Por CAMINO SAYAGO.— «Permanezco en la brecha del cuarto oscuro, fiel a la química de reveladores y fijadores. Incondicional de los carretes y las placas, de la ampliadora, de la gelatina de plata sobre papel baritado. En definitiva, adicto a esa alquimia que transmuta luz en imagen». Martinferre, alter ego del fotógrafo berciano Casimiro Martínez Ferrero (Bembibre, 1960), se presenta con esta sincera declaración de intenciones en la galería Ármaga.