
El teatro en la escuela es una herramienta de inclusión, un instrumento útil contra la violencia de género y la enfermedad mental que favorece el compañerismo, la creatividad y la disciplina. Es una oportunidad para descubrir las capacidades expresivas y una gran arca cargada de valores educativos. Lo avalan pedagogos, actores, dramaturgos y profesores.
La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León dispone de normativa para realizar talleres de artes escénicas en los centros de enseñanza pero mantiene un perfil bajo: desconoce los institutos y el número de alumnos que imparten la actividad, evidencia falta de compromiso para estimular esta iniciativa y carece del presupuesto apropiado para acompañar a los adolescentes en el descubrimiento de esta modalidad artística.
Por ISAAC MACHO
Uno de los Premios Max de 2025 –el correspondiente al ámbito aficionado o de carácter social– ha reconocido la labor de los profesores Ignacio Aranguren y Vicente Galbete que han impartido talleres de teatro escolar en el Instituto Navarro Villoslada de Pamplona durante cinco décadas. Este hecho nos da pie a examinar cuál es el estado de la cuestión de las artes escénicas en los centros de Secundaria y Bachillerato de Castilla y León.
La programación de esta área formativa, en muchas ocasiones, pasa desapercibida, pese a que nos encontramos ante una modalidad artística que forma actores, creadores y público. Teóricamente, el campo está abonado y existe la normativa adecuada para que la dirección de los centros y los profesores de la Comunidad puedan proponer a sus alumnos talleres o actividades relacionadas con el arte de Talía tanto dentro del marco de las actividades complementarias como en las extraescolares.
Sin embargo, tan en precario están estas materias optativas que hasta la propia consejería de Educación desconoce los datos del número de centros escolares y de alumnos que siguen dichas enseñanzas. No es el caso, por ejemplo, de la Comunidad Valenciana donde estas propuestas escénicas están muy extendidas y cuentan con las cifras actualizadas.
Según datos de la consejería de Educación, Cultura, Universidades y Empleo del Gobierno Valenciano, durante el curso que acaba de terminar, han impartido Música y Artes Escénicas un total de 344 centros de ESO y 61 de Bachillerato con un elevado número de alumnos: 8.733 en ESO y 1.196 en Bachillerato.
La profesora abulense, Alba Chamorro, tras aprobar la oposición y descubrir que el IES Padre Sarmiento (Villafranca del Bierzo) impartía la actividad de teatro en la programación del instituto, no lo dudó un instante. Sus más de diez años dedicada a actuar y a dirigir grupos de teatro le ofrecían ahora una nueva oportunidad docente peripintada.
Al tratarse de un instituto de larga trayectoria teatral, la preferencia por esta optativa es mayoritaria en 4º curso de la ESO. De los 21 alumnos que componían la clase, 12 se incorporaron a la actividad que ella conduce. Según señala la docente, la asignatura la construyó de “forma gradual” para que los chicos y chicas se concienciaran «del papel del actor en el hecho teatral y terminar con una representación», en este caso, El cadáver del señor García, de Enrique Jardiel Poncela.
:: “Asaltos literarios”
Algo diferente es el contexto de Elena Sanz, profesora en el IES Germán Sánchez Ruipérez, de la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte. Ella ha llevado a cabo en los tres últimos cursos de 4º de la ESO lo que define como “divulgación literaria”, una actividad que realizan los alumnos mayores de la ESO y que va orientada a los más pequeños, sobre todo, a 2º y 3º.
“Empiezo por elegir textos representativos de los autores que se ven en 4º, por ejemplo, El monte de las ánimas (Bécquer); Don Juan Tenorio (José Zorrilla); Vuelva usted mañana (Larra); El estudiante de Salamanca (Espronceda) y Trafalgar (Galdós)”. A continuación prepara un resumen de la obra, selecciona los textos más representativos y transmitir de forma amena”. Finalmente forma grupos de tres o cuatro alumnos que presentan en la biblioteca los trabajos a compañeros de otros cursos. A esta tarea la definen en el departamento de Lengua del instituto salmantino con el sugerente nombre de “asaltos literarios”.
