El Albéitar proyecta “Al final de la escalera”, una inquietante historia de fantasmas

Fotograma Al final de la escalera. Peter Merdak.

El Teatro El Albéitar (León) acoge este miércoles 25 de octubre a las 20:00 horas la proyección de esta película de culto. Dirigida en 1980 por Peter Merdak y protagonizada por George C. Scott, “Al final de la escalera” (Título original: “Yhe Changeling- 1980 -Canadá – 109 minutos), es un film de terror sicológico sobrenatural, que se recuerda como una de las más inquietantes historias de fantasmas y casas encantadas de los últimos años. 

La entrada es libre hasta completar el aforo y las invitaciones se podrán recoger en la taquilla del Teatro a partir de las 19:45 horas.

La proyección de “Al final de la escalera”, dirigida por Peter Medak, forma parte del ciclo de cine para amantes del terror, programado bajo el título de la “Ficción del Horror Sobrenatural”.

La película cuenta como después de la muerte de su familia de manera trágica, un famoso compositor, John Russell, alquila una mansión aislada de principios de siglo en Seattle y al poco tiempo de instalarse empiezan a suceder cosas extrañas… Hasta que un día descubre una habitación secreta ubicada al final de la escalera y el espíritu de un niño muerto permanece entre sus paredes. Se trata de la historia de una casa encantada verdaderamente aterradora.

El compositor, John Russell (George C. Scott) descubre con la ayuda de Claire (Trish Van Devere), trabajadora de la sociedad histórica local, que el espíritu es un niño que fue asesinado por su padre en un intento de cobrar una herencia.

Cuando el padre se dio cuenta de que no podría cobrar el dinero hasta que su hijo cumpliera 21 años, puso un sustituto en lugar del niño asesinado. Años más tarde, ese sustituto o impostor se ha convertido en un viejo industrial rico (Melvyn Douglas), que piensa que Russell está tratando de revelar su pasado y chantajearlo.

Dirigida con considerable estilo por Peter Medak, “Al final de la escalera”  es una película de terror compuesta de pequeños momentos que tienen un impacto duradero en el recuerdo de los espectadores, como una antigua silla de ruedas que cruje por sí sola en el pasillo y una escalofriante escena de sesión espiritista.

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