sometimiento y siguieron las palabras arremetiendo,  asimetría,  abuso,  prevalimiento  y, así, otra vez, agazapada, acorralada, gritando, la siguieron violando.»

— — —
2017
— — —

«Y, por si no bastasen los paralelismos, la pérfida retroactividad de los levitantes, los exabruptos de los ebrios de inquina, la impune digestión tras el hartazgo de los ilegitimados, la consagración de la ignorancia, el trilero tintineo de las palabras… ésta pertinaz sequía».

— — —

«Tan empecinados y conjurados en adelantar la hora del exclusivo reloj de ‘su’ república, que atrasaron en años el de nuestra renqueante democracia».

— — —

PENDENCIAS:
“A más banderas, menos país. Nación que, puerta, génesis, belén, delta gozoso para el alumbramiento de los neonatos era; ahora drenado yermo para las ferias de muestras de los catafalcos. Me habla Ildefonso R. del metálico ulular de los mástiles, el asta sin batientes, jaretas o cuarteles, devenidos en la errática veleta de Hölderlin, ya solo hilos raídos los estandartes, pendones, cornetas y gallardetes, como rejones ciegos. ¿Qué de la hermandad? ¿y de la fraternidad?: orfandades caducas y arrumbadas en los cambalaches”.

— — —
Diciembre 2016
— — —

Yo quiero la patria insomne de la palabra, que nos sobrevive, que fue mucho antes que nosotros, aquel hálito mistérico de lo después nombrado. Yo quiero para mí esa patria que susurra mientras dormimos, donde todo habita, lo cierto y lo que no conoceremos, lo que nunca tendremos, el hombre malogrado que pudimos ser, los dioses creados, lo que nos sepulte y aquello que hubiera podido redimirnos. ¿En qué boca se posará la palabra cuando ya no estemos?»

— — —

«El reloj del soldado abraza sin holgura la muñeca, marca horas extranjeras, de manos limpias y estómagos nutridos, horas previstas en la letra del derecho internacional. Cronómetro del genocidio, fábrica de la historia, báscula en campo de exterminio, cartógrafo de la derrota, porcentaje del tipo de interés, cuenta atrás, deuda del progreso; el reloj, asume apenas el pálpito, la arritmia del soldado».

— — —

«No arroja la luz su brillo ni su aliento sobre esta torpe, ignorante, sucia muerte, que traspasa lenta y descuidada —como si con ella no fuera, a todas horas despiadada, de agrio y maloliente condimento, feroz en todos los caminos, arpía— el fruto excepcional que palpita inconsciente —como si con él no fuera— en todo aquello que decimos vivo, que se abstrae con embeleso en sus negocios: la extracción precisa, el chasquido de la carcasa, la exangüe apariencia de lo que es su esencia».

— — —

«He visto en el corazón de Dios un tumor atmosférico, mutable, rotativo, que arrastra tras su vida terminal, como si una cuelga macabra fuese, los silencios vergonzosos del contagio, las batidas ignorantes del populacho, la enfermedad, la muerte. Pero aún más dramática la metástasis en la pupila del frontón isósceles, los traspiés tremendos, epicentro múltiple, caricaturas de la embriaguez andrólatra de este Polifemo sacro que bracea y se desploma, gime y renuncia».

— — —
Noviembre 2016
— — —

«De la boca del hormiguero de la palma de mi mano escapan lúbricas palabras aladas que se aparean con los locuaces estambres del éter. Antes de que mi mano se cierre para siempre sepultando larvas, ninfas, intestinas galerías, enjambrarán en otras manos extendidas. Por la boca del hormiguero de la palma de mi mano asoman los élitros de las voces de los muertos gritando compasión antes de que todas las manos se cieguen para siempre».

— — —

«Lágrimas sin testigos, el miedo sitiándonos en la noche sin madre que lo conjure, la hemorragia del dolor a solas sin gasa samaritana, la angustia de vivir con un dios testaferro que no comparece, el martirio secreto de las víctimas, el último estertor errátil, tambaleante como polilla ciega en casa vacía, la palabra necesaria que nunca oiremos, la severa soledad de todo lo que late sin posible consuelo».

— — —

«Y la noche parturienta derramó su calostro incontenible desde la ubre oscura del cosmos. Después, siglos arrogantes, alabeo imperceptible de los tiempos. ¿Cuándo los torrentes que nos desagüen, hermosos e inútiles, por el sumidero del mundo? Estratos verticales del paisaje, cal veteando taludes de arcilla, simas de antracita, arenales sin huellas, hidrocarburos, silencio».

— — —

«Y las manos como piedras y los labios poseídos y de los ojos catedrales inexpresivas. Hace falta ser golondrina desterrada hasta la escarcha, árbol talado, útero inhabitable, sólo ser basta, resonancia del último grito. El reloj marca inamovible el ritmo de las dentelladas».

— — —
Octubre 2016
— — —

«Donde no sembré, breñales y líquenes prosperaron. De aventar el semen en los yermos, de amecer inviernos y canículas, de guarecerme a la abrigada de los alientos. Sólo resta mirar al final del día, hacia la calima arrebolada del horizonte donde ya jamás iré y, al fin, permanecer, en esa calma acuosa y atemporal donde chapotea el parpadeo insomne de la úlula».

— — —

«Lo mejor será, ya sin sentidos, que prosperen los insectos, lamernos concienzudamente las heridas de los otros, vadear contracorriente, como corzos despavoridos, los regueros de sangre de nuestras arterias, huir, huir hacia el corazón, sin excusas, morir ahogados en el corazón, o hacernos allí ovillo, regazo de madre, nido entre dos manos, caricia universal, testamento del último aullido de la civilización».

— — —

«Dejar atrás los ojos, las manos en el regazo de los ancianos, la lengua en los caminos de la huida, los pies al lado de los niños y las madres durmientes, el resto del cuerpo todo arrumbarlo en las hogueras y, así ya, después, por siempre alzarse. Seremos entonces ese permanecer del territorio, el monte cuando nadie lo contempla, la noche bajo el río, la sutil veladura del aire que teje las distancias. El paso del jaguar, el balbuceo eterno de las ciudades y las selvas olvidadas».

— — —

«Es el fin del verano escenografía de lo perecedero, un crestón tan alto que no seremos ya más allá de él. Tan parecido a la vida, tan breve, tan velozmente caduco; ese agostarse de las cosas, esa merma en cascada de la luz, esa caída vertical al otoño y al abismo del frío. Sin duda es el verano y su fugaz desbaratarlo todo, el magro andén de lo evanescente».

— — —
Septiembre 2016
— — —

«Yo era un árbol y la senda oculta, las hojas caídas, la fragosidad del zarzal, yo era el bosque y el cielo que lo cubría, era la umbría y los claros abiertos, la herida inconsolable, la sangre seca de todo lo perdido, era el vagabundeo errático de los pájaros. Franqueo el camino por el que discurro en secreto, lo ciego tras de mí, soy el bosque que hubo, me destierro de las insensatas marañas de cemento. (A Juan Rafael)»

— — —

«Noche de pedregal, la higuera apenas boceto, esqueleto vencido y crepuscular, rugido monocorde y contenido, vereda hasta el escollo del vértigo. No mires abajo, al vaivén donde se mecen absurdos los desechos aleatorios de las mareas, vuélvete y ve, sigue la plata indecisa que por el camino tejiendo van las babosas. ¿O acaso no sabes que Argos te espera en el muladar? Aún el brillo en sus ojos, aún su aliento, aún en ti».

— — —

«Somos una verdad que nunca da la cara. Nuestros talentos son untuoso maquillaje de nuestro desamparo; son nuestras miserias la esencia del ser, una verdad que se enfanga entre vanidades. Apenas somos capaces de ver el brillo de las estrellas pero somos ciegos ante la materia que todo lo contiene. Todo es aquello que se nos oculta».

— — —

«Sin tocar el acelerador, carretera abajo, el pie que levita expectante sobre el freno, la ventanilla bajada y el perro en el retrovisor. No ha salido el sol y una bruma opaca mitiga los colores, cruza una abubilla, ladran los mastines, entre los espinos tiembla un corzo sorprendido, los pigmentos minerales en suspensión tejiendo el aire de la mañana. Y siempre, siempre, ese olor a despedida».

