La exposición ‘Beranardí Roig: El Coleccionista de Obsesiones’, comisariada por José Jiménez, está abierta al público en el Museo Fundación Lázaro Galdiano de Madrid hasta el próximo 20 de mayo.
Se trata de la primera muestra individual de un artista contemporáneo que se celebra en este museo y presenta 17 obras, de las cuales ocho son inéditas.
Por GERARDO LÓPEZ LÓPEZ
El poderoso contraste entre las impactantes figuras blancas de Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965) y la riqueza decorativa y artística del Museo Lázaro Galdiano es lo primero que llama la atención en esta singular exposición, la primera individual de un artista contemporáneo en este museo, una desconocida joya en el centro de Madrid, que se ha empeñado en darse a conocer y poner en valor su papel como gran museo público del coleccionismo. La muestra está concebida por el artista y el comisario, José Jiménez, como un diálogo abierto, desde el arte, con la figura de José Lázaro Galdiano (1862-1947) y la pasión de coleccionar.
‘Bernardí Roig: El coleccionista de obsesiones’ presenta 17 obras en los espacios de la Fundación: dibujos, esculturas, un libro de luz, un molde escultórico, un tablero de imágenes, y una película rodada especialmente para esta ocasión, que permiten apreciar la diversidad de registros del trabajo de Bernardí Roig y su intensa unidad estética. Ocho de estas 17 piezas son inéditas y dos de ellas están reformuladas para esta exposición. Por ejemplo, la escultura ‘Prácticas para ocupar el jardín de la FLG, está producida específicamente para esta muestra por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Pero la obra cargada con más magia de toda la exposición es ‘Ejercicios para chupar la luz’ que se ha instalado en un túnel que conecta los dos edificios del museo y que se abre por primera vez al público. Las paredes del túnel, además, están llenas de estantes en los que se amontonan los números antiguos de la revista ‘Goya’ publicada por el Museo, un almacén de conocimiento que espera la luz.
La muestra recorre salas y espacios que no forman parte del recorrido expositivo habitual del Museo, como son: la denominada sala de armaduras –el antiguo vestíbulo de entrada del palacio–, los jardines, o una de las terrazas exteriores del Museo.
Bernardí Roig afirma que sus obras “dialogan con el espacio que ocupan, ya que con su presencia activan el lugar. Se disponen en función de la arquitectura y sus elementos; los suelos, las esquinas, las columnas y la luz. La idea es que esa presencia en el espacio sea capaz de crear el vacío para que así los límites de la obra sean los límites del espacio que la contiene”. Una vez situada la obra en el espacio hay otros elementos que ayudan a sostener la narración, y que “bien pueden ser dibujos, sonidos o proyecciones de imágenes en movimiento». «Por último, aparece el espectador que con su mirada fertilizará el sentido de todo lo que esté ocurriendo. Es el que activa el relato porque no hay mirada que no modifique con su presencia aquello que mira”, advierte Roig.
La idea central de la muestra es el diálogo del artista con lo que significa una colección —atesorar conocimiento, almacenarlo y mostrarlo en la casa del coleccionista—, por eso juega un papel trascendental la propia sede de la muestra, la hermosa casa con jardín del extraordinario coleccionista y mecenas Lázaro Galdiano, cedida en su día por él mismo al Estado.
El comisario José Jiménez afirma que “el trabajo de Bernardí Roig, en el espejo diseminado de los espacios de la Fundación Lázaro Galdiano —las salas, el jardín, incluso el túnel—, permite a nuestra mirada y a nuestra sensibilidad introducirse en la amplitud de registros que implica el coleccionismo, del deseo a la memoria, de la lucha humana con el tiempo a su plasmación en obra de arte”.
- Ubicación del Museo Fundación Lázaro Galdiano: Serrano 122, Madrid (España)
- Horario de visita: Abierto de 10 a 16.30 h. Domingo de 10 a 15 h. (Martes cerrado)
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