“Un millón de años” de David Sánchez

Portada de Un millon de años Fuente Editorial Astiberri

La sección “Los Cómics de Tina Muskegon”, indaga en esta cuarta entrega en la obra del artista multidisciplinar David Sánchez. El autor madrileño, uno de los más reconocibles en la ilustración y el cómic nacional, nos adentra en su último trabajo: Un millón de años.

Por TINA MUSKEGON

David Sánchez (Madrid, 1977) es ahora mismo uno de los autores más reconocibles del panorama de la ilustración y el cómic en España. Como artista multidisciplinar, su obra abarca distintas vertientes: desde portadas de libros para la editorial Errata Naturae, ilustraciones para revistas, diseños para camisetas y cómics, hasta esculturas y extraños juguetes. Cada esfuerzo es un desafío y el éxito que ha alcanzado es la expresión de la profundidad y versatilidad de su estilo. «Todo mi trabajo es digital desde hace muchos años, sí es cierto que tuve una época en la que no me apetecía hacer cómic y estuve probando otras cosas, pero ya se me ha pasado», explica David Sánchez.  «En cuanto a los autores que más me han influenciado, aprendí a dibujar copiando a Moebius y descubrí a Burns, Clowes y Alcázar en la adolescencia. Llevo bastante tiempo trabajando en eliminar las influencias, pero me doy cuenta de que al eliminar unas, las más conscientes, aparecen otras, más profundas e inconscientes.»

“Un millón de años” es el título de su último trabajo. Editado recientemente, como de costumbre, por Astiberriy, se presenta como una recopilación de relatos de corte místico protagonizados por personajes y criaturas asombrosas que luchan por sobrevivir en un espacio desértico devastado, violento, inmisericorde e irracional. En este cosmos lo religioso y espiritual lo envuelve todo como la sombra de una gran montaña, afectando irreversiblemente al devenir de los personajes que lo habitan: “Me interesa mucho la espiritualidad y la idea o concepto de Dios, este es mi trabajo más personal”, nos explica David.

Si bien es cierto que “Un millón de años”sigue la turbia línea de sus trabajos anteriores – Tu me has matado, con el que consiguió el premio a mejor autor revelación en el salón del cómic Barcelona en 2011; No cambies nunca; La muerte en los ojos; y Videojuegos-, en él lo inquietante mana de otras fuentes. De entrada estamos ante una historia de ficción post-apocalíptica, alejada de los escenarios en los que se ambientaban sus anteriores historietas. Aquí no hay rastro de la Norteamérica de los 50, ni de sueños que se mezclan con lo cotidiano, ni demás atmósferas lynchianas: «David Lynch me encanta y aprendí de él que se pueden contar las historias de otra manera, pero creo que en este cómic no hay nada de Lynch, no hay trampas narrativas, las historias tienen una narrativa convencional, empiezan en A y acaban en B y van en línea recta, no hay trampas temporales ni nada que entender”, asegura David Sánchez.

Pagina de Un millon de años Fuente Editorial Astiberri

En contraste, el universo que ambienta “Un millón de años” parece ser el resultado de un gran cataclismo que hubiese borrado de la faz de la tierra cualquier signo de civilización, al estilo de grandes obras de fantasía y ciencia ficción: “Me encanta Mad Max pero no lo considero una influencia, de hecho cuando estaba dibujando y me daba cuenta de que se me iba un poco hacia ese lado intentaba corregir en el siguiente capítulo. En mis trabajos anteriores si intentaba inspirarme en el cine, pero desde que soy padre el cine ha muerto para mí, no consigo mantenerme despierto más de 15 minutos” y aclara “Si tuviera que citar influencias cinematográficas y literarias diría Conan el Bárbaro y La Biblia.” Si a estas referencias les añadimos el ambiente esotérico propio de los alucinantes mundos de la obra de Alejandro Jodorowsky, influencia que el propio autor reconoce explorar, tenemos el cuadro completo en el que se enmarca esta obra: “Leo a Jodorowsky desde que tenía 8 años, además le considero un maestro en otros temas que no tienen que ver con el cómic, los trajes rojos de los adeptos que esperan la llamada de teléfono son un homenaje a Santa Sangre”.

Por encima de todo lo expuesto, lo más interesante de este mistérico viaje que propone David Sánchez en “Un millón de años” es la enorme capacidad de estimular al lector en dos frentes. Por un lado, el guión, fundamentado en un lenguaje críptico y simbólico que obliga constantemente a preguntarse si existen mensajes deliberadamente ocultos o si por el contrario brotan del instinto y del inconsciente de un autor que asegura tener un plan de trabajo basado en gran parte en la improvisación. Y por otro, su asombroso trazo, cada vez más limpio y fluido, con el que obtiene algunas de las imágenes más poderosas del cómic español de los últimos años que, sin duda, permanecerán por mucho tiempo en nuestras mentes.

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