
El pintor leonés José Antonio Barrera mantiene actualmente dos exposiciones. Una de ellas —retrospectiva de parte de su obra, realizada en óleo y acuarela— ha quedado instalada en La Posada del Marqués, en Carrizo de la Ribera, y la segunda —siete acuarelas de pequeño formato— se sitúa en una de las paredes del bar Camarote Madrid de León capital.
La Posada del Marqués, en la localidad leonesa de Carrizo de la Ribera, data del siglo XVII. Concebido entonces como hospital de peregrinos y palacio abacial del Monasterio Cisterciense de Santa María de Carrizo, ahora es un hotel que impone su encanto y su belleza. Por ello, José Antonio Barrera no pudo escoger mejor enclave para la exposición que ha montado en Carrizo, localidad a la que le unen numerosos vínculos afectivos, y donde se sitúa uno de sus talleres de trabajo, a escasa distancia precisamente de la hospedería.
Una selección de su obra, la mayor parte perteciente a la fechada durante los primeros años del siglo XXI (aunque hay algún cuadro de la década de los noventa), integra esta muestra, denominada ‘Mirada retrospectiva‘, que da cuenta de la evolución de este artista leonés, quien durante mucho tiempo compatibilizó la actividad creativa con la docencia y que ahora se centra en exclusiva en la primera. Óleo y acuarela son los materiales que ha empleado el pintor de Villadangos del Páramo en la elaboración de unos cuadros que ahondan en las posibilidad expresivas del entorno natural, sobre todo el paisaje de la provincia leonesa, aunque no rehúyen otros temas, como el jazz, la lucha leonesa o el teatro, y estilos, como el retrato.
Cada cuadro convive en el entorno de La Posada del Marqués de una manera natural y orgánica, junto a objetos e instrumentos cotidianos propios del medio rural como trillos, un carro o ruedas, entre otros, y se adecúa a la realidad de este. Alberto Flecha, a propósito de esta exposición en Carrizo y para el programa de la misma, ha escrito:
“Bien sabe José Antonio Barrera que ser artista es tene una causa abierta con la realidad, no conformarse con el dictado del ojo, hacer de cada cuadro un manifiesto. Así pasa de la montaña a la pincelada rotunda, así del recuerdo al ocre violento, así del ángulo al suave contrapunto mostrándonos que es el gesto el que revela, no el contorno conocido del árbol o el perfil caracterizador de un semblante. Es la razón de Barrera laa que nos aborda para colocarnos en la nueva realidad que surge acotada por los límites marcados del lienzo. Y en ella, en la soledad de su taller o en campo abierto, trabaja con el tesón de un cartógrafo de lo invisible, sin dejarse atrapar por las humildes fronteras de los géneros, huyendo de las frágiles etiquetas del crítico. Aspira a superar el tema porque lo suyo es la pintura —nos confiesa en su estudio, rodeado de colores y pinceles—. Por eso, al recorrer su obra, nos encontramos lo mismo el paisaje filtrado por el hombre que los hombres hechos paisaje en personalísimos retratos. Esa obra es la que nos lleva, también, al alambique que destila lejanas vanguardias con el espacio doméstico. Que encuentra para nosotros el envés de esos rincones que la costumbre nos esconde. Y que, con óleos y acuarelas, fija en nuestro ánimo el sentimiento, la emoción que producen un pájaro o un chopo, el fluir de la música a través de una trompeta o el movimiento y el esfuerzo de un deportista. Hace, en fin, una obra que es huella y señal suya y con la que nos reta a enfrentarnos con nuestra propia mirada. De esta obra tiene el visitante aquí cumplida muestra, no se acobarde, pues, y acepte el desafío”.

Por otro lado, durante todo el mes de agosto, permanecerán expuestas siete acuarelas de pequeño formato de José Antonio Barreda en el Camarote Madrid (en la calle Cervantes de la capital leonesa), apuntes de paisajes de lugares de la provincia leonesa como Salce, Laciana o Cueto, así como de Sanabria y de una playa no identificada. Lola Figueira ha escrito así sobre esta obra:
“La línea y el dibujo se sacrifican en favor de las espesas manchas de color. Las licencias cromáticas, irreales, ficticias, imaginarias, sorprendentes, están imbuidas de un lirismo que te saca de la realidad durante unos segundos para, inmediatamente después, reconducirte para reconocerla, y reconocerte, de nuevo, en un paisaje sereno, bellísimo”.
Más información:
- Página web de José Antonio Barrera: www.jabarrera.com
- La exposición ‘Mirada retrospectiva’ permanecerá hasta el 10 de agosto en La Posada del Marqués (Carrizo de la Ribera) y podrá visitarse (menos el sábado) de 19 a 21 horas los días laborables y el domingo de 12 a 14 horas y de 19 a 21 horas.
- La exposición en Camarote Madrid (León) se mantendrá durante todo el mes de agosto