ARQUITECTURA / La casa que tenía tres arcos

Ilustración: Carlos Muñiz Sánchez.

En este escrito, a modo de cuento corto, el arquitecto leonés Carlos Muñiz Sánchez reflexiona sobre la desaparición de los tres arcos de una casa derribada en la leonesa calle de La Rúa —según su criterio, lo apropiado hubiera sido «que en la nueva casa, por cierto de resultado anodino, se hubieran reintegrado los arcos sin mayor problema técnico»— y recrea, además, la antigua fachada, ya desaparecida, en un apunte acuarelado.

LA CASA QUE TENIA TRES ARCOS DE PIEDRA

Había, hace poco tiempo, una modesta casa envidiada por sus compañeras de rúa. Todas eran de parecida edad y también parecida altura.

Y todas tenían ojos lánguidos con pestañas metálicas de forja para poder contemplar de reojo su estrecha parcela de cielo.

La singular diferencia, sutil hasta para el caminante hacia Compostela, era que descansaba sobre tres arcos de piedra horadando con valiente maestría la totalidad de su cara exterior.

Tres arcos desiguales de insuperable cantería en sillares de piedra caliza gris que, a pesar del lamentable abandono sufrido, mantenían el tipo con envidiable integridad formal.

¿Dónde están los tres arcos de piedra?

¿Qué sentido tiene replicar una nueva fachada con tres falsos arcos de irónico resultado?

León, febrero de 2025
Carlos Muñiz Sánchez, arquitecto

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