
El artista leonés Stickerman presenta en el Claustro Abierto de los Capuchinos (C/Corredera, 1) una exposición didáctica sobre el movimiento de arte urbano StickerArt. La muestra ofrece una visión del sticker (pegatina) como fenómeno artístico con distintas obras de esta modalidad de arte callejero que comenzó a popularizarse en los años 90 gracias a las compañías de skate y las bandas de punk rock. Se puede visitar hasta el 20 de Noviembre.
Las pegatinas adhesivas son el soporte principal empleado por los artistas del movimiento Sticker para trasladar el mensaje o la imagen que desean enviar a los habitantes de las ciudades. Mensajes positivos, guiños, complicidad o humor. Son como modernos mensajes en botellas a la deriva para naúfragos urbanos. Y como cualquier arte efímero, envía mensajes con la vocación de permanecer, pero con la resignación de saber que va a desaparecer con el tiempo, bien sea por las inclemencias del tiempo, o por los servicios de limpieza. En la exposición ¿Sticker… qué? se puede ver el combo más grande de España (colección de obras adhesivas de diferentes artistas en un mismo espacio), que se realizó en el Festival de Arte urbano Art Aero Rap (La Bañeza, León), pero también un homenaje a Sephard Fairey, considerado el “padre” del Sticker Art. Además la exposición reúne una amplia selección de piezas, tanto lienzos, como stickers de gran tamaño del artista leonés Stickerman y algunos otros ejemplos de artistas de todo el mundo, como el mencionado Sephard Fairey (Obey), Cheer UP, Dave Combs, Sophía Gasparian o el colectivo alemán No hate family. La exposición se puede visitar de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 18:30h hasta el 20 de Noviembre.Stickerman.es
“Diseñador de día ARTivista de noche”. Así se define el impulsor de esta muestra, que tras el seudónimo de Stickerman.es oculta a un artista gráfico leonés, que rompe las barreras de su cotidianidad y el encorsetamiento de sus obligaciones laborales vinculadas al diseño gráfico, para dejarse llevar por una necesidad creadora libre, y con el firme deseo de mejorar las tristes rutinas de sus conciudadanos, con mensajes enviados desde pegatinas cargadas de positividad y esperanza, pero también de crítica social e incluso de humor. Un guiño de complicidad desde el anonimato, ya libre de ego, que intenta provocar un sentimiento, como cualquier otra expresión artística.

