José Naranjo: «En África sales a la calle y te encuentras con una historia»

José Naranjo participó este viernes en una conferencia sobre el expolio de cerebros. Foto: L. Fraile.
José Naranjo participó este viernes en una conferencia sobre el expolio de cerebros. Foto: L. Fraile.

El periodista canario impartió en Valladolid una conferencia sobre el expolio de cerebros en África y aprovechó para compartir sus vivencias en el continente Negro.

Por LAURA FRAILE
(ultimocero.com)

José Naranjo entró en contacto con el continente africano por primera vez a raíz de su trabajo como redactor en un periódico local de Las Palmas de Gran Canaria. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, sus primeros años de práctica profesional coincidieron con la llegada a España de unas pateras que han seguido llegando hasta la actualidad, buscando no ya un futuro mejor, sino simplemente un futuro.

La trayectoria de este periodista canario ha seguido estrechamente vinculada desde entonces a este continente, en el que vive actualmente, y desde donde trabaja por la visibilización de una realidad que escape del tratamiento del «periodista paracaidista» que llega y pretende entender en una semana lo que precisa de mucha más calma y profundización.

Este viernes, 18 de octubre, José acudió a Valladolid para participar en el `Curso de Salud y Desarrollo Humano´ organizado por la ONGD Anawim y el Área de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Universidad. La intervención de José, que compartió mesa con Lázaro Bustince (director de Fundación Sur), se centró en el expolio de cerebros sufrido en África. Según afirma este periodista, sólo en Senegal hay un 18% de universitarios que se van del país, muchos de los cuales pertenecen al ámbito sanitario. «El origen de este problema está en un sistema universitario que está colapsado. En Senegal hay dos Universidades, en Saint Louis y en Dakar. El anterior presidente, cuando llegó en el año 2000, se puso por bandera ofrecer una educación universitaria para todos. Estableció un sistema de becas para acceder a este propósito, pero no desarrolló estos centros. Allí hay clases con 1500 alumnos, gente que va a las 5 horas de la mañana para coger sitio, otros que debido a la falta de espacio escuchan las clases a través de una ventana…», indica al respecto José.

Según comenta, la mayoría de los jóvenes emigrantes senegaleses se dirigen a Francia y Canadá. «Son personas que van allí con un contrato o que van a formarse a la Universidad. El problema no es tanto que se vayan, sino que no vuelven. No lo hacen porque Europa ha constituido una política de gestión de flujos migratorios que les impide el regreso. Es una política basada en el control de fronteras, en los visados y en la represión. Muchos de estos jóvenes optan por la emigración clandestina, lo que implica que se jueguen la vida y que entren en el aparato represor de Europa. La gente de allí me ha enseñado la solidaridad. Solemos pensar que la civilización viene dada por las nuevas tecnologías o por haber llegado a la Luna, pero el grado de civilización de un pueblo se define por la manera que tenemos de tratar al otro«, continúa José.

Nacido en Telde (Gran Canaria) hace 42 años, José empezó a trabajar en la prensa local isleña una vez terminados sus estudios de Periodismo en Madrid. Sus primeras noticias aparecieron en las ediciones de periódicos como La Provincia, La Gaceta de Las Palmas o Canarias 7. «Estuve prácticamente en todas las secciones: Deportes, Información local, Sociedad… La prensa local es una gran escuela, es el único medio que te permite estar en contacto con la calle«, reconoce.

Contar la realidad

En el año 1998, estando trabajando en el periódico Canarias 7, le tocó informar de la llegada de unas pateras a Canarias. «Me mandaron a Fuerteventura a cubrir este tema. Así fue como entré por primera vez en esta realidad. Desde entonces he estado durante 15 años dedicando prácticamente un 80% de mi tiempo al tema de la inmigración, que es la gran historia de nuestro tiempo, y que es algo que se vive en primera línea desde Canarias», continúa José. «Ahí fue donde me di cuenta de la responsabilidad de contar esta realidad de manera completa, más allá de la parte visible del iceberg, que es la de la llegada de las barcas con los inmigrantes. Sentía que había que contar no sólo los muertos, sino saber lo que había detrás», añade este periodista canario.

En 1999 viajó durante una semana a El Aaiún, que por aquel entonces estaba constituido como el punto de salida de estas barcas. Su interés en el conflicto saharaui no gustó entre las autoridades, así que acabó siendo expulsado del país (tiempo después, este hecho se produciría dos veces más). El tema de la inmigración siguió ocupando su interés principal, aunque con el paso del tiempo fue incorporando nuevos matices. «Hasta ese año sólo llegaban marroquíes y saharauis, pero a partir del año 2000 empezaron a llegar también personas procedentes de Ghana o Nigeria. Fue entonces cuando me picó la curiosidad y cuando decidí ampliar el objeto de mi trabajo. Empecé a viajar a Argelia, a Senegal y a Malí, ya que ésos eran los países de origen de los emigrantes. En Canarias todo esto es un drama que por esos años ya contaba con cientos de muertos y con una indiferencia absoluta por parte del Gobierno. También había centros de retención de inmigrantes improvisados, hoy llamados CIES, que vulneraban profundamente los Derechos Humanos. Yo tenía la sensación de estar gritando en el desierto. Cada quince días había un naufragio, pero era un tema incómodo. A pesar de que estas personas estaban a 1500 kilómetros de la península parecía que no importaran a nadie«, comenta este periodista.

