«Manual de Ultramarinos» presenta la nueva revista de poesía «La Galerna» y una plaquette perdida de Jorge Pascual

Presentación de las publicaciones en el  bar ‘Mansillés’ de Mansilla de las Mulas. © Fotografía: Eloy Rubio Carro.
Presentación de las publicaciones en el bar ‘Mansillés’ de Mansilla de las Mulas. © Fotografía: Eloy Rubio Carro.

Secretos y sigilosos se mueven los autores y editores de «Manual de Ultramarinos», un sello que dirige Juan Carlos Carvajo y detrás del cual hay poetas y artistas como Bruno Marcos, Jorge Pascual, Eloy Rubio Carro, Mario Paz, José Luis Puerto, Tomás Sánchez Santiago… Hace unos días, sin avisar a casi nadie, presentaron una nueva revista leonesa de poesía, La Galerna, y la reedición de «Morir de Viento», una plaquette inencontrable que el poeta Jorge Pascual escribió cuando tenía 19 años. A lo que hay que sumar dos hojas «volanderas»…

Desde astorgaredaccion.com

La editorial ‘Manual de Ultramarinos’ eligió el pasado sábado el bar ‘Mansillés’ de Mansilla de las Mulas (León) para la puesta de largo de sus últimas publicaciones. El editor, Juan Carlos Carvajo, presentó el Nº1 de la revista La Galerna (Tabloide Crítico); también se presentó, a la contra del principio de casualidad, la reedición de ‘Morir de Viento’, “una plaquette inencontrable del poeta Jorge Pascual”; otrosí, “la volandera ‘Dakovikiana’ sobre la literatura que ha generado la rara novela Dakovika de Bruno Marcos” —un recorrido por la milagrería y milandanzas de unos pícaros leoneses que compiten con ‘El cojuelo’ en el chisme y busconeo por entre las librerías de viejo— ; por último una volandera de urgencia  sobre el ‘librovejero’ de Cantareros 3, una tienda de antigüedades en la capital leonesa donde se habían presentado las anteriores entregas y que se la ha comido la crisis. «Estamos desolados, a partir de ahora estas (presentaciones) se harán en itinerancia pura y dura”, advierten los autores y editores de «Ultramarinos».

Mario Paz, ‘Sidereus nuncius’, hizo una breve presentación de la revista La Galerna, estableciendo definitivamente su progenie con aquellas otras nacidas en tierras leonesas que fueron famosas, tales como Espadaña, Claraboya, Alcance o Yeldo. Sin embargo, La Galerna nace con aspiraciones diametralmente opuestas a las de aquellas, “pues aspira  a una perduración doméstica, a una perduración tan efímera como secreta y silenciosa. Tal vez La Galerna no sea una revista literaria más, sino la reencarnación facsímil de sí misma”. Cabe la sospecha de que estas manifestaciones fueran solo el trampantojo de una aspiración tan duradera o vociferante como vociferada; una acrobacia de cabeceo afirmativo.

Es así que este primer número sale en plena inflexión de la crisis con retratos de algunos escritores contrariados: Bruno Marcos y Ramón Gómez de la Serna, Juan Bonilla y el inquietante César González Ruano, Miguel López Astilleros y la importancia de la música en la palabra escrita, José Luis Puerto y el escritor tristemente olvidado Luis Landínez, Tomás Sánchez Santiago y Aníbal Núñez, y Mario Paz que evoca un imaginario encuentro entre Mark Twain y Eça de Queiroz

Algunos de los textos de las varias publicaciones fueron leídos por Miguel López PaneroJosé Miguel López-Astilleros. José Luis Puerto recitó unos poemas inéditos —incorporados en facsimil del mecanoescrito original a la revista— del poeta ya de culto Aníbal Núñez.

Por último, acompañado por la chelista Mónica Jorquera, se presentó el libro ‘Morir de viento’ de Jorge Pascual Blanco. Una reedición de su primer libro, de muy dificultoso rescate.

Jorge Pascual y Mónica Jorquera durante la presentación de la plaquette "Morir de Viento".
Jorge Pascual y Mónica Jorquera durante la presentación de la plaquette «Morir de Viento». © Fotogafía: Eloy Rubio Carro.

De Jorge Pascual, dijo Bruno Marcos que “podría haber sido un Rimbaud cualquiera, pues el presente libro lo escribió con menos de 19 años… Pero Jorge no es un Rimbaud, porque es una persona encantadora que no ha necesitado abismarse ni escupir al mundo, sino que prefiere disfrutarlo ayudado de la poesía. Un día te dice me voy a la plaza a mirar las estrellas como quien te dice que se va a casa a ver la tele y lo ves deshacerse en la penumbra… En su poesía se dan las uniones más inesperadas a años luz de la fórmula ya apolillada del encuentro casual entre una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección… Este poeta es un vitalista y tiene luz en los ojos… Es el mejor rapsoda, el mejor lector de versos de Europa”.

Jorge Pascual leyó sentidamente una media docena de poemas: “Soy de la luna tan rota / y tengo tantos pedazos tuyos por mi piel, / que juraría que / un día éramos uno / y tú te separaste”…

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