Poeta y músico, Petisme demuestra esa ambivalencia editando simultáneamente un disco y un poemario (Fast Food for Freaks) en el que conviven la crítica social con una mirada más íntima.
Por KEPA ARBIZU
No creo que haya nadie tan osado como para intentar clasificar a Ángel Petisme. No se trata sólo de que salte sin problema ninguno del mundo de la literatura al de la música, entendiéndolos como formas de expresión complementarias y no como departamentos estancos, sino que además en este último no se encorseta en ningún género o estilo determinado; en todos, o casi, encuentra una banda sonora idónea para sus historias/reflexiones.
Para reafirmar esta convivencia entre formatos, su nuevo disco “El ministerio de la felicidad” aparece junto a su nuevo poemario “Fast Food for Freaks”. Difícil decir quién acompaña a quién, y lo mejor es verlo como un “todo” que guarda en común una mirada afilada y crítica, (más presente quizás en los directos versos del libro) pero también irónica, cotidiana y, como es habitual en el zaragozano, dando voz a lo íntimo junto a lo más social. Dos visiones que para nada caminan por sendas diferentes, al contrario, la una sin la otra no tendría sentido.
Tras el título de este disco nos encontramos historias de personajes “outsiders”, de reflexiones, de denuncias, pero sobre todo de la necesidad de mirar a esas pequeñas cosas que nos pueden alegrar parcialmente, aunque siempre siendo conscientes del terrorífico panorama en el que nos encontramos sumidos. Una convicción que se podría definir con aquella expresión utilizada en el disco de Paul McCartney, “Flowers in the Dirt”, que además guarda cierta relación también con la idea expresada en la portada de este trabajo.
Para musicar este contexto “literario” Petisme se ha rodeado de una banda repleta de músicos con un amplio bagaje en muy diferentes contextos. Muchos de los que forman parte de ella han trabajado con gente como Coque Malla, Xoel López, Def con Dos, etc… Lo que a la postre consigue lograr, en líneas generales, un sonido muy compacto y orientado al rock. Precisamente uno de los integrantes, Josu García, mitad del dúo La Tercera República, también es el encargado de producir el trabajo.
Hay una serie de canciones que ejemplifican a la perfección esa actitud sonora mencionada. Un sonido cercano al rock americano, en su vertiente más melancólica, es el que aparece por ejemplo en “Ecce Homo”, un curioso acercamiento a dicho “fenómeno mediático” en el que reflexiona sobre la necesidad de ser querido, o en “Recuerda para mí”, magnífico repaso por los olvidos y falta de memorias existentes. Siguiendo con ese latido más guitarrero aparece “Virgen de los peligros”, con los desahucios de fondo y en la que la dureza de su aportación instrumental incluso llega a recordar a la de Lagartija Nick, o el directo, también en lo musical, ataque a la clase política en “Además nos votaréis”, donde toman parte dos míticos “protestones” como “El Drogas” y Kutxi Romero de Marea.
Esa combinación de estilos tan característico en el zaragozano se hará presente a través de sus acercamientos a los ritmos latinos de “Lo que vino y se fue”, una de las varias menciones a Baco, el vals circense que desarrolla en “Mi gigante preferido” o el homenaje a la chanson y la Nouvelle vague personalizado en una de sus figuras, la actriz Jean Seberg, que da nombre al tema. “Mensaje al futuro” y “Una vela en la oscuridad”, ésta en recuerdo del poeta desaparecido Félix Romeo, son dos composiciones de una elegancia y emotividad dignas de mención, y aunque instrumentadas perfectamente se sostendrían en un formato mucho más desnudo.
“El ministerio de la felicidad” y su acompañante el poemario “Fast Food for Freaks” constituyen una piedra más en el discurso de Ángel Petisme, que a pesar de sacar provecho de formas y tonos muy variados, sigue fiel en mostrar la realidad social a través de lo íntimo. Más incisivo o menos según el momento , se trata de una radiografía de la vida cotidiana, siempre inmersa en esa desesperante actualidad pero sin renunciar a intentar buscar sus “tesoros”. Si siempre es un placer y necesario escuchar al poeta y músico, mucho más en los tiempos que corren.
TAM-TAM PRESS 