— — —
Agosto 2016
— — —

«Un corazón y cuarenta y cinco cerebros. ¿Os hacían falta milagros? Un corazón para que entendáis de una vez la palabra piedad, no esa que rezáis como un mantra que no entendéis; la palabra honradez, la palabra restitución, la palabra justicia, y cuarenta y cinco cerebros para que escupáis el bolo alimenticio de la cerrazón, el rencor y la ignorancia y pidáis perdón por perder vuestra humanidad. Con un corazón que os señale ¿no os basta?»

— — —

«Hace ya dos días que se los llevaron, pero las madres siguen bramando; reverbera en valles y colladas ese gutural contrapunto de los cencerros, monocorde réquiem nocturno, inútil marea desconsolada, y las praderas varadas,  y el agónico latido de los montes. Lejos, bajo la luz mortecina de los fluorescentes trufados de las deposiciones de las moscas, en los mataderos, tiemblan en silencio, se arremolinan, buscan el último roce de otro cuerpo las canales; ya apenas mortajas de poliestireno de los supermercados».

— — —

«Fugaz, lápidas crujiendo en las techumbres, fugaz, lágrimas incandescentes en las que navegan las cenizas de las cremaciones, fugaz, ese vaivén donde se acunan las vidas, fugaz, el recuerdo. Fugaz, el aire de nuestros suspiros, fugaz, lo que fuimos y lo que nunca fuimos. Fugaz el fósil de la pisada en aquella tarde de fuego, fugaz, como todo lo que soñaba ser eterno».

— — —

«Detrás de la palabra paz se enfanga y chapotea la ceguera; en el sótano de la casa de la libertad se pudren torturados los inocentes; un enjambre de atrocidades copula y medra en la joroba de la civilización; la tolerancia perdió todas sus extremidades. En nuestros sueños los cortes publicitarios no nos dejarán seguir el hilo de las pesadillas. No moriremos, sería demasiado compasivo, otros lo harán por nosotros».

— — —
Julio 2016
— — —

«Hay un angustioso batir de alas chocando contra los cristales de la chimenea; el pájaro ha caído. Fuego de verano es su revolera, se esconde entre el hollín, se agita, se rinde, lo libero. Este invierno su aleteo revivirá en el temblor de las llamas. Quizás mi recuerdo encienda su corazón allá donde guarecido sortee la ventisca».

— — —

«Cada paso dado es la escenificación de una controversia resuelta, rendición y entrega de esa rebeldía que un día no tan lejano soñó, obcecada asunción de trazados supuestos. Es por eso que, aunque surjan multitud de sendas a lo largo del recorrido, es tan difícil salirse del cauce. La inercia, por débil que ésta sea, es la ideología que gobierna en los zapatos».

— — —

«Interrogación que se eleva, súplica al cenit, flecha perdida, desde lo profundo, nadie sabe de qué infierno. Todos los nombres caben pero nada nombra; intuye que el verbo no es suficiente. Es un desgarrarse entre la caliza, enfrentada al hierro, agnóstica de sus huellas que nada abarca, nada resuelve, la angustia de un asombro, certeza de la incertidumbre. Gira absorta la pradera como un derviche inagotable».  A Amancio González.

— — —

«Bienaventurados los mansos y los pobres de espíritu que legitiman, amparan, prolongan  y acrecientan la náusea nuestra de cada día».

— — —
Junio 2016
— — —

«Y, de súbito, una ráfaga improbable e imprevista, un torbellino insumiso, entró en las casas, desencajó puertas y ventanas con estrépito, secó, como un levante indomable, las humedades de los frisos, descolgó retratos, levantó alfombras, alborotó los lechos y, en revolera de cortinas y doseles, puso al día los calendarios. Después, bonanza. Es sabido que toda galerna muda en céfiro».

— — —

«Riela luciérnaga en estanque oculto, melisma, arpegio de las manos, senda libre entre la trocha. Vibran cuerdas invisibles que rezuman mieles densas y antiguas, estanque tremente en la entraña invocado, una riada desbocada que nos arrastra hasta donde ya no queda luz».

— — —

«Boreal, limo incandescente, espuma difusa del batir del helio, tangente de los paralelos. Austral, donde no llega mi intuición y giran contrarias las constelaciones. Observo impotente ese viento que enloquece en los estrechos, remonta las cordilleras, azota las ciudades, bebe de las corrientes y se agota en el silencio de las llanuras interminables».

— — —
Mayo 2016
— — —

«En esos días en los que me detesto profundamente, ganas me dan de facilitarles generosamente a mis enemigos mejores argumentos para su desprecio, que los que tienen no se asoman siquiera al balcón de mis miserias. Quizás, al conocer de primera mano mis defectos, caigan en la cuenta de que nos une mucho más de lo que piensan».

— — —

«Vestido, pendientes, anillos y últimos lazos caigan, que tu cuerpo doble, se estire y ofrezca, huya en un mohín retenido hacia mí, que hacia ti voy, que te espero. Es en ese trasiego venéreo, muscular y sanguíneo, en el que los pulsos se disputan el territorio del ritmo, donde obtengo la vida. Veloz viene a mi encuentro la crisálida oscura que se desovilla en la entraña».

— — —

«Línea roja saja la noche, lava que mana, el asombro otra vez, la sed, el aliento jadeado. Volcán, monte indeciso, la tierra abierta y levantada, un fulgor de gemas que se desparraman por mi boca. Era el mundo tras un incendio y el viento del día racheaba divagando entre campos de ceniza».

— — —

«No hay palabras para la piel ni labios para los ojos, no hay manos para el vértigo que nos llama desde lo profundo; no hay luz que ilumine lo que está en llamas, no se oyen pasos en el camino. La tarde es un páramo sin confines, sólo queda un sendero embarrado, infestado de espinos, una estela que nadie puede seguir. No hay palabras para la piel, pero en la piel nace un pulso».

— — —

«Descosidas por la galerna, cipselas disgregadas de diente de león, las cenizas del incendio. Giran en la corriente, se arraciman o divergen, iluminan o eclipsan. En el bosque aúllan su extravío, sestean en las loberas, se atascan en los riscos, neviscan los frutos oscuros de la retama. Engarzó los cálices, cosechó palabras desmembradas, libros calcinados, recuperó el aliento sofocado de los enseres, construyó de nuevo el mundo».

— — —
Abril 2016
— — —

«Porque a veces se me vienen los montes a la boca y me nacen bandadas de pájaros en los bolsillos, porque brota la sed en la algarabía de los torrentes y hundo mi orfandad en las praderas anegadas, porque en la collada donde nacen los vientos hay un día sin orillas ni recuerdos, porque tejen las arañas la cuadrícula de plata del horizonte, por eso».

— — —

«Los ojos de las tortugas lloran lienzos de arenas recurrentes, líneas costeras reiteradas, aglomeraciones de gaviotas, aletas de escualos, praderías de algas. Bailan entre el eco triste y pausado de los cantos de las ballenas, en las corrientes cálidas y en los riscos de espuma de los temporales. A nuestras mancilladas costas vuelven parsimoniosas a redimirnos».

— — —

«Hela aquí, sin tregua. Abres las manos en la amanecida y brota una flor empecinada y absurda, el zumo hepático y acre de la linfa, esa ofrenda interminable y pútrida. ¿Hay luz con la que embalsamar nuestra piel lacerada? ¿Hay espejos donde enfrentarnos? Se derrama un mínimo fulgor entre las grietas de la casa, bajo un pie al suelo, me desayuno entre arcadas la gangrena».

— — —

«Dejaron tras de sí una escombrera, vertederos, montículos desparramados. Lo invadió el verde de una hierba salvaje y aleatoria, amapolas imprevisibles, flores amarillas, blancas, malvas. El azar y la vida empecinados, simulacros de cordillera, la tierra descolonizada. Llueve en mí, inconsolable, lo perecedero».

— — —
Marzo 2016
— — —

«¿Qué importa si la sospecha del merodeo nocturno de las alimañas es cosa cierta o no, si los rastros que adornan los espinos y perlan las veredas son de ayer mismo o resistieron las ventiscas y los aguaceros de varios inviernos? Todo invoca el horror bajo la ubre indescifrable de las constelaciones. Arrecian las plegarias. Creen que alguien les escucha».

