Papiroflexia, «origami» o el arte de las figuras de papel

Juan Ángel Cantalapiedra, formador del curso de papiroflexia. Foto: L. Fraile.
Juan Ángel Cantalapiedra, formador del curso de papiroflexia. Foto: L. Fraile.

Desde este miércoles 9 de octubre, hasta finales de noviembre, Juan Ángel Cantalapiedra impartirá en Valladolid un taller de papiroflexia en el que los participantes podrán aprender a hacer todo tipo de figuras y conocer la historia de esta disciplina de origen japonés.

Por LAURA FRAILE
(ultimocero.com)

Equilibristas de cuerpos frágiles trepando por una cuerda o sentados en una cascarita del tamaño de una uña, abanicos, peces, mariposas, pajaritas o tubos que acogen la silueta de dos bailarines danzando solitariamente. Éstas son algunas de las figuras que, en forma de pendiente o colgante, y realizadas tanto en papel como en pasta de papel, acostumbran a aparecer por el puesto de artesanía que Juan ha ido trasladando por bares y ferias a lo largo de los últimos meses. Esta semana, además, habrá ocasión de aprender a hacerlas, ya que este artista vallisoletano impartirá desde este miércoles un curso de ocho sesiones en la tienda de productos ecológicos Écolo (c/Arzobispo Marcelo González, 18. Valladolid).

Según cuenta Juan, su afición por este arte de origen japonés le acompaña desde su tierna infancia. «Los domingos, cuando era pequeño, salía de paseo junto a mis padres desde la Rondilla al centro. Una vez allí nos íbamos a tomar un café o un chocolate al Café del Norte, un bar donde mi madre siempre cogía una servilleta para hacernos barquitos de papel o aguaderas«, recuerda. Algo más tarde, cuando éste tenía 17 años, retomó estos aprendizajes de la infancia para ocupar el tiempo durante una convalecencia. «A esa edad me rompí una vértebra, así que tuve que estar un mes en la cama. Si multiplicas 30 días por 24 horas, te salen 720 horas. Durante ese tiempo hice 720 barquitos de papel, y al salir a la calle se los fui regalando a mis amigos o los fui dejando en los bares por los que pasaba», continúa Juan.

En este repaso por sus recuerdos asociados a esta disciplina artística, Juan aprovecha para citar un episodio más, referido a los dos años que estuvo preso por insumisión. «Tenía 23 años, y me condenaron a dos años, cuatro meses y un día. Cuando entré en la cárcel me llevé varios libros de origami y desde allí continué haciendo figuras. Parte de estas figuras las utilizaba para responder a las cartas que me mandaban. Estando allí, conseguí que se aficionaran muchos presos«, continúa.

«La papiroflexia siempre me la he tomado como un hobbie y una distracción, aunque esto cambió en el momento en el que la crisis me mandó al paro en el año 2012. Fue entonces cuando me planteé tomármelo como una forma de vida; no tanto para vivir, sino para sobrevivir y pagar al banco, a Iberdrola…», añade Juan, mientras me muestra cómo hace una de sus figuras. La entrevista la realizamos junto a su puesto de artesanía, que durante este fin de semana se ha trasladado a un mercado situado en la calle Espanta del barrio de la Rubia.

«Sobre todo me gusta la sencillez. Se puede hacer un zorro con 300 pasos, pero lo bonito es que con 6 o 7 dobleces puedas ver también a ese zorro. Esto es como un poema. Puedes hacer uno larguísimo o hacer un haiku que, con sólo tres versos, también te puede decir muchas cosas», explica Juan. Según comenta, para adentrarse en este arte se puede utilizar cualquier tipo de papel, desde una etiqueta de un botellín de cerveza a un folio, aunque él acostumbra a utilizar un papel japonés de fibras vegetales. Un medio, por cierto, que le acompaña allá donde va: «Para mí es habitual salir de casa con algún papel, sacarlo del bolsillo y hacer figuras mientras espero a un amigo o mientras estoy con alguien tomándome una cerveza», indica Juan.

