
Por STEFANIA ZANETTI
“Debes dormir un poco, Menchu. Me encanta verte tan entera y así, pero no te engañes, bobina, esto es completamente artificial. Pasa siempre. Los nervios no te dejan parar. Verás mañana”.
Hasta el 26 de junio, teatro Reina Victoria, Madrid. Es la fecha límite para sacarse las entradas para ver ‘Cinco horas con Mario’. Lola Herrera vuelve a ser la ambiciosa Carmen, vuelve a aquel franquista 1966, vuelve hacer los cuentos con su propia vida. Y, como todos somos similares a los demás, volveremos, con ella, a hacer los cuentos en nuestra vida.
Carmen no tiene reservas al sacar lo más íntimo, lo más vacilante del ser humano.
Nos hace revolucionar el sentido común, desde la banalidad cotidiana hacia las sombras que se celan delante de los hábitos, de los clicés, de la banalidad de la vida.
«Qué buena estás, qué buena estás, cada día estás más buena», que me aburre, palabra, porque si yo le diera pie, vaya, pero como quien oye llover, ni caso, yo a lo mío”.
¡Qué buena está! Que vayamos todos, a aburrirnos, a agotarnos, que vayamos a escucharla, a tocarla, a percibirla un poco la lástima de Carmen.