En el curso 24-25, dos de los centros de Castilla y León que han desarrollado, según la consejería de Educación, un proyecto propio en el que han ofrecido materias optativas relacionadas con el teatro son el instituto Isabel de Castilla de Ávila que ha programado en 1º de Bachillerato la opción de asistir al “Taller de voz y expresión corporal”, y la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Valladolid que ha impartido “Talleres artísticos”.

:: Teatro y currículum escolar
A la vista de la desigual experiencia que tiene la enseñanza de artes escénicas en el currículum de Secundaria y Bachillerato de la Comunidad, todo indica que el camino a recorrer no ha hecho más que empezar.
La profesora de Lengua y Literatura en Secundaria y directora del Curso de Interpretación Actoral “Fernando Urdiales” de Olmedo Clásico, Esther Pérez Arribas, argumenta que “aún no se le da el valor o la importancia necesaria” que tienen las artes escénicas en el campo de la enseñanza. Por su parte, la profesora Titular en la facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, Gema Cienfuegos, considera que “el mensaje ha calado, drama for learning”. Esta opina que “si eres un docente implicado, si actualizas regularmente tu formación, sabes que el teatro es una de las metodologías activas más global y de mayores réditos tanto en lo académico como en lo personal y social”.
Para Cienfuegos, lo más complicado es integrar el teatro en el currículum escolar: “exige un buen panel de expertos en pedagogía teatral para llevarlo a cabo de una manera realista y viable”. Y matiza: se necesitan “expertos de verdad, no teóricos ni pedagogos de despacho, sino profesores y profesoras, maestros y maestras con formación específica y experiencia en las aulas”.
También Pérez Arribas participa de esa posición. “A veces se ponen parches como aceptar unas pocas clases que ofrezca alguna institución, de dudosa profesionalidad y que, a mi juicio, no contribuyen ni a fomentar el gusto por el teatro como espectadores ni a que sirva como una buena herramienta educativa”.
Desde su puesto de profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Padre Sarmiento de Villafranca del Bierzo (León), Alba Chamorro entiende que “la asignatura de Artes Escénicas –teatro, música, danza, cine– es vital para el desarrollo del alumno”. En su opinión, la evolución del mundo, centrada en la imagen pública donde en las últimas décadas se ha transformado el lenguaje escrito en visual, obliga a preparar a los alumnos para esa realidad. “Las destrezas que se desarrollan (en Artes Escénicas) mejorando la capacidad de hablar en público, controlando el lenguaje verbal y no verbal, revisando el uso del espacio y observando el trabajo grupal como único fin para alcanzar el éxito social en un trabajo, son básicas para vivir en sociedad”, asegura.

:: Escucha y motivación
Si introdujésemos en una batidora didáctica las palabras teatro, educación y adolescencia, Gema Cienfuegos cree que lograríamos una “analogía perfecta” con la construcción y desenvolvimiento de los personajes en un escenario. “Hacer, leer y ver teatro en las aulas tiene un enorme potencial educativo para una adolescencia demasiado atenta a las relaciones y los contenidos mediados por lo tecnológico”.
Estos tres términos, para la directora de la compañía Pie Izquierdo, Esther Pérez Arribas, tienen un significado común ya que “son algo vivo, que cambia y evoluciona” donde la escucha y la necesidad de integración son fundamentales y el protagonismo recae en el grupo. “En mis clases de Lengua y Literatura utilizo diferentes técnicas teatrales (improvisación, títeres, sombras, expresión corporal, expresión oral) y parece increíble la mejora en la escucha, en el trabajo en equipo, en la motivación, en la comprensión de los contenidos, en el fomento de la lectura…”
Introducir la educación artística en todas sus modalidades de expresión es, según la integrante del Instituto del Teatro de Madrid, Gema Cienfuegos, “una cuestión de voluntad porque hay modelos de éxito en otros sistemas educativos como Francia, Inglaterra, Canadá, Argentina, Chile…”. Y, como reconoce esta docente universitaria, “su investigación y su fundamentación teórica y pedagógica está asentada en el binomio teatro-educación, un ámbito que no para de crecer”. A pesar de todo, ateniéndose a la realidad de los hechos, “parece que las artes y las humanidades nadan contra corriente y su espacio es cada vez más exiguo en los currículos”.
