
Reproducimos un poema de ‘Tampoco yo soy un robot’ (Vaso Roto, 2024), libro con el que la poeta y periodista Amalia Iglesias Serna se ha alzado con el último Premio de la Crítica de Castilla y León.
Amalia Iglesias se pregunta en su último libro «qué significa ser humano en este mundo distópico» y, a través de imágenes poderosas y metáforas contemporáneas, «invita a cuestionar nuestra relación con lo que nos rodea, desde la inteligencia artificial hasta las cicatrices que deja el paso del tiempo».
Según el jurado que le concedió el Premio de la Crítica CyL 2024, ‘Tampoco yo soy un robot’ es «la viva expresión de la necesidad del arte, sobre todo de la poesía, de reivindicar la palabra para combatir la deshumanización, la transhumanización del mundo». A la vez es también «una voz, cuajada a lo largo de una carrera poética impecable, que se deja oír para preguntarse y preguntar a sus lectores sobre una de las mayores y más inquietantes incertidumbres de nuestro tiempo».
El poema que elegimos, uno de los más emotivos del libro, se titula ‘Inteligencia emocional’ y está dedicado a los hijos de la autora:
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Inteligencia emocional
Para Carlos, para Javier,
de uno en uno.
A menudo será tan inútil intentar entender tus emociones
como querer parar un río
o atrapar la niebla con las manos
(pero no por eso desistas de intentarlo).
Jamás podrás dejar de pisar tu sombra,
tal vez si te acercas despacio consigas no dañarla.
La serenidad de tus huellas te llevará más lejos,
acostúmbrate a caminar junto a los otros.
Nunca olvides que te pertenecen tus pasos
y el derecho a equivocarte de sendero.
Llora cuando sientas necesidad de hacerlo,
pero conserva tu risa para después.
Guarda nuestros besos para entonces.
A veces la inquietud traerá huracanes sordos a tus sienes,
aprende a gestionar el vértigo, a vivir en la victoria y la derrota,
es bueno saber perder, pero no menos que aprendas a ganar.
Ponle pasión a todo lo que hagas,
pero no te dejes cegar por las pasiones.
Habrá preguntas para las que no vas a encontrar respuesta,
no te empeñes en buscar las que no existen,
dudar de vez en cuando es saludable.
Nunca sabrás a dónde se va el tiempo,
ni dónde comienza o dónde acaba.
Escucha al viento, siempre tendrá algo verdadero que decirte.
Mide la intensidad de tus emocione.
Si vas a subir una montaña,
calcula que te queden fuerzas para bajar,
si vas de paso, no hagas creer a nadie que estarás para siempre.
Nunca llegarás a conocerte del todo, pero tampoco es necesario.
No impidas que te conozcan los demás,
dentro de ti también habitan semillas
que sólo ellos pueden hacer brotar,
tampoco olvides que al lado de las flores crecen las malas hierbas.
Hazte horticultor de ti mismo
y recuerda que la planta debe llegar a ser más grande
que la maceta que la contiene.
Serás feliz y querrás serlo siempre,
pero no te atormentes cuando no lo consigas,
nadie dijo nunca que todo iba a ser fácil,
tampoco yo tengo recetas ni certezas que darte.
Si alguna vez la razón te dice que no entiende
pregunta al corazón que nunca se equivoca.
…y aunque llueva ahí afuera, el mundo seguirá siendo hermoso.

:: Sobre la autora
Amalia Iglesias Serna (Menaza, Palencia; 1962) es filóloga, poeta y periodista cultural. Durante las tres últimas décadas ha trabajado en el periodismo escrito y la gestión cultural en prestigiosos medios (Diario 16, Revista de Libros…). Actualmente es editora de Revista de Occidente.
Entre sus libros de poemas destacan Un lugar para el fuego, premio Adonáis 1984; Memorial de Amauta, premio Alonso de Ercilla del Gobierno Vasco 1987; Dados y dudas, accésit del premio Jaime Gil de Biedma 1995; Lázaro se sacude las ortigas, premio Villa de Madrid 2006; La sed del río, premio Ciudad de Salamanca 2016, y Tótem espantapájaros (2016).