En el año 2006 se produjo el boom de los cayucos. Por aquel entonces, José acumulaba ocho años trabajando en este tema. (Un año antes, por cierto, había entrado a formar parte de El País como corresponsal, cargo que ha ocupado hasta hace dos años). Todas estas experiencias nutrieron las páginas de dos libros: `Cayucos´, publicado en el año 2006 y finalista del premio Debate, y `Los invisibles de Kolda´, del 2009, hasta ahora su último libro. «Esta obra fue el resultado de una investigación acerca del peor naufragio de la inmigración clandestina, ya que se produjeron 160 muertos procedentes de esa región senegalesa. El título hace referencia a una historia que dice que allí, cuando alguien decide emigrar, hay un brujo que les da un amuleto que, según cuentan, les permitirá ser invisibles para poder burlar los controles de la policía de la frontera», explica José.

Acostumbrados como estamos a ver cada día noticias que priorizan la cuantificación de las víctimas que mueren en el intento de llegar a la península, este periodista reivindica recuperar una dignidad profesional que sea capaz de contar la historia que hay detrás de todo esto. «Son personas con nombre y apellidos, con familia, que acaban cosificadas, convertidas en simples cifras. Me acuerdo de que, estando allí, me enteré de un accidente de Spanair producido en Barajas en el que hubo 150 muertos. Cuando aquí hay un accidente de este tipo hay una investigación oficial, funerales de Estado, juicios, indemnizaciones… Allí, muchas veces, ni siquiera la familia tiene la certeza de que se han muerto«, se lamenta José.

Proyecto informativo «sin fronteras»

En el año 2010, este periodista impulsó el proyecto informativo GuinGuinBali (que significa «sin fronteras») junto a Txema Santana, Nayra Moreno y Laura Gallego. «Lo creamos porque considerábamos que había poca información sobre África en español. Todos éramos periodistas canarios con un interés por informar sobre el continente. Establecimos una red de corresponsales africanos, hicimos tres ediciones en inglés, francés y castellano y empezamos a trabajar poniendo una mirada especial en África occidental, más que nada por su cercanía con España. Establecimos una defensa clara y directa de los Derechos Humanos y el medio ambiente, aunque también teníamos secciones de Deportes, Cultura, Política, Sociedad o Economía. También establecimos una línea de proyectos paralelos sobre África, como el de África es más (con el que dábamos charlas en los colegios), hicimos una guía del continente para los periodistas que fueron al Mundial y que nos encargó Casa África, realizamos un programa de radio, establecimos un gabinete de comunicación para eventos como el Festival de Jazz de Las Palmas… En el año 2011 este proyecto dejó de ser rentable, así que ahora ha acabado convirtiéndose en un blog de blogs», explica José.

Fue en esa época cuando este periodista sintió la necesidad de instalarse en África. «Hasta entonces había estado yendo entre tres y cuatro veces al año. La había convertido en el objeto de mi trabajo, pero hasta ese momento no había vivido su parte cotidiana», añade José. Así fue como en octubre de 2011 acabó instalándose en Senegal. «Llegué con una mano delante y otra detrás», señala, aludiendo a continuación a las dificultades iniciales para abrirse un hueco a nivel profesional. Por aquellos años empezó a trabajar para El Mundo y comenzó a escribir en un blog llamado `África no es un país´, que estaba coordinado por Lola Huete, y que le permitió escribir sobre muchos temas que no tenían cabida en este periódico. (Actualmente, José es coautor de este blog).

Desde enero de 2013 José vive en Bamako (Malí), aunque viene a España esporádicamente (en esta ocasión, llegó hace tres semanas, aunque se quedará en la península hasta finales de noviembre, fecha en la que regresará de nuevo a Malí). José llegaba este jueves por la tarde a Valladolid desde Córdoba, ciudad en la que ha estado unos días cubriendo el Festival de Cine Africano. Próximamente viajará a Pamplona, donde el martes 22 tiene previsto participar en una jornada sobre África y Periodismo. Después se trasladará a Las Palmas, donde formará parte del 23 al 25 de octubre de un seminario sobre jóvenes emprendedores africanos. A partir de esa fecha le esperan dos citas más: una para el 7 de noviembre, día en el que estará participando en una jornada sobre conflictos en el continente que tendrá lugar en la Universidad de La Laguna y otra para el día 8, donde presentará a un periodista del Chad, llamado Makaila Nguebla, que ha sido expulsado de su país por sus críticas a su presidente. Después, para el mes de febrero, José tiene previsto organizar un ciclo africano en la Universidad de Alicante en el que se abordarán áreas temáticas como el cine, la mujer, el periodismo o los conflictos producidos en el continente.

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