La sintaxis y las poéticas de la línea alían a Esteban Tranche, Francisco Suárez y Roberto Díez en la Sala Provincia

Sintaxis y poéticas de la línea. Vista de la exposición en la Sala Provincia del ILC.

Desde este 4 de octubre y hasta el 10 de diciembre la Sala Provincia del ILC (C/ Puerta de la Reina, 1) acoge “Sintaxis y poéticas de la línea”, una exposición colectiva que busca profundizar en las interrelaciones plásticas de tres artistas leoneses: Esteban Tranche, Francisco Suárez y Roberto Díez. Posteriormente recorrerá varias localidades de la provincia. La inauguración es este miércoles a las 20:00 horas.

Comisariada por el director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC, Luis García Martínez, la muestra trata de poner en relación y conexión directa, por medio de la técnica de la pintura y el hilo conductor de la línea, a estos tres artistas leoneses que cuentan con dilatadas trayectorias y obra en colecciones destacadas. Propone un viaje sencillo y  didáctico desde la línea simple y austera de Esteban Tranche sobre el muro, pasando por la intensidad cromática lineal del plano de Francisco Suárez, hasta la sutileza de la línea poética instalativa de Roberto Díez.

La obra de Esteban Tranche (Armunia, 1944) se basa en un proceso de introspección y sus primeros pasos se podrían inscribir en el territorio de la neofiguración con una cierta carga expresiva y tensa, que irá evolucionando hacia una simplificación formal. Su trabajo se centra en la pintura, aunque también ha explorado la escultura y el muralismo. Roberto Díez (León, 1955), asentado en Madrid desde hace décadas, dio sus  primeros pasos a finales de los setenta en el expresionismo figurativo; posteriormente evolucionó hacía un revisionismo abstracto, realizando algunas incursiones en el ámbito de la escultura. Su obra ha derivado en los últimos años en el desarrollo de un sistema de ensamblaje que potencia la utilización del collage, el relieve, la espacialidad y el volumen, alcanzando sus piezas el territorio de la instalación. Tal como el mismo explica, comparte poética “con cubismos, constructivismos y póveras”, y encuentra cierta similitud con la actitud del bricoleur  de Lévi-Strauss; “pretendo elaborar objetos como respuestas concretas a la necesidad que provoca la reflexión sobre una realidad incierta, heterogénea y fragmentaria, como la que atraviesa un mundo urbano, complejo y contemporáneo”.

En su primera etapa, la obra de Francisco Suárez (León, 1965) se vincula al expresionismo figurativo con una potencialidad de los matices del color y la gestualidad del trazo del pincel, muy en sintonía con lo que estaba ocurriendo en España. Con el paso de los años evoluciona hacia una abstracción lírica, que dará paso a una más geométrica que incorpora una cierta carga de tensión expresionista, dando prioridad a los efectos reactivos físicos y químicos de los diferentes componentes materiales con los que experimenta en su trabajo pictórico, propuestas formalizadas fundamentalmente sobre el plano.

La línea como discurso narrativo

Esteban Tranche, Francisco Suárez y Roberto Díez comparten un mismo discurso narrativo: la línea, elemento esencial de la configuración de la representación tanto real como simbólica y abstracta. Es la protagonista de esta exposición que, junto con la interacción de los colores, propone un viaje desde la figuración a la abstracción y del grafismo figurativo del muro hasta la instalación abstracta. “La línea es un elemento estructural y esencial de la configuración de muchas de las culturas mediterráneas: Mesopotamia, Egipto, Grecia… que recorre la cultura europea de forma estructural hasta llegar al estudio sistemático en pleno siglo XX de la importancia, significación e interpretación de la línea por sí misma como campo de investigación creativo, cuestión analizada por el pintor ruso Vassili Kandinski, que influyo intensamente en el panorama artístico del momento, entre otros”, explica Luis García.

Por medio de la línea y el color, Esteban Tranche transita de la figuración esquemática hasta la abstracción orgánica. “Parte de una línea que surge de una deconstrucción de las líneas básicas que definen la silueta de la figura humana y una posterior reconstrucción arbitraria de estos elementos básicos que sirven para generar nuevas realidades formales y plásticas”, asegura el comisario de la muestra. Así surgen una serie de composiciones que en sus primeras obras evocan más o menos la figura humana. En estas pinturas, las tintas planas, delimitadas por líneas, construyen secciones del cuerpo humano, llegando a alcanzar el territorio de la abstracción orgánica.

La línea alcanza su máxima expresión geométrica en la obra de Francisco Suárez. En su pintura  aflora una geometría muy depurada, construida por planos estructurados por franjas y líneas que parten de una aplicación escrupulosa de las tesis de interacción de los colores del teórico y destacado pedagogo alemán Josef Albers. Aunque sus obras surgen de un concepto o idea que se va estructurando según un plan preconcebido, al mismo tiempo el material tiene vida propia y crea la obra, así sus líneas chorreadas fluyen libremente sobre el plano sin un control directo del artista. En estas pinturas se da un contraste entre la estructuración geométrica rígida y la libertad e independencia del fluir del material por sí mismo: “dota a estas composiciones de  una intensidad cromática y contrastes que hace que tomen vida y movimiento por la interacción de los colores; así algunas parecen vibrar ante nuestros ojos, generando una especie de ensimismamiento óptico que nos traslada a otros espacios infinitos”.

Las líneas finas y planas sobre el plano del lienzo de Francisco Suárez, que producen efectos visuales de máxima tensión, dan paso a las piezas de Roberto Díez, obras que realmente ya son ensamblajes constructivos. Aquí el protagonismo se sitúa en los planos de color que se hacen efectivos por medio de masas densas y concretas de material que se superponen generando relieves, texturas y volúmenes reales, tomando las líneas cuerpo y densidad. La línea maciza alcanza volumen sobresaliendo de la pared, con la que el artista inicia un diálogo por medio de las tensiones y aperturas que se van consolidando en las piezas, hasta que los planos de color van desapareciendo y las líneas toman el máximo protagonismo integrándose en el muro. En este caso se puede hablar de instalación ya que las obras se funden y articulan con el espacio arquitectónico en unas composiciones plásticas de gran carga poética. “Aquí Roberto nos aproxima al procedimiento de reciclaje de materiales, de apropiación de elementos dados que nos rodean y son inservibles, materiales de los que se apropia y genera nuevas realidad plásticas y creativas de gran intensidad y fuerza expresiva”.

La muestra se inaugura este miércoles 4 de octubre con la presencia de los tres artistas y permanecerá abierta hasta el domingo 10 de diciembre. Posteriormente se expondrá por diferentes localidades de la provincia como producción incorporada al grupo de exposiciones itinerantes que se ofrecen a los diferentes municipios y juntas vecinales de la provincia para difundir y potenciar el arte actual de los creadores leoneses.

Deja un comentario con tu nombre

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.