Recibí una llamada. Alguien, un hombre, sollozaba en un piso vacío. Me habló de un accidente, de su abuela muerta. De una caída y alambre de espino. Preguntó: ¿Podemos ponerlo en TAM TAM? «Bajo al bar», me dijo, «y te mando algo, un puto poema o algo». «Corrígemelo», dijo. Le puse dos acentos. En el asunto, se leía: «Mi más sincera muerte». Hacía calor, mucho calor. Y este epitafio es de Eduardo Fandiño, artista plástico y querido. Donde esperabas una imagen, aparecieron palabras. Stop. (Víctor M. Díez)
«CAMPILLO DE AZABA»
Lumbre, encina y hierro
Sobrao, la balsa
Encinas
Encinas
Encinas
Encinas
Sandías y melones
Un motor
Cuato Latas
Azul
El brasero
Tazones verdes de duralex
Magdalenas
Un sofá
Y tú
Y tú también
Boñigas y malditos alambrados
La ribera
Campillo
El desmoche
Las gallinas, las vacas, los gorrinos
El gallinero fantasma, la piedra
Las ranas y las putas lagunas
Tus desayunos
Todos mis años
Aquí
Ahora
Te quiero
E.F.
TAM-TAM PRESS 