
El próximo jueves 27 de marzo, a las 20.30 horas, en el Teatro El Albéitar de la Universidad de León, el poeta Víctor M. Díez presentará el libro A un amanecer, otro crepúsculo (Editorial Dilema), su poesía reunida, con un espectáculo poético y musical en el que estará acompañado por grupos y músicos señeros en su trayectoria: Sin Red, Angela Davis y Rodrigo Martínez. Junto al autor estará, además, el periodista Antonio Marcos, prologuista del libro. // Entradas: 5€ (3€ para la comunidad universitaria). A las personas interesadas en adquirir el libro, se les descontará el precio de la entrada, entregando la misma al finalizar el acto.
El libro se presentará próximamente en Madrid, en la librería Enclave de Libros; será el sábado 29 de marzo, a las 12:30 horas, y el autor estará acompañado por el poeta Marcos Canteli.
Víctor M. Díez, poeta que dice escribir como si lo hiciera al pie de un escenario, plantea para la presentación de este libro, que contiene su escritura poética de los últimos treinta años, un espectáculo en el que estará acompañado por los músicos con los que ha compartido su quehacer escénico en ese tiempo:
- Sin red, grupo de improvisación músico-poética en el que estuvo integrado casi veinte años, junto con los músicos Chefa Alonso, Cova Villegas e Ildefonso Rodríguez.
- Angela Davis, power trío de rock progresivo con el que ha colaborado en varias ocasiones.
- Rodrigo Martínez, músico folk con el que comparte el dúo cajabaja y con quien colabora desde hace años.
Las casi 800 páginas de este volumen, que incluyen un libro inédito al final, Humo Sapiens (2023), cuentan con un prólogo del periodista y librero Antonio Marcos y con un epílogo firmado por el poeta y crítico Miguel Casado.

En la contraportada de A un amanecer, otro crepúsculo, la poeta Olvido García Valdés escribe sobre el autor:
«Voz en off. Poesía sonora, poesía escrita. Una escena casi vacía. Una voz que brotara de un muñeco o simulacro que mimara discursos, peligros, afectos; palabra alargada, dividida, troceada, despiezada, suturada. Una voz que anduviera por dentro, haciendo del sentido puro sonido, raro sonido, cavernoso y múltiple, sentido evocado, desplazado. Ocurre así cuando se escucha en escena a Víctor M. Díez (León, 1968), agitador cultural, actor, performer implicado en proyectos audiovisuales y de música improvisada, miembro del grupo Sin Red; poeta de acción. Poeta.
Su poesía escrita traslada pareja inquietud, igual intensidad. Es a la vez, se diría, lugar de precisa delicadeza y un espacio vertedero, como el mundo; todo puede llegar ahí, todos los materiales, todos los desechos. Y, sin embargo, por momentos abrasa. Una escritura cíclica, envolvente, aunque arraigada en la precariedad; todo en ella tiene cualidad de retorno: una sección de Evaporado va (1996), su primer libro, se titulaba “La danza de la curación”, se trataba de un baile en antiguas y verdes praderas; por ahí andaba este verso: “como quien dijo aquel crudo: A TRAVÉS”. En el agua o en los campos, todo resuena, se hace eco. Los muertos y los vivos se entrelazan: Funeral celeste (2011) fue título, mucho después, para esa danza.
Pero también antes, Voz fuera de campo (2004) acogía hablas cruzadas, sumergidas, que venían de lejos. Miedo o fiesta. Despersonalizado fluir de lo dicho –no es yo quien trabaja en el poema; es nosotros, otro, tú, formas de nadie, de la vida que los mueve, que nos va moviendo–. Más áspera cada vez, la vida; menos vivible, desesperada, más sorda y átona. En la escritura de Víctor M. Díez, el poema se mueve a través de esas materias, como un temblor, del rezumar de ese vivir, con una percepción intensamente política.»

Entre los agradecimientos personales que se recogen en el libro, hay un lugar destacado para todos los editores que, generosamente y no sin riesgo, fueron publicando cada uno de los poemarios y antologías de Víctor M. Díez en las últimas tres décadas.
«No quisiera olvidarme de los heroicos editores que me tuvieron en cuenta y malgastaron su tiempo y dinero con mis textos. Los Nómadas de Oviedo, los extremeños José María Cumbreño (Liliputienses), Marino González (De la luna libros) y el hermano pintor, Javier Fernández de Molina. También a Jesús Ortiz (Icaria), en Barcelona entonces; a Edmundo Garrido (Amargord) y Antonio Cordero (Varasek) desde Madrid; o, en León, a Héctor Escobar (Eolas), a Cris y Palmero (Marciano sonoro) y a los responsables de la colección Provincia», anota el autor.

:: Un poema Víctor M. Díez
A mí hija escarbando con los dedos
en la tierra del patio encontré a mi hija
escarbando con los dedos en la tierra
como un eco entre el falso jazmín
y el rosal mediomuerto.
Tiré de ella
recién nacida como de una extraña palabra
la saqué de la tierra a mi hija hecha saliva
y la puse a secar entre cuatro cuerdas.
Ella sola se prendió al mundo
como un dibujo sonoro
de piedrecitas botones y caldo.
:: Sobre el autor
Víctor M. Díez (León, 1968) es poeta, actor, performer y algunas cosas más. Ha publicado una docena de títulos, entre los que se cuentan las antologías Maldito baile obligatorio (Ed. Liliputienses. Cáceres, 2016) y Todo espera un fuego (Ed. Provincia. León, 2010)
Siempre ligado a la escritura y a la escena, ha colaborado en diferentes diarios como columnista, así como en revistas literarias, festivales de cine, catálogos de pintura o guías de viaje. Es conocido por sus trabajos como poeta de acción con músicos (cajabaja, SIN RED, Angela Davis, Blanca doble, En crudo…), colectivos escénicos y proyectos audiovisuales. Tiene también un largo y reconocido bagaje como agitador y programador cultural.

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