TAC 2024 / Compagnie Bivouac / Escribe tu propia historia

Compagnie Bivouac, durante su actuación en el TAC de Valladolid. Foto: Juan A. Berzal.

La compagnie Bivouac advierte a los espectadores del TAC, que asistieron en Valladolid a su experimental investigación sobre espacio y tiempo, que nuestra existencia tiene más aristas de las que creemos a simple vista. Subidos a su vertiginoso caleidoscopio, bautizado como Lemniscate, volamos hacia mundos apenas imaginados antes de esta danza sin fin.

Por TOMÁS DE LAS HERAS ALONSO
Fotografías: JUAN A. BERZAL

A partir de una estructura móvil escultórica, los artistas acrobáticos efectúan una exploración del espacio, movimiento y cuerpo. Se mueven tanto los performers, compuestos por tres artistas, como la estructura creada a partir de un infinito Lemniscata, integrada por un armazón de hierro que sujeta dos formas orgánicas suspendidas en forma de pelvis, vela o pista donde se deslizan los cuerpos acompañados por una especie de pértiga china en equilibrio con los acróbatas.

Este elemento en forma de metrónomo, evocador del tiempo, se ralentiza o acelera en este espacio creado. El juego de cuerpos atléticos busca su interacción y equilibrio con poses espectaculares no exentas de búsqueda, relación y pasión.

Ni entretener ni pensar. El espectáculo Lemniscata “apela a la intuición y a la capacidad de inmersión del espectador, no a su reflexividad ni a su entretenimiento, no hay reglas, cada uno lo vive a su manera”, responde el responsable de Comunicación de la compañía Bivouac, Ninon Boyer.

Compagnie Bivouac, durante su actuación en el TAC de Valladolid. Foto: Juan A. Berzal.

“Se trata de una exploración coreográfica de la relación entre el espacio (una especie de pequeño planeta) y el tiempo (simbolizado por el mástil del metrónomo) en un dispositivo escultural experimental y evolutivo protagonizado por dos bailarines y un acróbata, habitantes de un espacio singular que se divertirán explorando…”, explica también.

La obra que la compañía francesa Bivouac ha escenificado en la Acera de Recoletos en el marco del TAC 2024, en Valladolid, combina ciencia e investigación circense que, junto con planteamientos sociológicos y ecológicos, nos introduce en una fascinante creación contemporánea. “Lemniscate invita a cada cual a imaginar su propia historia. Es el marco poético de una historia con innumerables posibilidades”, subraya Boyer.

El público no pierde ripio a todo lo que sucede en ese atípico y chocante escenario. La bailarina sonriente y expectante, vestida de niqui rojo y pantalón blanco, se acerca a la estructura. Trasmite sorpresa al espectador que vibra en su juego de ascensión y equilibrio inestable. Otro actor aparece y desaparece del cajón del suelo, la bailarina lo descubre y se relaciona con él. La música es de percusión.

Compagnie Bivouac, durante su actuación en el TAC de Valladolid. Foto: Juan A. Berzal.

La danzante de rojo y pantalón blanco tapa al que está escondido en el cajón. Hay una física inestable, un desequilibrio en la relación con el artilugio con forma de dos rampas inclinadas, un juego con la gravedad. El bailarín de pantalón y chaqueta azul cae por el agujero.

Las estructuras orgánicas suben y bajan impulsadas por un mecanismo hidráulico. Sobre ellas hay dos mesetas que se utilizan como observatorio, zona de estabilidad, y sujetan la barra del pole chino. Los performes se lanzan por la rampa, abajo se esconden.

Sale el tercer artista que ha permanecido escondido en el cajón, hay un momento de violencia pues al sacar los dedos del agujero la bailarina golpea la tapa bruscamente. Y es que “Lemniscate evoluciona con cada representación”. Lo explica Ninon Boyer: “Por un lado, está la imprevisibilidad inducida por el movimiento del objeto escenográfico (paradas, aceleraciones…) y, por otro, las reacciones del público que también pueden influir en la actuación, los gestos y los movimientos de los artistas, que deben adaptarse constantemente a este espacio inestable y en movimiento”.

Compagnie Bivouac, durante su actuación en el TAC de Valladolid. Foto: Juan A. Berzal.

Tanto cambia el tempo de la acción de los personajes que “cuando la improvisación tiene éxito, la dejamos crecer con el tiempo”, se sincera este componente de la compañía.

Al encontrarse la escena de Lemniscate junto al parque del Campo Grande, poblado de numerosas especies de aves, entre ellos los pavos reales, estos curiosamente responden a los estímulos de los actores y cuando uno de ellos grita, esta multicolor ave galliforme se muestra sorprendida y repite el chillido ante la celebración de los espectadores.

Sube el chico del gorro rojo al metrónomo -pole chino-, y se producen espectaculares acciones circenses que son correspondidas con acalorados aplausos. El actor lucha con el dispositivo, abre el tiempo. El espectador esta compungido por el riego de caída del pole, los performes juegan con el riesgo, hay un saludo torero y se esconden.

Sale, nuevo, la chica del niqui rojo que se suspende del artilugio en movimiento, música a tempo acelerado y el metrónomo-pole. Tanto el chico, como la chica están en la barra del pole, los actores se paran a ver cómo pasa el tiempo.

No ha habido bambalinas, la voz inicial de “el espectáculo va a comenzar, rogamos apaguen sus dispositivos móviles”, nos han situado en un lugar distinto, la calle transformada en espectáculo. La compañía Bivouac nos ha tenido inmersos disfrutando de su actuación y de la ciudad.

Compagnie Bivouac, durante su actuación en el TAC de Valladolid. Foto: Juan A. Berzal.

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