El capital siempre estuvo por las nubes (esas avionetas que en las playas del Mediterráneo anunciaban Marina d’Or), en los despachos de altos edificios de los centros financieros, en las tribunas-pecera de los estadios,hasta en los cartelones del plan Ñ (que sólo sirvió para que algunos siguieran con las prácticas de las «élites extractivas»). A pie de obra, a pie de calle, a ras de suelo estuvieron siempre los trabajadores. Allí dejaron rastros de sus pasos, de su alma , vida y corazón. Y allí estaba el ojo de la fotógrafa.
Gracias, Beatriz!
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El capital siempre estuvo por las nubes (esas avionetas que en las playas del Mediterráneo anunciaban Marina d’Or), en los despachos de altos edificios de los centros financieros, en las tribunas-pecera de los estadios,hasta en los cartelones del plan Ñ (que sólo sirvió para que algunos siguieran con las prácticas de las «élites extractivas»). A pie de obra, a pie de calle, a ras de suelo estuvieron siempre los trabajadores. Allí dejaron rastros de sus pasos, de su alma , vida y corazón. Y allí estaba el ojo de la fotógrafa.
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mensajes que vemos a diario y tenemos que recordarlos
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