A su vez, Esther Pérez Arribas tira de experiencia y muestra cómo el interés por parte de los responsables de la consejería de Educación a la hora de impartir estas materias artísticas es escaso. “En 4º de la ESO existe una optativa que se oferta dependiendo de si existe un profesor o profesora que lo quiera impartir, sin que este docente tenga que tener un conocimiento específico de la materia”. Además, se produce la circunstancia de que “si este profesor ha de ser sustituido, quien venga a impartir Lengua, Plástica o la materia de la que es titular, se va a encontrar con que tiene que impartir algo que quizá desconozca por completo”. Difícil papeleta para el profesor, pero totalmente desaprovechada para los alumnos que cuentan con pocas horas de enseñanzas artísticas.
El proceso multidireccional que aportan las artes escénicas durante las etapas formativas de niños y jóvenes, en opinión de los profesores, es profundamente fértil. “Las artes escénicas muestras al mundo los valores, las dudas, las ilusiones y la cultura en general del ser humano. No es sólo el teatro, es la música, la danza, el cine y muchísimas de las imágenes a las que estamos expuestos a lo largo de nuestra vida”, asegura Chamorro.
El arte humaniza al ser humano y cuando una actividad como esta se realiza por medio del trabajo en grupo “se desarrolla el compromiso, la empatía, la escucha activa y, en definitiva, el conocimiento personal”.
Y si esos objetivos generales los orientamos más a la vertiente académica, los talleres de artes escénicas muestran la verdad de sus capacidades: “fomentan el ejercicio de una ciudadanía democrática, el comportamiento respetuoso y no violento con los demás; refuerzan la disciplina y la involucración en las tareas que debe realizar desarrollando la creatividad, sensibilidad artística, asertividad, resiliencia y el espíritu emprendedor”, sostiene la actriz y profesora abulense.

:: Coordinación y continuidad
Asentar y extender con continuidad las artes escénicas en colegios e institutos de manera estable es “cuestión de voluntad política y dinero público”, afirma Ana Gallego, codirectora de Teloncillo Teatro, compañía galardonada con el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2013.
Ana Gallego insiste en que “garantizar el acceso de la infancia a la cultura es un derecho reconocido constitucionalmente” y añade que con planificación se podrían diseñar campañas en los teatros cercanos y en los propios centros escolares según las edades, sin olvidar la comunidad escolar rural donde “hay un gran trabajo por hacer y muchos aspectos a mejorar”.
Es cierto que a lo largo del tiempo, se han repetido las propuestas: “Vamos al teatro”, “Enteátrate”, “Artistea”, “Cantania”, “Teatro en el Delibes”, muestras provinciales de teatro escolar, jornadas de educación teatral, etc. Han sido campañas escolares de distinto tipo organizadas por la Junta, las diputaciones, algunos ayuntamientos, el festival Titirimundi o los encuentros Te Veo a las que, según el criterio de los profesionales del sector, les ha faltado coordinación y continuidad.
Abundan los ejemplos de referencia. “Poner de acuerdo a las consejerías de Cultura y Educación para lograr campañas de largo alcance es una labor que se hace con éxito en comunidades como Andalucía con el proyecto ABECEDARIA y que ha dado evidentes satisfacciones a la comunidad escolar”, sugiere Ana Gallego, una de los dos coordinadores de los Encuentros TE VEO.
Con ese propósito, María José Frías, Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2016, avanza que los responsables de Educación de la Junta pueden seguir también modelos de enseñanza teatral en Argentina o Portugal que permiten “reflexionar sobre los retos de la creación y la programación para los más jóvenes y abordar con sensibilidad el valor de la libertad en la creación artística y el disfrute”.
La creadora de la compañía Títeres de María Parrato entiende asimismo que el teatro en “este laboratorio de la vida”, como ella lo entiende, “debería transversalizar por completo la escuela y ofrecer a los alumnos la oportunidad de poder expresarse colectivamente de la mano de profesionales y profesores bien orientados”.