Cuatro poemas

© Fotografía de JULIA D. VELÁZQUEZ.

Por LUIS MIGUEL RABANAL

Él enferma de mañana,
no modula su voz
ni le salen palabras.
Teme el agua
que ha tragado
nunca más
dará el salto que aturde,
no deja de hablar
sus sentidos
gesticulaban por él.
—Me subiré a su sueño
el bicho que repta
por si le apeteciera
encontrarme.

*

Se niega a reiterar el rito,
un hombre se pasea
sin rostro por la sala.
El cadáver de atrás,
la luz que concluye
y el amor es ceniza.
Lo enfurece la voz
si justifica el espanto,
se aferra a su cuello
reconoce el aroma.

*

El mundo que tardaba,
venía contigo el usurero
y daba pena
condescender tan tarde,
te amaron los dos
con un placer
serenísimo.
El tiempo junto a ti,
el que otorgaba la culpa
y el de más acá
de Prinderos.
El que hace preguntas
el que desafía a la dicha.

*

Quién será el siguiente,
el que padezca
el misterio conmigo
el que recorra
la piel que arañas,
y lo dice
como el simulador
que se inflama
o se destruye
en el mismo zumo
en la misma matraca
dulce de su asco.

— Del libro inédito ’65 máscaras’.

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