MUSAC/ Las instalaciones cinéticas de DRIFT y la abstracción de Secundino Hernández completan la temporada

Lonneke Gordijn, de Studio DRIFT, junto a una de las instalaciones que se exhiben en el MUSAC. Fotografía: Camino Sayago.

Por CAMINO SAYAGO

El MUSAC abre al público este sábado 12 de julio ‘Amplitud/ Pradera’, la primera exposición en España de las instalaciones cinéticas del colectivo neerlandés DRIFT, y la individual ‘Estación total’ que recorre a través de 35 obras la última década de la trayectoria del reconocido pintor madrileño Secundino Hernández, ambas comisariadas por el director del museo, Álvaro Rodríguez Fominaya. Las muestras se podrán visitar a partir de las 19:00 horas. La entrada al museo será gratuita durante todo el fin de semana.

Studio Drift, fundado en Ámsterdam por los artistas Lonneke Gordijn (1980) y Ralph Nauta (1978) en 2007, es uno de los máximos exponentes internacionales de la relación entre nuevas tecnologías, inteligencia artificial y naturaleza, reconocidos por sus instalaciones, esculturas y performances de gran impacto visual. Haber conseguido exhibir dos de sus obras más reconocibles, dos instalaciones de 2017 (Amplitud/ Pradera), es todo un logro para el MUSAC que desde este sábado invita al público a contemplar y experimentar sensaciones con estas dos piezas que se encuentran entre el ámbito del diseño industrial y el arte contemporáneo. “Son artistas que transitan de forma continuada entre distintos ámbitos y sus instalaciones nos hablan de la naturaleza, del ritmo, del movimiento, y hay que leerlas no sólo desde el arte contemporáneo, sino también desde el ámbito de la tecnología y el diseño”, explica Álvaro Rodríguez Fominaya, comisario de la muestra. Según la cofundadora de DRIFT, Lonneke Gordijn, “trabajamos con la idea de cómo nosotros deseamos sentirnos y cómo el público se siente con nuestras obras. Tratamos de buscar la idea de la calma, la luz. En nuestra vida cotidiana nos invade el caos, el estrés y nos preguntamos qué es lo que nos puede hacer sentir mejor”.

El trabajo de DRIFT combina arte, diseño y ciencia y para ello cuenta con un equipo multidisciplinar de 45 diseñadores, ingenieros, artistas y científicos para crear obras que entrelazan tecnología, naturaleza y experiencia sensorial. Entre ellas se encuentran Amplitud y Pradera, las dos espectaculares esculturas cinéticas que dialogan con el espacio del museo, representativas de la trayectoria del estudio en los últimos años, en las que arte y tecnología se unen para generar experiencias inmersivas en torno a la conexión de la humanidad con el entorno natural. “A través de nuestra obra puedes encontrar lo que realmente es la naturaleza y esto lo realizamos a través de sistemas de programación, robótica y nuevas tecnologías. Las obras que hemos traído a León contienen movimiento y hablan de la continua transformación de la naturaleza”, explica Lonneke Gordijn.  

DRIFT. Pradera (Meadow 2017) . Vista de la exposición en el MUSAC. Fotografía: C. Sayago.

‘Pradera’ (Meadow 2017), es una escultura cinética concebida  específicamente para cada lugar en el que se exhibe y adaptada a los colores de la flora local. Ofrece un paisaje invertido compuesto por flores mecánicas que se abren y cierran en una coreografía poética que responde a la presencia del espectador. La obra simboliza el cambio constante y la metamorfosis inherente a los procesos de crecimiento en la naturaleza.

‘Amplitud’ (Amplitude, 2017) también ahonda en el estudio de esa energía inmanente a la naturaleza y en la sensación de conexión que produce en quien la contempla, que nos hace sentir como parte de un conjunto más amplio. En concreto en el flujo interminable de las olas del mar. “Llevamos el movimiento hacia una idea de la abstracción. Cuando vemos Amplitud podemos imaginarnos una espina, un esqueleto, una columna vertebral, o pájaros también y toda una serie incesante de posibilidades”.

En esta obra, una coreografía de elementos en suspensión -tubos de vidrio que se balancean y reflejan la luz— genera una atmósfera hipnótica que transmite calma, asombro y una sensación de unidad con el mundo natural. “Si estás receptivo a la obra de arte tu propia pulsación se adapta al ritmo de la obra que estas contemplando y produce una sensación de calma. Poco a poco tu cuerpo se calibra con el espacio y  la obra hasta el punto que se sintoniza con ella. Pero lo importante no es que cada persona se sintonice con la obra, sino que todos los que la observen lleguen al mismo ritmo de conexión, con lo cual se conecten entre ellas”.

