Fabularia Teatro llena de fantasía el Camino de Santiago con “De cómicos, reliquias y jabones”

El humor es una de las características del espectáculo ‘De cómicos, reliquias y jabones’. Fotografía cedida por Fabularia Teatro.

Al cumplir los 25 años de vida teatral, Fabularia Teatro lanza desde el Centro de Creación “El llagar”, en Borrenes (León), su último montaje relacionado con divertidas historias del Camino de Santiago. Este sábado 13 de abril estrenará en la sala experimental del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, a las 20 horas, su espectáculo De cómicos, reliquias y jabones. Una novedosa e insólita propuesta teatral llena de fantasía como el mismo carro que han construido para la ocasión, a imagen de los vehículos del Renacimiento.

Por I. M.

A lo largo de los siglos, el Camino de Santiago se ha convertido en un envidiable archivo de historias, mitos y leyendas que han escrito y narrado tantas generaciones de peregrinos de todas las partes del mundo. De ahí han surgido numerosos relatos escritos, a golpe de zancadas, que llevan títulos tan recordados como El milagro del gallo y la gallina, la leyenda de fuente Reniega, El asno del apóstol, La leyenda de San Virila, Los pastores de Estella, El caballero de las conchas, El milagro de O Cebreiro, La leyenda del Txori, El peregrino fantasma de la plaza de la Quintana o La reina Lupa, los bueyes que no eran bueyes y el dragón, por citar algunos.

A esta juerga de la imaginación ha querido subirse e investigar la compañía berciana Fabularia Teatro con su espectáculo De cómicos, reliquias y jabones. Con este estreno que coincide con los 25 años de trayectoria profesional, Raúl Gómez y Trinidad Osorio se proponen buscar el origen del teatro profesional, realizando un montaje clásico, y popular, así como novedoso, además, por lo insólito de la pieza.

Desde el momento de su concepción, el director, Raúl Gómez, ha intentado llevar al escenario una obra contemporánea, a modo de “arqueología experimental”, tratando de descubrir la utilidad y modo de elaboración de los objetos arqueológicos.

En este caso concreto, ha tratado –y conseguido- construir un carro de cómicos de madera que en función de su evolución tecnológica se convirtiera en un modelo a imitación de los primeros carro-escenario ambulantes utilizados en el Renacimiento.

Precisamente, en esta etapa artística europea, situada entre los siglos XV y XVII, que sirvió para llevar a cabo una profunda renovación del pensamiento, las artes y las ciencias fue cuando se produce también la profesionalización del teatro en Italia con la ayuda inestimable de la Commedia Dell’Arte.

El proyecto ha llegado a buen término porque el fundador de la compañía Fabularia Teatro es especialista en este tipo de teatro popular ya que se formó en la Scuola Internazionale dell´Attore Comico en 1996, a las órdenes del actor, autor, director teatral y prestigioso maestro de Commedia dell’Arte, Antonio Fava.

Al igual que el género teatral de la Commedia Dell’Arte se representaba en las plazas, calles y mercados, otra de sus características es que poseía un gran componente gestual que utilizaba las técnicas acrobáticas, de equilibrios, malabares, etc.

Teniendo en cuenta estas características, Fabularia Teatro ha incorporado para esta propuesta escénica a la compañía circense Maintomano y al músico Sergio López con el objetivo de realizar una demostración escénica completa de Commedia Dell’Arte.

Después de muchos meses de trabajo, finalmente, el carro y su séquito de graciosos figurantes se presenta al público en la sala experimental del Centro Cultural Miguel Delibes, de Valladolid, este sábado 13 de abril, en el marco del IV ciclo “Comunidad a Escena”.

Una de las escenas de ‘De cómicos, reliquias y jabones’. Fotografía cedida por Fabularia Teatro.

:: Las peripecias de un grupo de cómicos

El argumento De cómicos, reliquias y jabones se desarrolla en torno a las peripecias de los cómicos y el inseparable y original carro en sus itinerarios por el Camino de Santiago.

En una época de pestes y pandemias –habitual siglos atrás–, los mejores remedios eran las reliquias y los jabones. En este antiguo y romántico medio de transporte ambulante no hay lugar para la improvisación: Pincho es un andaluz, el capo cómico de oficio y afilador; Tilegia es gallega, fue monja, y ahora se dedica a hacer jabones y conjuros; Koldo es vasco, un pícaro cocinero de relumbrón; Capuchine, francesa, que elabora jabones de Marsella y, finalmente, Mingo, riojano, un músico multinstrumentista que hace las delicias de pequeños y grandes.

Cuando estos divertidos personajes llegan a una plaza nueva, calle o mercado despliegan su tenderete, con su enorme atractivo de colores y humor, para vender sus productos.

Una vez que han mostrado su amplio repertorio de artículos, deciden hacer una comedia al estilo de los cómicos italianos, titulada “El Jabón Milagroso”. Con ese gran despliegue de medios, la troupe de cómicos pretende animar a los espectadores para que compren toda suerte de mercaderías. Antes de terminar, y como colofón a la animada verbena, los comediantes realizan un sorprendente sorteo con una entretenida fiesta final de música y danza.

 

Deja un comentario con tu nombre

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.