— — —

«Las mariposas malvas del cemento. En el perímetro de ese caldo espeso iridiscente de la masa del mortero parecen danzar. Sólo vienen cuando la mezcla está hecha. Retirado en la sombra, mientras fumo, trato de establecer sin éxito un patrón en sus evoluciones. Me fascina esa estética: la efímera fragilidad conjurándose contra los muros a pesar de todo».

— — —

«Hay una luz para la palabra muerte; la nieve no tiene huesos. Hay luz en el aliento de los perros, en el vaho que asciende de ellos, puro, hasta mi boca. Sólo queda la luz cuando, anegados en el llanto, vagamos por la silueta de los montes buscando el último abrazo y en la ventisca viene, acerada, fría, entreverada, una luz. Verdaderamente hay una luz, esa que imagina los caminos».

— — —
Febrero 2016
— — —

«Amputar el tacto de los montes, chapotear en el purín de las metrópolis, alicatar madrigueras, contener el llanto en los envites trileros de las borrascas, danzar de espaldas al martirio, agotar la luz. No somos sino pecios mutilados en la línea de flotación de la amargura, cascotes aderezados de líquenes en la apnea de los siglos».

— — —

«Guarecidos en sus madrigueras persignaban panes elevando las miradas, raíces herrumbrosas y tubérculos trenzados se descolgaban por las techumbres, cadenetas de rosarios, guirnaldas de miedos, esencia de orines, mentían a los niños hasta convertirlos en adultos. La luz era una blasfemia. Fue entonces cuando prohibieron las metáforas».

— — —

«De las masacres y los temporales hasta la boca del lobo. Peter Pan ha muerto. La infancia extinguida para siempre. Carne barata para los prostíbulos, mulas de los organizados, almacenes  de órganos. Venid, niños perdidos, a las fauces del lobo. Europa devora sin compasión cuerpos escupidos del otro lado y oronda, después, eructa».

— — —
Enero 2016
— — —

«Mirabas hacia arriba y los astros no eran sino los puntos suspensivos de tu sereno silencio. Algo dije entonces: una piedra cayó al estanque, o la sombra de una nube. Se dilató el iris, le sucedió un parpadeo y se vinieron al suelo como un granizo las altas luces«.

— — —

«Yace el éter sobre los ateridos campos y centellean las extensiones y las cumbres, tiritan los arroyos y detienen sus orillas entre hojas muertas y restos de ramajes, zarandeo de los vendavales, pero ellos aguardan al sol en la boca helada de la amanecida, estética y estigma de los hombres libres, mientras renquea en su giro el mundo a la deriva».

— — —

«Abrió sus manos de espaldas a la ventisca como quien se inicia en un libro sagrado, descubriendo en ellas rojos carbones encendidos que de pronto eran sus ojos que fueron también, en lo más alto de la noche, candelas suspensivas que palpitaban como luciérnagas iluminando todo el camino de vuelta entre la nieve hasta la casa».

— — —

«Abandono el sendero, camino entre la espesura de la niebla hasta donde se extienden los pastizales, alcanzo a escuchar a lo lejos un galope de caballerías, después nada. En ese silencio viscoso que me impregna, espero. Saja así mi cuerpo el vaporoso tejido de la nube; soy, ahora, el latido secreto de la calígine».

— — —
Diciembre 2015
— — —

«Para que de algo sirvan los últimos números de los calendarios, quisiera soñar hoy el fuego de los abrazos, que traspasemos sin miedo la frontera de niebla de las conciencias como refugiados bienvenidos, agasajados con luciérnagas, panes y música en la patria feliz de las quimeras. Perdonad mi simpleza, pero mi deseo es hoy la humanidad».

— — —

«Mientras unos discutían muy animadamente, en acaloradas diatribas interminables, citando a grandes hombres de la historia o con hilarantes ocurrencias, en las tabernas, otros llenaron los colegios electorales a la salida de los oficios y después se fueron ufanos a tomar sus vermús, como dios manda».

— — —

«Boquea la res, en esa convulsión a borbotones languidece un vals, la síncopa cárdena del latido inapreciable del mundo. Boquea la res, estira la lengua hasta el manantial del aire, el ojo desorbitado que interroga. Derrumbe, avalancha. En las entrañas humeantes desparramadas por el suelo, las manos. Ese tacto suave y cálido de los intestinos, ese tacto».

— — —

«El cardumen de estorninos se hizo pez en el horizonte de las catenarias, fue estrella y al poco escarabajo, se hizo polimorfo o flecha y, proteico, alcanzó lo absurdo y, después, disgregado, hasta el bosque cercano y despoblado, se llegó en algarabía que fue ya, tan sólo, un respirar silencioso, oscuro y palpitante, derramado entre los árboles».

— — —

«Vendrá el hambre de encías cárdenas e hinchadas, lamprea de repleto vientre, el dolor de rebabas aceradas, el silencio que rompe las ventanas; vendrán los matarifes con sus piedras de afilar, los niños descalzos sobre el llanto, los creyentes bajo palio, vendrán, y vendrá, al final, mucho tiempo después de suplicada, la dulce muerte».

— — —
Noviembre 2015
— — —

«Lo puro habita a la intemperie. Conspira a cobijo, el hombre, contra todo lo que late. Después, rastros de túneles entre madrigueras derruidas, huesos incompletos, retazos de pieles, mandíbulas inconexas y, al poco, nada».

— — —

«Ne me quitte pas, la sangre siseando en órbita geoestacionaria, ne me quitte pas, la sangre trepando por las catenarias, ne me quitte pas, la sangre cociente de las tablas de multiplicar, ne me quitte pas, el grito a borbotones de los degollados, ne me quitte pas, los regueros de heces en los campos de refugiados, ne me quittes pas, esos días azules, ese sol de la infancia, ne me quitte pas, el horror copulando en los divertículos de la fibra óptica, ne me quitte pas, ne me quitte pas, ne me quitte pas y perdónalos porque saben lo que hacen».

— — —

«Es la úlula, otra vez, quien me reclama desde el umbral del sueño. Intermitente y lánguido su canto atraviesa la niebla y deja tras de sí armónicas volutas perecederas. Salgo a la noche, dejo atrás las últimas casas, asciendo por el camino, sorteo murias abandonadas,  alcanzo al fin esa altura desarbolada donde concurren los durmientes. Ya algo comienza a desvelarse en lo oculto».

— — —

«Surgen figuras imprecisas entre las sombras, varadas en el barro de los caminos o entre el  humo de las máquinas. Llevan aún en la piel, bajo la ropa de trabajo, roces de otros cuerpos o fuegos no sofocados. Abandonan el calor de las cocinas, de los panes, del café, en estas oscuras amanecidas de noviembre, como aquel que emprende una epopéyica odisea».

— — —
Octubre 2015
— — —

«Girar durante millones de kilómetros para llegar a la misma estación. Otra vez las hojas cubriendo las cunetas, las primeras nieves en las cumbres, la leña de nuevo ardiendo en nuestros ojos. Girar y en cada punto equivalente de la elipse evocar más que vivir lo nuevo. Somos seres que recuerdan en el carrusel eterno de las efemérides».

— — —

«A través del parabrisas transcurren a ambos lados de la carretera, resplandeciendo a ráfagas bajo los faros, campos helados, postes tristes de teléfono, yeguas inmóviles en medio de los prados como tiovivos abandonados, rastros de alimañas, el vaho centelleante que liberan los torrentes. Cuando amanezca serán tan solo delirios, quimeras, inexistentes mundos».

— — —

«El inversor acompañó a los flamantes electos al piso más alto del edificio más elevado de la gran ciudad y, haciendo un barrido en círculo con el brazo, les dijo: todo esto que veis, jamás será vuestro. Y, dicho esto, les envió a resolver la deuda».

— — —
Septiembre 2015
— — —

«La única manera de evitar mezquinos experimentos independentistas, donde tantean los ególatras oficiando insolidarios liturgias de glorificación de la roña, es transformar este país en un lugar decente en el que vivir».

— — —

«Nuestros asesinos prosperaron indemnes. A esa impunidad le llamaron patria. Nos sumieron en cunetas y barrancos, en los lugares menos sagrados de la geografía, territorio de las alimañas. Allí permanecemos. Hará falta algo más que tiza para exhumar nuestros nombres y que ellos no puedan enterrarlos de nuevo».