Las obras de arte desarrolladas por Studio DRIFT dibujan paralelismos entre las estructuras producidas por el ser humano y el medio natural mediante procesos deconstructivos, interactivos e innovadores, y han podido verse en en multitud de exposiciones e instituciones a nivel internacional, como la Bienal de Venecia (2015 y 2022); el Victoria & Albert Museum (2009 y 2015), en Londres; o el Museo Stedelijk, en Ámsterdam (2018), entre otros. 

Diez años de inmersión en la abstracción

El pintor Secundino Hernández con una de sus obras en el MUSAC. Fotografía: Camino Sayago.

Secundino Hernández (Madrid, 1975), una de las figuras más destacadas del arte contemporáneo en España, ha elegido profundizar en el fenómeno pictórico en solitario, despojándose del bagaje histórico, como recurso para generar un espacio propio, en un diálogo consigo mismo. ‘Estación total’, que puede visitarse hasta el 19 de octubre, reúne los trabajos monumentales realizados por el pintor en la última década en torno a la abstracción. En concreto, 35 obras, la mayoría de gran formato, 10 de ellas inéditas. “Es un proyecto en el que llevamos trabajando más de un año que refleja la diversidad de su producción artística que está centrada en la pintura y en el trabajo desde el estudio”, explica Álvaro Rodríguez Fominaya, quién subraya que “es una oportunidad única en España para ver una selección relevante de un artista también importante en su contexto y probablemente de más reconocimiento español en su generación”.

Hernández subraya que ha sido arduo reagrupar algunas de las obras que se podrán ver por primera vez en León, gran parte de ellas, ya que pertenecen a colecciones de Europa. “Es una reunión prácticamente de las series que he ido trabajando, hay unos relieves hechos en fundición que trabajan los volúmenes y luego sobre todo hemos centrado la exposición en los cuadros cosidos, que es un trabajo basado en una ética del aprovechamiento, del material, de lo que hay en el estudio, de los recursos, de lo mínimo, que es la gracia que tiene la pintura como disciplina que todavía sigue siendo muy milagrosa y con un poco de aglutinante y pigmento puede seguir desarrollando un mundo, sobre todo un mundo interior”.

Las piezas que se exponen suponen una clara representación de los principales intereses del artista y sus prácticas, que parten desde la erosión del soporte y de los pigmentos, a la repetición y la serialidad, hasta la composición, la acumulación y la fragmentación de las telas recortadas. También la idea de la mancha, y a veces de lo caligráfico, forma parte de la secuencia de prueba y error, de diario abierto que caracteriza su trabajo. El propio artista recuerda: “Mi interés está en cómo la pintura sigue expandiendo sus límites, en cómo puede ser intervenida, sometida a tensiones, descompuesta, desmantelada y vuelta a ensamblar de nuevo. Si hay conexiones con esas tradiciones es porque ciertas preocupaciones han sido constantes en la historia de la pintura: la materia, la gestualidad, la relación con el soporte”. Esta tensión entre lo emocional y lo formal, entre lo conceptual y lo orgánico está presente en toda su producción y proceso de trabajo.

El título de la exposición, inspirado por el poema de Juan Ramón Jiménez “La estación total”, guarda relación con el interés del artista en registrar el paso del tiempo a través del transcurso de las estaciones. El inicio conceptual de la exposición lo marca el políptico ‘Cuatro estaciones. Entre verano y otoño’ (2017), una aproximación al paisaje contemporáneo que se expone por primera vez en España.

Además de pintura la muestra también incluye un conjunto de serigrafías del año 2020, así como una serie de relieves en aluminio en los que el artista ejercita un simulacro de assemblage, y en los que el ilusionismo es la nota dominante. 

La exposición se acompaña de una publicación homónima diseñada por Ana Domínguez y profusamente ilustrada con imágenes de las obras en exposición. El catálogo incluye una entrevista al artista por parte de Álvaro Rodríguez Fominaya, así como un texto de Joaquín Jesús Sánchez.

El director del MUSAC, Álvaro Rodríguez Fominaya, la directora de Políticas Culturales, Inmaculada Martínez, y los artistas Lonneke Gordijn, y Secundino Hernández. Fotografía: C. Sayago.

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