
El poeta leonés Elías Gorostiaga —pseudónimo de Elías Prieto Saénz de Miera— presentará en León este jueves 21 de marzo, Día Mundial de la Poesía, su libro «Las provincias de Benet o vivir en un Chagall» (Editorial Pre-Textos), ganador del V Premio Internacional de Poesía ‘Juan Rejano’ fallado el pasado mes de agosto en Puente Genil (Córdoba).
La presentación tendrá lugar a las 19,30 horas en la sede del Instituto Leonés de Cultura, y el autor estará acompañado por el poeta y periodista leonés Antonio Manilla.

«Mi hijo camina en la tierra de los locos sin encontrar palabras, solo habitaciones vacías, que Dios allí, ni en ningún otro lugar, habita. Para escribir Las provincias de Benet uno debe escuchar, conocerse a sí mismo y leer; es la única manera de entrar y salir indemnes del desierto. Juan Benet entró muchas veces en ese desierto, solo, y salió de ahí acompañado por todos los paisajes de «Región». Blanca Andreu, su segunda mujer, entró en la selva y salió de ella tan herida que sólo con la arrogante compañía de Benet pudo seguir caminando sola y a la vez a su lado. Ambos son los protagonistas de este poemario. Ellos, junto con una redefinición del sufrimiento, forman el alma de aquellos cuadros de Chagall, tan llenos de personajes, éxodos, símbolos y colores que serían y siguen siendo, un buen refugio para cuando estemos perdidos y no sepamos el lugar donde habitarnos», anota el autor sobre su nuevo libro.
Elías Gorostiaga (Valencia de Don Juan, León, 1963) publicó su primer poemario, “El castillo de aire”, a los 20 años, y seis años después se fue a vivir y trabajar a Barcelona, al Registro de la Propiedad. Allí continuó escribiendo y volvió a publicar un segundo libro de poesía, “Tierra de invierno”, en 2015. Les siguieron el libro de relatos “Polvo en la frontera” (2016) y los poemarios “Cuerdas de plata” (ganador del II Premio Diario Jaén de Poesía en 2020), “Derbi” (Ondina Ediciones, 2022) y «Estériles» (2023).
En 2023, con su libro «Las provincias de Benet o vivir en un Chagall», Elías Gorostiaga se impuso sobre los más de 700 originales que se presentaron al certamen ‘Juan Rejano’, dotado con 3.000 euros y la publicación en Pre-Textos.
El jurado —presidido por la poeta Concha García y compuesto por Silvia Pratdesaba, en representación de la editorial Pre-Textos, Isabel Pérez Montalbán, Guillermo Busutil y Juan de Dios García, y en nombre de la organización, Antonio Roa— apostó por unanimidad por este poemario de épica narrativa «con una atrevida voz personal que teje una relectura del escritor Juan Benet, traduciendo a la poesía la mirada seca, a veces fronteriza y outsider de su universo».
:: El primer poema del libro
1. Juan Benet cuenta lo que un ingeniero debe saber
Percibo igual que una roca lo hace con otra.
Patricia Almarcegui
«Cuadernos de Japón»
Un hombre debe construir su propia casa,
su propia iglesia, una silla para descansar,
donde beber, fumar en pipa, mirar lo construido.
Un hombre de Castilla debe sentarse para escuchar
todos los sueños, ser juez, poder juzgar.
Un hombre debe aprender, mirando, el juego de los hijos.
Debe conocer el lado exacto de la cama
donde se va a acostar y dormir solo junto a una mujer.
Para llegar ahí,
echamos a las bestias de sus cuevas,
instalamos hogueras, su calor, la tribu y las manos.
Cuando llegaron los soldados, seguíamos en la cueva, incapaces de nada más,
durmiendo sobre ramas y pieles.
No habíamos oído jamás una campana, una legión, una espada,
una casa, ni cien casas,
y escaseaban las palabras.
Éramos ingenuos quemándonos con la luz como polillas,
fuimos esclavos, domesticados,
trabajamos como caballos blancos de Veragua.
Muchos, conseguimos seguir vivos.
Como ingenieros dormimos en barracones, sin la compañía de un espejo,
del aliento de un dios, ni de un beso.
Cuando salimos de ahí, cientos de años después, cientos,
preferimos la lentitud y los bueyes,
otros, eligieron la velocidad, los caballos.
Hoy, después de lo sufrido, sin dejar de ser vagabundos,
construimos, con ayuda de los hijos, nuestra casa,
nuestra propia iglesia, una silla para descansar,
donde beber, fumar en pipa, mirar lo construido.
Nuestros hijos y nosotros sabemos que no debemos esperar nada a cambio.