— — —

“Hijos del otro lado del mar, no vengáis, las playas de los días felices del verano son para los nuestros, para vosotros algas y arena en la garganta, sollozos y sed, no vengáis, aunque os coman por los pies las moscas y el hambre, aunque el miedo sea la aurora perpetua de vuestra mísera existencia, no vengáis, no se os ocurra venir, dejadnos morir con nuestra vergüenza».

— — —
Agosto 2015
— — —

«Vivir es recordar el futuro cuando se avioleta de presente ocasional».

— — —
Julio 2015
— — —

«Así como el lector se afana con esfuerzo en la recolección, como elección minuciosa o casual de lo recogido, cosechando ciertos frutos y abandonando otros en las rastrojeras, así alguien, tiempo atrás, tras la yunta de los mansos, esparció simiente de palabras trazando surcos de ida y vuelta sobre el papel.»

— — —

«¿Renunciáis a Varoufakis, a sus pompas y a sus obras y a todas sus seducciones?»

— — —

“Oxítono el grito heroico de los infelices, oxiuriasis infestando los intestinos de abyectos virreyes, oxímoron el claroscuro planificado por los mercaderes, oxitocina para acelerar el parto de este engendro de Europa, encinta de nonatos, oxicodona para la migraña de los acéfalos que defecan bajo palios de oro. Oxi, oxi, oxi…»

— — —
Junio 2015
— — —

«Lukánikos no enseña ya los dientes en Syntagma, los gases lacrimógenos lo llevaron a morir a los pies de Aquiles. Grecia es hoy el talón de esta Europa de pies ligeros y cabeza dura. ¿Acaso no escucháis ya el silbido siseante de la flecha envenenada?»

— — —

«Le mostró el pequeño camino que discurre en silencio por detrás de los nogales. Al otro lado quedaron el chapoteo de los niños, los rosales, el césped, los destellos vibrantes del agua en las cornisas. En la umbría, nubes de insectos girando suspendidas entre exiguos haces de luz, sesteaba, inconmovible y sigiloso, el verano.» (A Marga)

— — —

«Unos enredados en la comedia, otros escenificando dramas. ¿Será que hasta en los géneros literarios siempre ha habido clases? Atolondrado, confuso, desolado, hastiado y aturdido, el patio de butacas les regaló una sonora pitada».

— — —

«Todas las noches se descuelga la araña hasta mi boca a sellar mis labios con la plata de su abdomen y se afana, absorta, en la urdimbre de la crisálida de mis sueños. Todas las noches baila, gambeteando con sus pedipalpos, mecida en el vaho caliente de mis exhalaciones, el remoto sortilegio de una muda tarantela».

— — —
Mayo 2015
— — —

«Y una vez más fueron mayoría los que no fueron, pero gobernaron otros. El consomé sabe, sobre todo, al hueso que no vemos en el plato».

— — —

«Apuntes sobre física. Reflexión: cambio en la dirección o el sentido de la propagación de una luz, de manera que ésta vuelva a su medio. No confundir con refracción que, en casos extremos, produce espejismos, ilusiones de ambigüedad, de distorsión, ficticias o paradójicas».

— — —

«Y en ese oscuro yermo, las únicas luces que se vieron fueron las lámparas de los mineros».

— — —

«Si nos abrazamos es contra la muerte, si nombramos pan llevamos a la boca el aroma de los sarmientos incendiados, sólo en el alma enterramos a los nuestros. La memoria de los hechos que no ocurrieron es nuestra memoria, ese mundo inexistente que nos redime y donde permaneceremos. No podemos irnos del lugar donde jamás estuvimos».

— — —

«Madre, ¿cómo pudo desperezarse y extenderse mi cuerpo extramuros de tu dolor, ser algo completo fuera de lo que lo contenía, como lágrima que cuidabas entre los párpados, como masa de pan blanco entre las manos o cruzada del pespunte de la lana de los calcetines? Madre, ¿cómo ser un Yo cuando sólo puedo ser un simulacro del Tú?»

— — —
Abril 2015
— — —

«Pares sueltos, cintas de colores,  cuentas de collar, guijarros pulidos por el manoseo de generaciones, telas deshilachadas: un sinfín de anacrónicas pertenencias en el vaivén de las mareas nos amarga el día. En esta tierra en la que cumplimos el milagro diario de la multiplicación de los panes y los peces, esos cuerpos flotando boca abajo son la constatación de nuestra miseria».

— — —

«Cada vez que leo en mi pasaporte ‘Reino de España’ se me quitan hasta las ganas de viajar».

— — —

«No son las huellas de las bestias, en los ribazos que dibujan los torrentes, en los barrizales que circundan y sitian los aljibes, su memoria, sino rastros generosos con los que tejemos relatos y quimeras. Indicios exánimes serán mañana las glorias de nuestra especie por los que, quizás, algún viajero desconocido nos refiera y fabule».

— — —

«Las únicas manifestaciones que toleraban y veían con buenos ojos eran las procesiones de Pascua y, de entre todas ellas, la más amada, la del Silencio».

— — —
Marzo 2015
— — —

«¡Silencio! Persignándose en las cocinas como Dios manda. Incienso en el aire. ¡Qué belleza las calles acalladas! A producir y procrear, que de mangonear ya se ocupan los elegidos. Silencio de losa sobre los sollozos y los juramentos de los díscolos. ¡Callaos, rojos, bolivarianos! Silencio. Hic ergo pax et gloria».

— — —

«Aferrados a los tetos bullen, gimotean y tiemblan los pocos que le dejaron. Cada vez que se acerca el amo, brilla, furtivo y fugaz, apenas perceptible en su allanamiento sumiso, un destello antiguo de lobera en su mirada, la libertad olvidada de una madre que amamantará a aquello que quede con vida, mientras mueve el rabo con fingimiento».

— — —

«Sea quizás la muerte no la ausencia del ser sino aún más el silencio atronador de lo que ya no nombra, nuestro nombre dicho por la boca de los cómplices de nuestro tiempo que ya no oiremos jamás; sea quizás la vida ese hálito que nace de los cuerpos al decirnos, o la polifonía en la que nos regocijamos al reconocernos ahí».

— — —

«Así como las murias centenarias ceden ante el embate de las pezuñas de las caballerías, así se desmorona nuestro tiempo, trabado segundo a segundo con primor, con el esmero de los orfebres, hasta el momento de muerte, presente y palpitante desde el principio del todo, en el mismo centro de ese transcurrir perecedero con trazas de eternidad».

— — —
Febrero 2015
— — —

«El perfume de los corzos en el aliento del lobo, cuajarones en la nevada son los cuerpos mutilados, en el cielo una aurora abigarrada de carroñeros trazando círculos, el agua ya buscando sus caminos; exhumará al fin la primavera veredas, ribazos y abismos de quijadas, pezuñas y espinazos».

— — —

«Y así fue que tomé como bien pude parte de lo que me sostenía y lo subí a las peñas más altas, hasta el roquedo donde una vez anidaron los quebrantahuesos para que, si algún día volvieran, lo tomaran con sus garras y lo arrojaran desde esa altura hasta la pedrera que rodea mi casa y poder así libar con ellos el tuétano que me conforma».

— — —

«Cosmos, fractal del Caos, reiteración de lo repetido, placentas como nebulosas lejanas de estorninos, deriva de las galaxias, hexágonos de hielo, huracanes circulando por los bronquios, nievan simetrías, bancos de sardinas en el Cabo de las Tormentas, pliegues tectónicos del córtex cerebral, eyacula la Gran Barrera de Coral… mas líbranos del mal.»

— — —
Enero 2015
— — —

«Baila La Chunga descalza volando sobre los lienzos. Donde sudario había nacen flores, se abren patios, donde era oscuro hay un sol, remolinos de volantes, y donde un cosmos baldío brotan sus ojos negros, que a la parca sus mujeres le sacaron los colores, rojo, verde, azul, naranja y el índigo que mece los sueños. ¡Baila, vuela, Chunga, pinta de azahar el viento!»

— — —

«Para ver la luz de los dioses extinguieron la del hombre, y fue así la Tierra sombra, sepulcro, osario, pozo ciego, caverna sin salida, barahúnda ininteligible y estúpida de rogativas, plegarias e invocaciones».

