YACIJA
Por PEPE POSSE & VÍCTOR M. DÍEZ
La voz «yacija» hace referencia al catre pobre, a la cama del animal, incluso al sepulcro. Y este es el título elegido por el fotógrafo ferrolano Pepe Posse y el poeta leonés Víctor M. Díez para ‘jugar’ una vez al mes, en TAM-TAM PRESS, al viejo juego de ‘tu pones foto y yo le doy fuego de palabras’. Seguimos…

EN COMPAÑÍA DE NADIE
Yo no soy yo ni mi circunstancia, díjole la máscara al espejo. ¿Qué teatro de qué mundo?, respondió, preguntando, el reflejo. No importa el lugar, Yucatán. Ni el tiempo, ¡cinco minutos y a escena! Ni Mérida, ni México. Ni cristo que lo fundó.
Enfundarse la máscara es quitarse la vida. Dejar harapos del ser colgando de la percha, mientras un no ser íntimo es empujado violentamente a las tablas. La función que aún no ha comenzado, debe continuar. Luces en los huesos, música contra cuerpos implumes. Sube el telón como la lámina brillante de una guillotina y empieza la retahíla.
En verdad somos lo que en el camerino queda y, al centro, llevamos nuestras cenizas en un ritual abrasador. Enciende un fuego el que mira para que, el que actúa, arda en sus ascuas en la eternidad de ese instante.
Los aplausos son aullidos desesperados de una manada en peligro. Caen las máscaras como el crepúsculo amenazado. Un hilo de alcohol nos guía a la cantina donde los artistas cauterizan sus profundas heridas. Como un velcro de sí mismos, se escinden y vuelven a besar, cada noche. Les escupe el mundo y vuelven cada noche. Mueren cada noche por nosotros y resucitan al tercer acto, por los siglos de los siglos. Así sea.
Víctor M. Díez