Por ANTONIO BERMEJO PORTO.— «Hasta hace unos días a mí Crimea me sonaba de la película Las cuatro plumas en que hablan de la carga de la Brigada ligera, cuando Lord Cardigan mandó a su británica caballería a que la descuartizaran los cañones rusos en Balaclava. Quizá por eso yo pensaba que Crimea era más rusa que la ensaladilla».