
Por TOÑO MORALA
Por las noches, soñaba con escribir poemas sobre la belleza que no conocía; soñaba con escribir sobre el pan, que muchas veces le faltó… y así, sobre montones de cosas. Con el paso del tiempo y, ya mayor, se fue dando cuenta lentamente… y le venían pensamientos libres y sinceros… y releía lo escrito hacía años… en uno de aquellos viejos papeles de estraza que aprovechaba, encontró una línea sin fecha… —¡Los obreros poetas, casi siempre mueren de la peor de las enfermedades… mueren de pena! Suspiró levemente; arrugó el papel y lo echó a la cocina de carbón… durante apenas un segundo, la llama formó un leve corazón, que se desvaneció entre la ceniza y el silencio de una lágrima que rodaba por la mejilla de la esperanza.