— — —

«Armados, enfurecidos, formaban batidas, enviaban perros contra el viento, lanzaban señuelos, acampaban en la noche, se cruzaban con otros hombres a los que herían o mataban, hombres que también buscaban. Y entre todos no hallaron a Dios, ni Rastro de Él, ni Huellas, ni Heces o ramas Rotas, o Restos de Su Piel. No Estaba».

— — —

«Mi carraspeo de fumador al asomarme al río levanta el vuelo de una bandada de cormoranes invisibles. Barcas oscuras eran cabeceando al pairo en las negras aguas. Temen al hombre. ¿No demuestran acaso inteligencia en esa huida?»

— — —

«El miedo es un lujo exclusivo que los de a pie no podemos permitirnos.»

— — —
Diciembre 2014
— — —

«Parábola de la transición: Si no retiras bien la escoria, antes de prender un nuevo fuego, te asfixiará el humo».

— — —

«Así, cercenados y maniatados, insultados y exiliados, fueron al fin amordazados. Después ya todo fue un yermo, intemperie donde les azotaba sin tregua la vergüenza, el único patrimonio contra el que no pudieron legislar».

— — —

«Son los mirlos el oscuro corazón palpitante del espinar bajo la nevada. El venablo azafranado que les lacera, brilla y vence bullicioso entre las púas aceradas del majuelo. Así amamos, en la maraña de los días, en la fragosidad del derrumbe al que asistimos inertes, como indemnes».

— — —

«Cerca de las cumbres, entre la maraña del límite que marcan los últimos árboles, está la casa de la muerte. A veces, en la noche, nos parece ver una llama oscilante tras sus ventanas. Quizás, también, un perro aúlle. Al salir de casa, al amanecer, volvemos la vista atrás, contemplando aquello que creemos estar viendo por última vez».

— — —
Noviembre 2014
— — —

«Sé que los regueros de sangre de tus ojos no te dejan verme con claridad cuando te escupo en la cara. No importa, me provocan tus temblores, tu silencio, tu cuerpo pequeño hecho un ovillo. Perdí todo lo que tenía de humano, no sé cuándo ni por qué, y también el calor que me inundaba en tus abrazos. Ya ves, soy una escoria sin género».

— — —

«Viene tambaleante la polilla hacia los faros bajo el aguacero, sorteando en una danza imposible las gotas de agua que arrancan implacables las escamas iridiscentes de sus alas. Se hace añicos en la luz con la misma desfachatez con la que nosotros sucumbimos hechizados al canto de las sirenas».

— — —

«Lúbricas, contundentes, penetraban las palabras las conciencias hasta la entraña. Susurros deslizados de apocalipsis, armagedones, anticristos por venir, y así ya, con el horror en los ojos, encerados los tímpanos, dóciles y entregados, les buscaban un buen acomodo sobre sus rodillas».

— — —

«En lo más profundo del corazón de un hombre laten las vidas que ha ido dejando tras de sí, sepultadas y regadas con lágrimas, en la tierra yerma de los camposantos, en las cenizas que dispersa el viento».

— — —
Octubre 2014
— — —

«Los destellos de las lámparas recorren la galería en un baile macabro hasta detenerse en un punto. Siguiendo ese cordón de luz hasta su origen hallaremos un cuerpo desplomado. Se apagan los hombres y siguen sus luminarias indicando un camino que ya no recorrerán, pero si seguimos esa llama siempre les encontraremos. (A Orlando, José Luis, Roberto, Manuel, Juan Carlos y Antonio)».

— — —

«He construido un refugio para el perro. Ha formado un nido entre la hierba seca, bajo los palés y los plásticos, y me observa a través de la ventana. No me pierde de vista, por si cae algo. En mi delirio sentimental misericorde, primermundista, atribuyéndole desamparo a esa mirada que me conmueve, me engalano de humanidad. Y yo se lo agradezco».

— — —

«Desde el alma, y el alma en un dedal que apenas se distingue entre la ferralla apilada al fondo de un pozo negro y seco, olvidado en el magma viscoso que se mantiene, perdido en el caos de un cosmos sumergido en una gota de agua del deshielo, escribo para festejar la vida».

— — —
Septiembre 2014
— — —

«Eu levo o meu país na miña boca, boca que canta cancións diferentes sen medo, hitz guztiak, azentu guztiak, baso eta hibaiak, hiriak, zaharren begiradak eta umeen barreak. Porto el meu país a la meva boca, els cims nevats, els alzinars de les deveses, l’oceà i la pàtria mediterrània. Traigo a mi país en mi boca, porque se hicieron las palabras para unir a los hombres».

[«Yo traigo a mi país en mi boca, boca que canta canciones diferentes sin miedo, todas las palabras, todos los acentos, los bosques y los ríos, las ciudades, las miradas de los viejos y la risa de los niños. Llevo a mi país en mi boca, los montes nevados, las encinas de las dehesas, el océano y la patria mediterránea. Traigo a mi país en mi boca, porque se hicieron las palabras para unir a los hombres».]

— — —

«Jamás comprenderán las hienas por qué sus presas de la sabana no comparten con ellas el duelo por la muerte de su matriarca. Ellas, que siempre ríen.»

— — —
Agosto 2014
— — —

«El genocidio es un rayo de luz oscura que acuchilla el mundo y lo divide entre lo que debió seguir siendo y lo que ya nunca será. Hierve en el humus de las sementeras la sangre de los masacrados por los siglos».

— — —

«Arriba, en las Duernas, hay una lobera hasta la que se deja caer, trémula, desde el cénit, la luz de La Polar, donde quizás un día, jadeante en el acoso, antes del tiro de gracia, se refugió el maquis. Los perros sortean la oquedad sin olerla siquiera, porque si nosotros damos la espalda a la memoria, ¿a qué habrían ellos de convocarla?»

— — —
Julio 2014
— — —

«En esta ocasión no codiciaban sus cabellos, ni las piezas dentales de plata y oro; de este modo, bombardearon escuelas y refugios eliminando cualquier posibilidad de futuro. No quedaron hijos, madres, ni abuelos, y los fantasmas que deambulaban llorando entre los escombros ya no encontraron sentido a seguir viviendo».

— — —

«Un día, de pronto, desapareció la luz del patio y con ella todas las demás cosas, los árboles, las plantas, las golondrinas y los vencejos. También dejé de verles a ellos, pero sé que están, les huelo, me acarician. Sospecho que se trata del gran juego y que un día, de pronto, volverá el cuadrado azul del cielo y podré seguir el vuelo del palo hasta las lavandas. (A Tambor)»

— — —

«Se peina con las manos y muda el caos en cosmos que se ordena en las espirales de sus ondas, nebulosa luminiscente el destello de sus bucles que el céfiro aventa hasta el desmayo, deshaciéndose en el éter, giro elíptico y sincopado, cabellera de Berenice.»

— — —
Junio 2014
— — —

«Tras el aguacero el aire es saúco. Se cerraron las rosas hasta el clareo, sortearon las amapolas la chaparrada entre las ortigas. Ya sueñan su néctar las abejas cobijadas. Bulle la bruma, picotea el mirlo en la pradera, canta una perdiz, replica un cuco. Lentamente, oscurece entre los corzos.»

— — —

«Soñé una Patria en la que todos por igual hallábamos cobijo. Una Patria, nombrada desde distintas lenguas, en la que nos entendíamos. Una Patria que nos educaba y formaba lejos de los dogmas. Una Patria equitativa, innovadora, creativa, natural, igualitaria, donde envejecíamos orgullosos. Soñé esa Patria y enarbolé sin sonrojo su bandera.»

— — —

«Cruza un viento súbito la única sombra frugal de la solana y detiene por un instante el canto implacable de los insectos que, al poco, se conjura aún más intenso, mientras el mar de pastizales, ya granados, se aquieta y se remansa, y nada ocurre, y nada nos conmueve, y así, en silencio, sumergidos en la calima, permanecemos.»

— — —

«Y comieron graciosamente perdices con cubiertos troquelados de blasones, y pasearon distinguidos por los jardines y se reflejaron narcisos en el río de su sangre al pie del oscuro árbol genealógico que sólo les dará sombra a ellos y a su prole… y colorín colorado…»

— — —
Mayo 2014
— — —

«Surcos aceitosos de agua sobre los lomos de las caballerías. Tres patas en el suelo, la otra uña en reposo. Perfume de las llagadas flores del majolar, águila en el cable. Todo queda aplazado en esta tarde, no hay sonidos, ni viento, ni siquiera el tiempo se sucede. Somos, bajo el aguacero, una sosegada dilación.»

