El repertorio tradicional leonés centra la nueva edición de “Calechos d’hibiernu”

Regresan un año más las jornadas culturales “Calechos d’hibiernu” organizadas por la Asociación Cultural Faceira y el Ayuntamiento de León. Esta nueva edición tiene como eje temático el repertorio tradicional cantado en leonés y contará con tres charlas-concierto los días 9, 16 y 23 de febrero. La conferencia inaugural, que correrá a cargo del musicólogo José Ignacio Suárez García, tendrá lugar el viernes 2 de febrero a las 19:30 horas, en el Palacio del Conde Luna.

La programación de esta edición de “Calechos de d’hibiernu” arranca este viernes 2 de febrero con la conferencia  “Cantares en llionés, una llengua minorizada”, a cargo del musicólogo José Ignacio Suárez García. Y le seguirán tres charlas-concierto en las que los asistentes podrán disfrutar de composiciones nuevas basadas en cantares tradicionales, de repertorio cabreirés y de música de la montaña noroccidental leonesa.

El 9 de febrero el multiinstrumentista Rodrigo Martínez ofrecerá la primera de estas charla concierto “Tradición y creación en llionés”; el 16 de febrero tendrá lugar la segunda con Edilberto Rodríguez, bajo el título “Música tradicional cabreiresa”; y la tercera “Música ḷḷacianiega ya d’alredore”, el 23 de febrero, está protagonizada por el Dúo Tsacianiega, formado por las hermanas Raquel y Laura Álvarez Alonso.

Todas las propuestas se celebrarán a las 19:30 horas en el Palacio del Conde Luna de León.

El “calechu” era una reunión característica de los pueblos de la montaña y con la celebración de estas jornadas coordinadas por José Ignacio Suárez García la Asociación Cultural Faceira y el Ayuntamiento de León rinden homenaje a esta costumbre y, además, ponen en valor y difunden una parte del enorme patrimonio cultural leonés a través de esta programación.

Calechu, caleyu o tertulia

El “calechu” está muy ligado a los pueblos de la montaña noroccidental leonesa, concretamente a las comarcas de Ribas de Sil, Laciana, Babia, Omaña, Luna, Ordás y El Bierzo, donde se conoce con el nombre de “caleyu”. A última hora de la tarde, se juntaban varios vecinos y/o familiares en la calle -si el tiempo lo permitía- o en la cocina de uno de ellos, con el propósito de pasar agradablemente un buen rato antes de cenar en las largas tardes de invierno, estación en la que había menos que hacer que en otras épocas del año.

Parece ser que tanto la práctica como el término tienen su origen en las reuniones que se hacían antiguamente para distribuir los turnos de mantenimiento, cebado y guarda de las trampas para lobos, llamadas calechos, así como determinar otros pormenores relativos a ellas.

El “calechu” era esencialmente una tertulia en la cual se comunicaban las novedades de la vida diaria, aunque también podía jugarse a las cartas y contarse historias amenas, cuentos y acertijos, estos últimos dedicados especialmente a los más pequeños.

También era el momento en el que se acordaba dónde se juntarían por la noche para el filandón, pero, a diferencia de éste, en el calechu no se solía trabajar y, por tanto, tenía un carácter eminentemente lúdico, de ahí el protagonismo de la gente joven en muchos casos. Pero además de distraer, el “calechu” asumía a veces una vertiente pedagógica, ya que era aprovechado por los padres para enseñar a los hijos cosas de la escuela.

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