
El Auditorio de León recibe este miércoles 18 de octubre a la coreógrafa y directora Isabel Vázquez y la productora Elena Carrascal con “Archipiélago de los desastres”. Un espectáculo musical de danza contemporánea en el que reivindican la fraternidad de los imperfectos, el compartir las heridas íntimas y la derrota. Será a las 20:30 horas, con entradas a seis euros.
Tras destapar las trampas de la virilidad y su difícil gestión de las emociones en ‘La maldición de los hombres Malboro’, el tándem compuesto por Elena Carrascal e Isabel Vázquez se rebela ahora contra otro peso que impone la sociedad: el engañoso concepto del éxito, la creencia extendida de que uno no tiene valor si no triunfa. Es el principal argumento de “Archipiélago de los desastres”, un espectáculo de danza contemporánea que conjuga teatro y humor inteligente en clave de cabaret, con canciones y música en directo. El montaje se plantea también como un homenaje a una profesión tan ingrata como emocionante, al tesón de quienes siguen subiéndose al escenario a pesar de la adversidad. “Aunque tratamos también otras derrotas, como el fracaso amoroso, es un tributo a la vida de los intérpretes, a esa capacidad de que pase lo que pase siempre estaremos ahí, tirando para delante, resurgiendo de las ruinas”, explica la directora del espectáculo.
La obra nace de la certeza de que desde que el hombre nace le recorre la grieta de la vulnerabilidad, pero trata de esconder esa naturaleza frágil en la máscara de la infalibilidad. “Archipiélago de los desastres” propone como apunta Isabel Vázquez “fracasar mientras podamos, con cabeza, tranquilamente, nada de fracasar a lo loco”. La creadora sevillana asegura que “el fracaso tiene una belleza intrínseca, en él hay poesía. Y el escenario es un buen lugar para admirarla. Vamos al teatro para fraternizar con otras vidas similares a las nuestras, con personas que se abren en canal y nos cuentan intimidades que nunca estaríamos dispuestos a confesar”.
La idea creativa de “Archipiélago de los desastres” comenzó con la reflexión sobre el poder de la vulnerabilidad y en transformar “el fracaso en elogio”, argumenta Isabel Vázquez, trasladando que “la sociedad nos impone una idea del éxito equivocada”. En este sentido, la coreógrafa asegura que “un intérprete, para ser creíble, auténtico y original, ante todo debe ser vulnerable. Y con la vulnerabilidad como herramienta se puede llegar a lugares a los que jamás llegaríamos desde la seguridad”.