— — —

«Reflexión, flexión, genuflexión, postrados ante la urna, alimentando escaños lejanos y elevados desde donde pontifican los elegidos y viran al sepia nuestros sueños, y cincelan las grietas de nuestras manos, alabeo, arqueamiento, arcada.»

— — —

«Mirlo entre flores de escobas, brillo tornasolado de la espalda del escarabajo entre los lirios, cruza Mercurio el Sol, tábano que carroñea el huevo que cayó del nido. Entre las ramas, la algarabía de los pájaros anuncia el norte a mi corazón».

— — —

«Como flores de nenúfar las constelaciones que hasta el agua se vinieron; daba así el lienzo estrellado de la laguna sentido a los caminos. En el territorio de la urz, donde las libélulas sueñan vuelos acrobáticos y el viento se enreda lujurioso entre los juncos, se conjuraba al fin la primavera».

— — —

«En el instante total el hombre pudo haber sido caballo o planeta, pero la mujer alumbró un alacrán que le abrasó de mordeduras el vientre, y la mujer lo amamantó y lo llamó hijo».

— — —
Abril 2014
— — —

«E depois do adeus brotan claveles de las bocachas de los fusiles, apuntan directo a los corazones que cantan en las calles, Grândola, vila morena, y caminan juntos, Terra da fraternidade, y festejan, y lloran, O povo é quem mais ordena, y sueñan un sueño imposible, Que se lixe a troika, cuando el mundo pudo ser una bella verdad».

— — —

«Roja Luna en pozo, lirios con claveles sueñan, ¡ay!, ya no sé de los caminos, saeta de sangre el reflejo en la bionda. Cristo moreno pasa y yo, en la hierbabuena de tu cuerpo me remanso, seducido bebo de la ojiva de tu pecho alanceado, que ya no hay cauces por los que corra muy lenta el agua».

— — —

«Las tenues luces de las aldeas se descuelgan como guirnaldas de acebo por las laderas. Atravesando el frío de las últimas sombras de la noche imaginas a aquellos que duermen, y, furtivo, tejes en la vigilia una aureola engastada de sueños ajenos».

— — —

«Levitaba grácil, aerostático, cenital, el purpurado, sobre almas y cargos electos, con su abracadabra linfático y ázimo, arrojando convulso sobre ellos un maná acre y nauseabundo, relicario envilecido y pútrido de osarios por venir».

— — —
Marzo 2014
— — —

«Besan cruces, templan sables, emboscan tropas, afilan decretos, travestidos de demócratas —prístina eucaristía de ruedas de molino y patenas alhajadas— cuadran balances imposibles, quebrantan su mandato y lloran melancólicos por el pasado mientras, en comunión, engullen y se atiborran».

— — —

«Nadie sobrevive a una guerra. Nunca nadie volvió de ninguna guerra. Merodeamos errantes como fantasmas de campo de exterminio, de masacres y fusilamientos, de emboscadas y delaciones, primates consanguíneos que se aparean sobre fosas comunes».

— — —

«Asciende por el camino hasta el camposanto donde se remansa su misma sangre, otea los montes del otro lado del río, repara minucioso en las incipientes yemas de los árboles, pasan entre sus dedos como cuentas de un rosario sin súplicas. Quizás piense que, aún sin argumentos, este insensato engranaje no detendrá su transcurrir jamás». (a Varales)

— — —
Febrero 2014
— — —

«Costeaba y creían que trazaba portulanos, mapas de las orillas de los continentes, pero en realidad agrimensaba océanos, describía vientos, peritaba mareas, topografiaba temporales, empleó toda su vida en navegar hasta los límites, buscando, sin éxito, la última frontera.»

— — —

«La luz que vive presa en el hielo aguarda agazapada al sol y, una vez liberada, rocía la carne verde, estremecida y trémula de la maleza que medra olvidada en las orillas del camino. Así nos alumbra el recuerdo la luz de los que se nos fueron».

— — —

«Su sangre se reencarnaba en el carmín y en el esmalte cuidado de sus uñas. El corazón, un cenote seco. No descendí a su infierno glacial e intransitable».

— — —

«Y va la piedra danzando a trompicones por el difuso frío cósmico, bailarina perpetua de cajita de música, cachivache renqueante de chamarileros nómadas, sin un atrás posible, y gira, gira, gira, gira…»

— — —
Enero 2014
— — —

«Y ante la consagración de la negación de lo humano, de la mortificación a través de la abstinencia, denostados y señalados los execrables, la lujuria invadía sus cuerpos y sus mentes hasta el desmayo, la deflagración del forzamiento o el estupro».

— — —

«Al acecho, secreto en la maleza, se tensa la paciencia del agazapado en busca de la sangre, embelesado se recrea en el temblor intermitente y leve que, en la pradera, al descubierto, delata y condena a los inocentes».

— — —

«Y no olvides, Mujer, que dueños son de tu vientre, el legislador, el policía, el juez y el creyente».

— — —

«Sortea la urraca la ventisca de nieve en el espino, veleta oscilante de la dirección del tiempo. Cierra sus ojos, sus garras se aferran al ramaje y, de súbito, le nace el recuerdo de una primavera en el mismo corazón del viento. Al fin, vencida, con el vendaval se va».

— — —

«Al pie de la escalera, junto a los zapatos, dejaron la ofrenda. En sueños intuía sus pasos suaves, su extremo cuidado en todo. Esa noche soñé que no despertaba nunca y ahí permanecía luminoso e intacto, esperándome, por siempre, mi más preciado regalo».

— — —
Diciembre 2013
— — —

«Y cuando cae la última candela del año y todo queda en penumbra, nos abrazamos y nos buscamos con los ojos, y echamos en falta a tantos, y vaticinamos tanto dolor que nos asomamos a la pendiente del año nuevo con el vértigo de los que ya no tienen alas para remontar el vuelo. Y aún así, saltamos».

— — —

Portada del libro.
Portada del libro.

30 de diciembre de 2013,
a las 20.15 horas,
en El Gran Café de León:
Juan Carlos Pajares presenta el libro
‘Corner of the silenced (Un año en TAM TAM PRESS)’

— — —

«De Edén venía un río que se dividía en cuatro brazos. Pudimos haber remontado sus aguas hacia el curso alto, contravenir a Dios, habitar el Paraíso, pero preferimos, temerosos, avaros e ignorantes, acumular cosechas en las orillas hasta agotar su cauce».

— — —

«Aquellos que desenmascaren el desfalco y la mentira y señalen con el dedo a los infames, serán declarados antipatriotas, traidores e ilegales. Y serán ajusticiados».

— — —

«En esa monarquía bananera la ciudadanía sólo era soberana de su impotencia y abandono, de sus carencias, su miseria, sus incertidumbres, los diezmos y la deuda».

— — —
Noviembre 2013
— — —

«Quede la tibieza para cuando la tierra nos sepulte. Ahora, errabundos, en esta intemperie inconsolable, ni dioses ni reyes, hombres contra matarifes».

— — —

«La niebla se desenreda como se deshilan los sueños, remisa, aferrándose aún a los últimos riscos, y el incipiente sol, que apenas se adivina en la distancia, retira parsimonioso el telón de nubes del horizonte. Amanece».

— — —

«La derecha gobernante –que dice estar en el centro–, le reprocha a la izquierda gobernante –que realmente ocupa el centro–, que se escore hacia la izquierda. Sufrimos así estupefactos esta mascarada en la que unos no dicen lo que son y otros no son lo que dicen».

— — —

«En los días de difuntos los vivos deambulamos perdidos entre la niebla buscando ese abrazo que ya no tendremos jamás».

— — —
Octubre 2013
— — —

«Seis de los que bajaron ya no subieron. Se quedaron en la entraña oscura y enfangada entibando la tierra para que no se derrumbe bajo nuestros pies, apuntalando nuestros recuerdos para que no olvidemos jamás. (A Orlando y sus cinco compañeros desaparecidos en la mina)»

— — —

«Como el hayedo que bosqueja un nuevo otoño en un bosque que ya es otro, así retornamos a Ítaca, con el mismo corazón, pero otros ya en nosotros».

