“Eduardo Arroyo. Retorno al paraíso de Robles de Laciana” es el título de esta gran exposición dedicada al artista y a su relación con León, que podrá verse hasta finales de septiembre. Reúne más de 160 obras, distribuidas en dos espacios: la Panera del Monasterio de Santa María de Sandoval (Villaverde de Sandoval, municipio de Mansilla Mayor), y el Centro Leonés de Arte (CLA) (Avda de Independencia 18. León). En el primero se albergan pinturas y esculturas de gran formato, así como reproducciones de las escenografías creadas por Arroyo. En el segundo, grabados, obra gráfica y esculturas de pequeño y mediano formato.
La muestra prueba la versatilidad, amplitud y calado internacional de la huella creativa de Arroyo y la importancia que tuvo la provincia en la labor cotidiana de este icónico artista con orígenes lacianiegos.
Con “Eduardo Arroyo. Retorno al paraíso de Robles de Laciana”, el Instituto Leonés de Cultura (ILC) pone a disposición del público una gran cantidad de obras, ordenadas y contextualizadas, de este artista plástico, escultor, grabador, escritor y escenógrafo nacido en Madrid, pero con raíces familiares en la localidad leonesa de Robles de Laciana, donde tenía su estudio y pasaba largas temporadas. Se trata de una muestra de gran interés y proyección internacional que facilitará una aproximación al mundo creativo de Eduardo Arroyo -poliédrico creador plástico y, a la vez, intelectual atento a su tiempo- de forma integral.
La exposición se inauguró en ambos espacios este pasado sábado ante una gran afluencia de público y contó con la presencia de varios miembros de la familia del artista, como su viuda, Isabel Azcárate, y muchos otros familiares y amigos, como Ana Azcárate y el también artista lacianiego Lolo Zapico.
Durante el doble acto de inauguración se puso de manifiesto la variedad en cuanto al origen de las obras expuestas, dado que en su mayor parte proceden de las colecciones privadas del hijo de Eduardo Arroyo, Pimpi Arroyo, y de Isabel Azcárate, su viuda; así como de la colección del Instituto Leonés de Cultura, concretamente la correspondiente a obra gráfica.
La muestra pretende dos objetivos fundamentales: presentar una propuesta expositiva lo más amplia posible partiendo de los fondos que se encontraban custodiados en la residencia y estudio de trabajo de Eduardo Arroyo, en Robles, y reivindicar la importancia y significación que para este artista tuvo su entorno familiar y afectivo más próximo.
En total, 144 piezas que se complementan con los fondos propios del ILC, 27 obras, y otras 17 de artistas vinculados al artista por medio de los famosos “Encuentros con Rosa Torres Pardo”, una serie de eventos musicales muy destacados que ambos organizaban, cada verano, en el pueblo de Robles de Laciana. Con estas obras se hace un recorrido amplio y estructural por la trayectoria creativa y plástica del autor, exceptuando algunas etapas vinculadas a su pintura política más comprometida y de difícil acceso.
Ilustración editorial y escultura
Un tema de gran interés para Eduardo Arroyo era el mundo de la ilustración editorial, que él llevaba a cabo con técnicas de estampación clásicas y digitales. En total se ofrecen seis volúmenes, algunos tan significativos como los impresos en el taller de Franck Bordas, nieto de Fernand Mourlot (editor de Picasso, Miró, Klee, Calder…).
En relación a la escultura se muestra un amplio abanico de posibilidades técnicas y formales que van desde la fundición clásica del bronce con collage de otros materiales hasta la apropiación de materiales industriales pasando por la fundición en fibra de vidrio, el trabajo de cortey soldadura en hierro y aluminio, o la talla directa y grafismo en piedra, cuestión que prueba la gran versatilidad creativa y técnica de Eduardo Arroyo. A todo ello se suma la presencia de un número muy importante de obras en piedra de gran formato, realizadas enteramente en Robles con la colaboración de Lolo García.
Pintura y dibujo
La exhibición aporta un conjunto amplio de pinturas al óleo que van desde pequeños formatos que reflexionan sobre el paisaje y hablan de la proximidad afectiva de Arroyo en relación con la montaña leonesa, hasta una pintura más narrativa e incluso secuencial de gran formato, con un díptico de algo más de seis metros de ancho por casi tres de alto, caso de “El Dorado”, o piezas de tres por tres como el “San Sebastián” (en realidad, un retrato de su hijo Pimpi).
En el ámbito del dibujo, la muestra ofrece una serie de piezas muy destacadas por la utilización de soportes diversos. De este modo, se exponen piezas litográficas pertenecientes a la magnífica Suite Senefelder, pero también obras en serigrafía, dos aguafuertes y aguatintas publicadas por el editor leonés José Sevillano, y una estampa con técnica digital.
El artista también mantuvo una relación especial con el mundo del teatro y las artes escénicas, así como con la literatura y la crítica. La muestra incluye reproducciones de escenografías a partir de fotografías de los montajes que realizó Arroyo con Klaus Michael Grüber, uno de los directores de teatro y ópera más importantes a nivel mundial, y varios libros escritos por el propio Eduardo Arroyo.
Tal y como recuerda Luis García, Arroyo estaba intensamente vinculado a su paraíso de infancia y madurez, Robles de Laciana (como muy bien refleja en su libro “Minuta de un testamento”), donde, desde el fallecimiento de su padre, pasaba cuatro meses al año y en el que, con su madre, abuelos y familiares, descubrió la libertad y la belleza de la naturaleza.“En Robles, por fin, el artista se encontró cómodo, recuperó viejas amistades y generó un espacio donde se organizaban encuentros con artistas, intelectuales, poetas, escritores, músicos, políticos… siendo representativo de esta intensa actividad los famosos Encuentros con Rosa Torres Pardo, donde asistían personalidades de gran significación como Victor Manuel, Ana Belén, Javier Solana, José Luis Rodríguez Zapatero, Enrique de Viana, Arnoldo Liberman, Antonio Moral, José Manuel Zapata, Almudena Grandes…También reactivó la vinculación de la Universidad Carlos III con la Fundación Sierra Pambley de Villablino.
“Retorno al paraíso de Robles de Laciana” podrá contemplarse hasta finales del mes de septiembre con entrada libre en los siguientes espacios y horarios: en el edificio de la Panera del monasterio de Santa María de Sandoval, de miércoles a domingo de 10.30 a 14.30 y de 17.00 a 20.00 horas; y en el Centro Leonés de Arte, de martes a viernes de 17.00 a 20.00 horas, sábados de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas.