
Este sábado 28 de octubre, la Premio Nacional de Danza, Carmen Werner, presenta en la Sala de Exposiciones del Ateneo Cultural El Albéitar el espectáculo: “Seguimos Enteras”. Será a las 19:00 horas con entrada libre hasta completar aforo. A continuación, a las 20:30 horas con entradas a ocho euros, el Teatro El Albéitar acoge, dentro del Festival de Teatro Latinoamericano, la obra: “Camille, la maldita”, con la colaboración de Héctor Alterio.
Las entradas tienen un precio de 8 euros (4 para los miembros de la comunidad universitaria que presenten el carné de la ULE y el DNI), y se podrán adquirir en la taquilla del teatro a partir de las 20:15 horas.
El espectáculo de danza “Seguimos enteras” es la primera propuesta para la tarde del sábado. Está protagonizado por la Premio Nacional de Danza, Carmen Werner, que estará acompañada por Acerina Toledo, con música de Luis Martínez. Desde la organización de este montaje explican que “todo tiene un punto de partida, es como un juego, solo tienes que comunicarte con la vida y te darás cuenta que todo el mundo tiene derecho a hacer el ridículo, no le des importancia al juicio de los demás, es un derecho inalienable”.
Puesta en escena de “Camille, la maldita”
La segunda propuesta para el sábado 28 de octubre se desarrollará en el Teatro El Albéitar, en el marco del Festival de Teatro Latinoamericano, con la representación de la obra titulada “Camille, la maldita”, de Hugo García, a cargo de la compañía argentina “El descubridor”. Con la actuación de Zuleika Esnal y la dirección general de Manuel Callau, esta obra de Hugo Barcia está basada en la vida de Camille Claudel, la escultora francesa de vida trágica que terminó sus días encerrada en un manicomio.
El París de fin de siglo XIX vivía los fulgores de la Belle Époque, pero esos fulgores no iluminaban con sus destellos a Camille Claudel. La genial escultora y amante secreta de Rodin había encontrado un techo y una frontera infranqueables. Como el resto de las mujeres de aquella época, debía ceñirse a los estrechos márgenes que la sociedad les tenía reservados: a las artistas plásticas, por caso, les estaba vedado tener modelos humanos y sus temáticas debían ceñirse a pintar o esculpir naturalezas muertas o paisajes.
Camille lucha con todas sus fuerzas contra ese sistema injusto que castiga tanto a las mujeres como a los humildes que son arrojados a los márgenes de la sociedad. La obra es un grito desesperado contra las injusticias que sufren las mujeres y contra un sistema de poder que hunde en la miseria a millones de humildes en todo el planeta.