— — —

«Una vez desgajado el reino, un sinnúmero de señores señoreaban petulantes en ridículos minifundios».

— — —

«No somos más que una chispa fugaz resultante de la combustión de nuestros corazones, pero quizás, por un instante, desde el otro lado del cosmos, se advierta el destello de un  fulgor efímero».

— — —
Septiembre 2013
— — —

«Baja el viento desde los canchales de los picos en tropel por chozos desolados, sortea las patas poderosas de las yeguas y se precipita por Foz Oscura, y se perfuma de escobas, piornos, anises, enebros, y nos supera furioso en medio de la tolvanera y se llega al fin hasta las casas donde todo se perderá, todo, tras el viento».

— — —

«Sopla un viento de orfandad e intemperie entre las casas apenas iluminadas de la aldea. Nubes obsesivas de insectos orbitan las tulipas de las farolas. Y nosotros, ante la incertidumbre de las luminarias de ese oscuro cosmos que nos envuelve».

— — —

«Las fronteras en los mapas parecen de alambre de espino. Cercan así los hombres los territorios contra otros, glorifican el minifundio, afianzan sus diferencias, pintan lienzos que flamean y santifican sus derechos de sangre, por la sangre, hasta la sangre».

— — —

«Se desenredaba Venus de las carlancas insomnes de los mastines y, ajenas a su ascenso, reventaban inagotables las flores de los espinos. El aire era un plasma fértil donde aullaban los insectos. Eso fue el verano».

— — —
Agosto 2013
— — —

«En las miradas de los viejos el verano parece un anacronismo. Al sol, sus manos vuelan desacompasadas e imprecisas entre la nebulosa de moscas que empecinada orbita en el mismo absurdo excéntrico en el que giran las constelaciones».

— — —

«Como cuando al cruzar la umbría destemplada de las últimas horas de la madrugada ves alumbrarse en incendio solar las altas cumbres de caliza, así los ancianos con sus recuerdos dorados de la juventud amecen y atemperan los últimos tramos del camino».

— — —
Julio 2013
— — —

«Traza un círculo en el suelo el compás improvisado de mi cuerpo del que no saldré, una línea que será un abismo».

— — —

Rebuscando en el hervidero de la nube de moscas, casi medio cuerpo metido en el contenedor, alcanzó un panfleto mordisqueado por los roedores que balbuceaba en su cubierta: “C…tit.ción Es.añ.la”. Pero en su mirada de hastío prendió el destello del hambre cuando más abajo vio el brillo dorado de una lata de sardinillas aún sin rebañar».

— — —

«El patriotismo es un sentimiento exclusivo de los señoritos porque ellos heredarán la tierra».

— — —

«En un camino que, decían, llevaba hasta Dios, apostaron soldados, levantaron barricadas, cavaron fosos profundos y encendieron hogueras los iluminados. Después se fueron a rezar, píos, a sus templos y, viendo lo que habían hecho, pensaron que era bueno».

— — —
Junio 2013
— — —

«No maldigas el camino cuando ascienda serpenteante y escarpado, porque es el que te llevará hasta casa».

— — —

«Hacía ya tiempo que caminaba sobre los campos yermos de la muerte, cuando tras un estertor, paréntesis en su agonía, se volvió y me dijo: me muero. Entrelacé mis dedos con los suyos y, por un momento, la vida y la muerte, juntas de la mano, fueron».

— — —

«Aquel que observa el transcurrir del río ve su pasado, cuando contempla el bosque vaticina su futuro y sólo en la oscuridad de la noche capaz es de vislumbrar el presente».

— — —

«Abriéndose paso entre las hierbas altas de la pradera, las murallas de espinos y los escobares, zigzaguea veloz el perro. Es feliz, como sólo pueden serlo las almas puras. Camino detrás, observando y poniendo cuidado en todo, con la inmensa tristeza, la angustia y la desolación que sólo la razón procura».

— — —

«Decretaron orden de alejamiento, a no menos de trescientos metros, de sus mandatarios, aunque hacía ya mucho tiempo que estaban a años luz de ellos. Fue sólo la consagración de los desafectos. Desde los ministerios y los despachos observaban con telescopios a esa masa informe, sudorosa, maleable y deambulante».

— — —
Mayo 2013
— — —

«Los sinieblos, clavados como dardos aleatorios en canchales verticales de caliza, saben de la huida de los corzos, de las interminables espirales ascendentes del vuelo de los buitres, del vocinglero griterío de las chovas, del ramoneo impune del ganado, del silencio clamoroso de aquel que, sentado en sus raíces, otea el hayal del avesedo sin esperar respuesta alguna».

— — —

«No nos desprecian y condenan por nuestro laicismo, sino porque, a pesar de la cérea apariencia de sus inescrutables rostros, hemos puesto al descubierto la carcoma de su cartón piedra, el neguijón que anida bajo sus beatíficas sonrisas».

— — —

«Invocando creencias antiguas controlaban sus ciclos vitales hasta su muerte y les conminaban a procrear. Decidían por ellos y, por su seguridad, daban caza y martirio a los descarriados. A veces incluso, aviesamente, les hurtaban las crías y las injertaban en familias de bien, para mayor gloria de la comunidad».

— — —

«Cuando a los mansos bienaventurados no les quede ya mejilla que ofrecer, entrarán látigo en mano al templo».

— — —

«Traía rosas todos los días, siempre de blanco. Le veíamos bajar por el camino. Ahí viene, decíamos, y las jóvenes reían y cuchicheaban. Todas, menos una, su pecho al galope, esperando en el patio de la parra. Aquel día el ramo era magnífico, el rojo intenso apenas dejaba ver su camisa, y su prisa, bajaba corriendo, anunciaba festejo. No supimos hasta mucho más tarde del estruendo de la detonación silenciado tras la collada, del rastro de su sangre arroyando los caminos».

— — —
Abril 2013
— — —

«Cautiva y desarmada la ciudadanía. Ofreciendo mansos el cuello al matarife, uno tras otro, ordenadamente. Arremolinados en el aprisco, esos cuerpos trementes anticipan los estertores que suceden a la sangría programada».

— — —

«Paraísos fiscales exclusivos. Infiernos impositivos cotidianos. Ya sin patria verosímil, Caín abraza a su hermano, toma la quijada y la vuelve certera, percutora, redundante, contra Yahvé».

— — —

«Gustaba ese día, más que ningún otro, de aderezarse de sus atributos, sentarse en el trono ante el inmenso salón vacío y jugar a componer poses y perfiles mayestáticos. El murmullo lejano de la horda tricolor moría amortiguado en la espesura de los cortinones».

— — —

«Entró desnudo al Congreso con un candil encendido en la mano. Busco, decía, a un hombre. El presidente le expulsó por desacato, desde la bancada del Gobierno le abuchearon por indigno e incendiario, los de la oposición por falta de respeto a la cámara y los del grupo mixto por lenguaje sexista. Desapareció entre una trémula maraña de puñetas doradas».

— — —

«Desáhucialos, húrtales, haz malabares con sus derechos, aplástalos con fuerza desproporcionada, incrementa sus diezmos hasta la asfixia, indícales el camino del exilio, embóbales con el trile de la justicia y, cuando desesperados te increpen, o se concentren en rebaños contra ti, o se arrojen al vacío, muéstrales el anular enhiesto y adoctrínales, porque no saben lo que hacen».

— — —
Marzo 2013
— — —

«Jueves santo, llueve. A cobijo, en las iglesias, vírgenes, soldados, eccehomos. Lloran los feligreses. Las heces de los caballos humean en el espejo del asfalto. Las obleas bajo el palio de los plásticos. Los paraguas van, incontenibles, desaguándose por las tabernas. Vermuts y calamares fritos. Los que ya lloraban a la intemperie, bajo la inclemencia y el olvido, siguen bajo el aguacero. Cristos vagos y maleantes».

— — —

«Deambula por los jardines y reza por no ser el elegido. No tendría el valor de Pedro para volver sobre sus pasos y plantar boca abajo su cruz, darse al martirio. O pasar por la humillación de la sedia forata: Duos habet et bene pendentes. Pero lo que más teme es verse ante el Sanedrín: ¿quién de ellos le impondrá el manto rojo, quién la caña, quién la corona de espinas, quién la hiel en los labios? ¿Quo vadis domine?»

