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El viernes 27 de julio de 2018 se podrá observar el eclipse lunar más largo del siglo XXI, con una duración (en sus diferentes fases) de 3 horas y 55 minutos. En su fase de oscurecimiento total, cuando toda la esfera queda opacada, los espectadores más afortunados (mitad este de África, Medio Oriente y Asia central) podrán apreciar el fenómeno durante 1 hora y 43 minutos. En España será visible en la fase ascendente de la Luna, con el punto máximo a las 22:21 horas (21:21 horas en Canarias). El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) lo transmitirá en directo desde Namibia a través del canal sky-live.tv, y la oscuridad producida por el eclipse permitirá descubrir objetos solo visibles desde los cielos australes, como las Nubes de Magallanes.
Durante un eclipse lunar, la Tierra se interpone en el camino de la luz solar que alcanza a la Luna. Eso significa que, durante la noche, la Luna llena se desvanece a medida que la sombra de la Tierra la cubre.
En la noche del 27 de julio, el eclipse se combinará con un fenómeno conocido como «luna de sangre» (o «luna de trueno», «luna roja»…), nombrado así por el color rojizo que adquiere el satélite y que, en realidad, no es más que un efecto visual que se produce cuando la luz solar se filtra en la atmósfera y se proyectan los colores anaranjado y rojo sobre la Luna. Esto se debe a que la atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol y filtra eficazmente sus componentes azules, de manera que deja pasar solo la luz roja que será reflejada por el satélite. Así, la Luna adquiere un característico resplandor cobrizo.
El eclipse será visible en su totalidad en la mayor parte de Europa, África, Medio Oriente, Asia central y Australia; y de forma parcial en el este de Sudamérica (Buenos Aires, Montevideo, Sao Paulo, Río de Janeiro…), pero no podrá ser visto en Centroamérica y Norteamérica.

El fenómeno será particularmente largo porque el 27 de julio la Tierra estará en su punto más alejado del Sol, conocido como su apogeo, y por ello arrojará una sombra más grande; y al mismo tiempo, la Luna estará en su punto más distante en su órbita mensual alrededor de la Tierra, conocida como apogeo lunar. La combinación de estos eventos espaciales es lo que provocará la inusual duración del eclipse.
Estrellas fugaces
Por otra parte, las lluvias de meteoros alcanzarán su máximo ritmo con las Delta Acuáridas —el 30 de julio— y las populares Perseidas —el 12 de agosto—, coincidiendo estas últimas con la fase de luna nueva, lo que propiciará un cielo oscuro durante toda la noche, excelente para observarlas.