«Origami»

La papiroflexia, que en Japón es conocida con el nombre de «origami» (ori, de plegar, y gami, de papel), es un arte que lleva ejecutándose desde hace siglos y que tiene múltiples utilidades. «Para mí es un pasatiempo, pero también tiene muchas aplicaciones. Los matemáticos y los científicos se han interesado mucho por ello. Por ejemplo, lo usan para desplegar los paneles de un satélite. También les ha servido para saber cómo tiene que estar plegado un airbag», señala Juan, que también aprovecha para compartir una triste historia relacionada con una de las figuras que acostumbra a realizar con papel: la de la grulla. «Esta figura es un símbolo de la paz en Japón. Allí se dice que si pliegas 1000 grullas puedes pedir un deseo. Hay una historia que dice que tras la segunda Guerra Mundial una niña enferma de leucemia por culpa de la bomba atómica de Hiroshima escuchó esta historia. Ella consiguió hacer 644 grullas, pero murió antes de llegar a las 1000. A partir de ese momento montones de escolares mandaron sus grullas al hospital, y el parque del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima recibe desde entonces todo tipo de figuras de grullas». Esta historia le da pie a Juan para hablar de otro proyecto, Folding together, en el que una serie de profesores de Israel y Palestina usan el origami como herramienta para mejorar la convivencia entre los niños de estos dos territorios.

Historias como éstas son las que Juan promete compartir en el curso que, cada miércoles, impartirá en la sede de la tienda Écolo. «Serán sesiones de una hora, de 18 a 19 horas. Aunque el curso dura ocho sesiones también se puede asistir a clases sueltas. En este caso es preferible que la gente acuda a las primeras, porque en las últimas habrá figuras más avanzadas. Las personas que participen podrán aprender a hacer figuras como la de la grulla, pero también flores, cajas, peces o estrellas, así como figuras en movimiento. Es un curso destinado a todos los públicos, aunque especialmente se dirige a adultos. El precio es de 20 euros mensuales si se hace completo y de 8 por sesión, una tarifa que incluye el material», puntualiza Juan, que también aprovecha para recordar dos citas más.

La primera le llevará el 16 y el 23 de noviembre a impartir un taller de envoltorios en la tienda Mister Q(c/ Calle García Lesmes, 5). La otra le ofrecerá la ocasión de mostrar su trabajo en la Feria de Artesanía de Pilarica, que se celebrará el sábado 12 de octubre (una feria, por cierto, en la que la participación durante el año pasado era gratuita y en la que este año los artesanos tendrán que asumir los costes asociados al «uso del espacio público»). Para aquellas personas que no tengan la oportunidad de acercarse a sus cursos o a la Feria, existe la posibilidad de conocer el trabajo de Juan en el bar La Bici (uno de los puntos en los que éste vende sus colgantes y pendientes), así como en su blog de figuras de papel.

Otros talleres en Écolo

Por otro lado, la tienda de productos ecológicos Écolo, que es el lugar en el que Juan impartirá el curso que comienza este miércoles, acoge actualmente otros muchos talleres que tienen unas tarifas que oscilan entre los 15 y los 25 euros mensuales. Por ejemplo, este martes comenzará un curso de dibujo y el jueves está prevista una jornada gratuita inicial de Biodanza (en este caso, es necesario reservar plaza), mientras que el viernes empezarán el turno de tarde de Punto y Yoga y el turno de mañana de Meditación. También imparten un curso de Pilates y otro de Patrones, a lo que se añade un taller de Alimentación sana que se celebra con una periodicidad mensual y siempre coincidiendo en sábado. Cada sesión, que incluye aspectos teóricos, consejos y la enseñanza de recetas de cocina, tiene un precio de 12 euros. La próxima tendrá lugar el 19 de octubre. En los próximos meses Susana y Mª José García, responsables tanto de la tienda como de este taller, tienen la intención de incorporar sesiones sobre alimentación infantil, alimentación y deporte o sobre cómo adelgazar sin perjudicar la salud. Toda la información relativa a estos cursos puede consultarse en su página web.

Deja un comentario con tu nombre

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.