— — —

«Todo se desmoronaba, la hemorragia era imparable, la infección llegaba hasta la médula, pero les confortaba pensar que estaban en un estado democrático y de derecho, y se quedaron en sus casas esperando, confiados, a la próxima convocatoria electoral».

— — —

«Vimos pasar la piedra dejando una estela de fuego como un corte sesgado en el cielo y se hizo aún más de día, y fue cuando oímos la explosión sónica y los cristales se hicieron añicos sobre nosotros como pan de ángel y los muros se resquebrajaron y entonces, sólo entonces, fue cuando comprendimos el verdadero significado de la palabra intemperie».

— — —
Febrero 2013
— — —

«Ya sólo nos queda la vida por dilapidar. La muerte nos pillará viviendo, inconscientes, derrochando oxígeno, al límite del pálpito de nuestras arterias. Estrafalariamente vivos».

— — —

«El sol naciente es el último y solitario ingenio que cierra el espectáculo de fuegos de la noche. Asciende en silencio después del crepitar ininteligible del cosmos».

— — —

«No había llama suficiente en sus corazones para calentarse este 14 de febrero, pero cayeron en la cuenta de su olvido, sonrojados, al ver el telediario, y salieron, subrepticios, por turnos a la calle. Él le regaló un circuito termal, ella unos calcetines».

— — —

«Nuestro destino es al fin y al cabo otro lugar de paso».

— — —

«Esa gota de agua que hace correr la helada por mi mejilla vino, quizás, de las nubes formadas en un océano lejano. Cuando mi cuerpo ya no esté será necesaria para la avispa que fabrica su nido en un alero, o para la masa de un pan cocido en mitad de una guerra, o, quizás, vuelva a otros ojos que se emocionen sólo por estar vivos, esa misma gota de agua».

— — —

«Una democracia en la que los ciudadanos desconfían de sus dirigentes es una perversión porque el miedo termina instalándose en el centro del poder que, así abducido, deviene en un régimen abyecto, autoritario y policíaco».

— — —
Enero 2013
— — —

«Poder, riqueza, impunidad y justicia favorable son privilegios de unos pocos elegidos… en las urnas».

— — —

«Me armé de palabras, crucé por mis hombros dos cananas de verdades como puños, me pertreché con un buen escudo de silogismos y salí a la calle a disparar contra toda esa infamia. No tardaron mucho en abatirme. No era la munición adecuada».

— — —

«Sopló todo el invierno una miseria huracanada que arrancaba de cuajo los corazones. Por debajo de cero las cuentas corrientes. Fue un temporal de componente norte que secuestró a la gente en sus casas, aquellas que aún se mantenían en pie. No había ilusiones con las que encender fuego. Cuando sobrevino el deshielo se licuaron las almas y desaparecieron en silencio por las alcantarillas».

— — —

«Urge un reparto equitativo de la pobreza».

— — —
Diciembre 2012
— — —

«Sagrada familia en el cajero. Nochebuena de uñas negras y cartones contra el frío. Él orina en la jardinera bajo el cartel con espumillón: “Queremos ser tu banco”. Ella abre otro tetrabrik de oro incienso y mirra. Sus majestades no les llevarán presentes… ni futuros. Felices fiestas».

— — —

«El día del fin del mundo se levantó despacio, hizo café, se fumó todo el tabaco y salió a la calle. Si la piedra empezaba a girar al revés, ¿volveríamos también nosotros a ser hombres? Quería ver al sol ponerse por última vez por el Este, los océanos chocar contra las costas, la tierra libre por fin de esta plaga infecta. Volvió a casa, desolado, al anochecer. Lo peor de todo es que no le quedaba tabaco».

— — —

«Como quien ofrece en el cuenco de la mano un agua, a modo de ejemplo, de un río que sólo él ha vadeado, así se acercaba a ellos hablándoles, y así dóciles y genuflexos, lamían los fieles, con arrobo, intentando vanamente aplacar su sed».

— — —

«El sexo que procura su mano como quien alcanza un fruto. ¿Quién puede certificar lo sagrado? Desde arquitecturas elevadas otros babean exabruptos, las venas del cuello hinchadas, las manos sajando la atmósfera inciensada, sobre almas que asienten y otorgan y temen. Lejos de allí, las caricias y los humores sin mácula perfuman paraísos sin registro».

— — —
Noviembre 2012
— — —

«Mirábamos embelesados el magnífico decorado del teatro de la democracia. Seguíamos tan absortos la representación, fascinados por los juegos de luces, elevados por la música, sintiendo en nuestras propias carnes las vicisitudes de los personajes, que no advertimos que cerraban las puertas y comenzaban a soltar el gas entre bambalinas».

— — —

«Su rodilla en mi cuello. Ataba mis manos atrás con la brida mientras su compañero se empleaba con furia contra mi cuerpo, ese saco de carne y huesos que se rebelaba. La sangre corría abundante por mi pelo. Antes de desmayarme comprendí que no se puede tener todo, o llevas la razón o llevas las armas».

— — —

«Asoman tiritando los estambres de la flor malva del azafrán entre la helada. Las yeguas patean buscando brotes tiernos bajo el hielo. La ventisca es un látigo en el rostro. Cuesta creer que alguna vez fue primavera».

— — —

«Atención primaria: Su mano en la vena latente de mi pulso, los ojos en su reloj. No alcanzo a destejer el hilo que une mi sangre a esa maquinaria. Diagnóstico: Sufres, en la sístole y en la diástole, sufres, pero se me ha hecho tardísimo».

— — —

«Lo aparté a un lado del camino. Era el zorro que me había cruzado días atrás, sorteando hábil y burlón las luces de mi coche. Ahora, en su rigor mortis, seguía jugando. Sus ojos sin vida me miraban con la sorna del que siempre va por delante. Ya no saltará más entre peñas y sabinas, a pesar de que sus patas sean lo último que devoren y denigren los carroñeros».

NOTA:
En diálogo con esta escena, ALFREDO ESCALADA remite a los lectores a: ‘El raposo de Preñaya’, su «relato paralelo (sin tocarse ni juntarse)» .

— — —
Octubre 2012
— — —

«El manto de nubes que tejió el Norte se deshilacha a su paso por el sabinar. Sus jirones, diseminados y errantes, no aliviarán la sequía de los campos secos y cuarteados del Sur».

— — —

«Las hojas de las copas altas del hayedo son las primeras que enrojecen, amarillean y caen, mientras en la umbría, al cobijo de las ramas bajas, aún verdean los incipientes esquejes. Los fayucos, enterrados bajo la hojarasca, sueñan aún con ser bosque un día».

— — —

«La muerte no es sino objeto para los otros, para que la lloren y la gestionen. Nuestro es el dolor, después del dolor no hay nada».

— — —

«Con la orza rota y la nave al pairo en mitad de la tormenta, las ratas subieron de la sentina en tropel para cruzar la cubierta y abandonar el barco, mientras la marinería, caótica, desesperada, intentaba infructuosamente dirigir la proa lejos de los escollos, y el capitán, en su cámara, lustraba meticuloso el sextante, el compás, la ballestilla, el astrolabio…»

— — —

«Los hombres colgados de los árboles, fruto agraz e intensivo de la Europa meridional».

— — —
Septiembre 2012
— — —

«Suspendido de un árbol en la Plaza Sintagma cuelga un Sustantivo singular. Oscilante compás, vaivén macabro, metrónomo que mide la síncopa que bailan ufanos los especuladores».

— — —

«Era un grito unánime, veraz, ineludible, el de la muchedumbre agolpada a las puertas, pero ellos, inanes, ingrávidos, como ausentes, se parapetaban en sus actas de diputado».

— — —

«Lo triste no es que se acerque el fin, sino que hayamos vivido, ignorantes y absortos, como inmortales».

— — —

Juan Carlos Pajares Iglesias (el Pájaro). ©Fotografía de Jr Vega.
Juan Carlos Pajares Iglesias (el Pájaro). ©Fotografía de Jr Vega.

55 Comments

  1. Intuí algo diferente cuando aún no te había leído. Me sabía a veneno de palabra tu mente; a chorro sin clemencia, cuando resbala por las comisuras y lo empapa todo. A disparo a quemarropa y rastro de sangre, a herida lastrada y no cerrada, me han sabido tus escritos. Lujazo de haberte encontrado.

    Me gusta

Deja un comentario con tu nombre

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.