
Abierto y unánime agradecimiento de los valles leoneses de Laciana y Babia al pintor Manuel Sierra por su admiración como artista comprometido con su tierra, sus gentes, la naturaleza y las luchas sociales. El homenaje, desarrollado a lo largo de todo el verano, se compone de exposiciones, conferencias, mesas redondas, talleres y otras actividades para arropar a “un hijo de las montañas”, organizado por el colectivo LacianArt en colaboración con la fundación Sierra Pambley y el ayuntamiento de Villablino.
Por ISAAC MACHO
“Manuel Sierra es un artista natural de Villablino, una persona muy cercana a quien toda la gente del Valle conoce y reconoce a través de sus obras. Tiene unas creaciones muy fácilmente reconocibles y muy accesibles al público. El tipo de pintura que realiza encaja bien con los gustos comunes de la gente de aquí y yo creo que todos saben que es alguien próximo porque participa mucho con los proyectos que se hacen en el Valle. Esto hace que los paisanos lo distingan y se lo agradezcan y, bueno, les gusta, vaya… Muchos habitantes del Valle poseen cuadros suyos porque ha realizado muchas exposiciones. Sierra colabora también desinteresadamente todos los años con una creación suya dedicada a la asociación Inculca de Caboalles de Abajo con la intención de que puedan imprimir serigrafías para luego ponerlas a la venta y así recaudar fondos”.
Es la respuesta del profesor de Educación Plástica y Visual del IES Obispo Argüelles de Villablino, David Vega, cuando le invitamos a que nos descubra al artista al que este verano se le rinde un homenaje general en los valles de Laciana y Babia.

Y es que instituciones, colectivos culturales, artísticos y sociales de los valles de Laciana y Babia se han puesto de acuerdo para exaltar la trayectoria del artista Manuel Sierra, con un numeroso calendario de actos, tanto por su dilatado historial pictórico como por su compromiso con el territorio y los habitantes de estas dos comarcas leonesas.
La variada programación de actividades, organizada por el colectivo LacianArt en colaboración con la Fundación Sierra Pambley y el Ayuntamiento de Villablino, se centra en exposiciones del colectivo LacianArt y artistas de Babia, muestras del trabajo de Sierra en iglesias, locales de hostelería, bares, cafeterías, murales en las casas del pueblo y escuelas públicas. Además, los visitantes tendrán la oportunidad de asistir a la presentación de un libro, talleres, visitas guiadas, mesas redondas, exhibiciones de fotografía, conferencias y dibujos de alumnos de media docena de centros de enseñanza.

La casa y la mina
Las actividades del homenaje a Manuel Sierra iniciaron su andadura en la Casa de Cultura de Villablino, la primera semana del pasado mes de julio, con la muestra de 16 artistas del colectivo LacianArt. Un grupo al que han incorporado cuatro nuevos componentes: La fotógrafa Cristina Velasco, el artista de collages Txuka (Rubén Alvarez), Isabel Fortes con sus instalaciones artísticas y la pintora Isabela (Isabel Otero).
Las acciones previstas a desarrollar durante los meses de agosto y septiembre en atención a Sierra echaron a andar el pasado sábado día 2 de agosto en Caboalles, con la inauguración de la exposición al aire libre “Rincones de la memoria colectiva”, organizada por la asociación Inculca.

Al día siguiente, la casona de la Fundación Sierra Pambley abrió sus puertas para presentar la muestra “Universo Sierra”, principal itinerario elaborado entorno al pintor. Se trata de una exposición antológica en diferentes salas de esta entidad privada, dedicada desde 1887 a realizar actividades educativas y culturas en la provincia leonesa, donde los visitantes podrán disfrutar de numerosas obras del autor leonés.
Entre ellas, cuadros del ámbito familiar donde nacieron y vivieron sus padres, obras de sus andaduras de niño y ambientes en los que “yo me fui construyendo emocionalmente, de forma especial, en la casa de Cabrillanes, el monte y el río”, señala el creador.

En la sala más espaciosa de Sierra Pambley todo gira alrededor de la palabra “cuerpo” ya que en esa área están recogidos los retratos, los desnudos, el circo, los tatuajes, etc. Otro de los espacios que reúne creaciones de Sierra en este lugar hace referencia al concepto de “casa”, muy presente en la pintura del autor. Son los útiles, una forma habitual de presentar sus emociones a través de los objetos materiales que utilizan los paisanos con los que ha convivido. Por ejemplo, subraya él mismo, “hablo de los mineros por medio de los elementos que utilizaban sus familiares: la lámpara de carburo, el quinqué; los dibujos reiterados de los elementos de la cocina donde comían los miembros de una casa, el cuenco de la leche, la cafetera, la chocolatera, las botellas, las jarras, la fruta, las velas, la pipa…”, aclara.
Según advierte, estos objetos que se exhiben en los distintos contextos de la “casona” tienen como objetivo ilustrar unas atmósferas con ánimo pedagógico. “Yo quiero decirle a la gente de estos valles cuál es la peripecia de un paisano suyo dedicado a este oficio de pintar, mostrarles que su realidad y la mía son muy parecidas”, recalca.

El vuelo de los pájaros
Paisajes, cuadros de gran formato, figura humana, cartelería, y pintura política –que Sierra llama “pintura de la ira”, absolutamente racional- y distinta obra abstracta completan el abanico de trabajos que esperan al público en la fundación Sierra Pambley, sin olvidar la obra de varios autores que dialogan con la producción artística del autor al que se le rinde homenaje.
La participación de los alumnos de colegios e institutos de los valles que también quieren elogiar la dilatada trayectoria de Manuel Sierra “consiste en valerse de los símbolos que él ha utilizado de forma más recurrente, como son los pájaros, para recrear ese tipo de obra a base de diferentes técnicas y materiales reutilizables”, informa el profesor Vega.
En esta línea de colaboración, varios profesores y dos alumnas de 1º de Bachillerato del IES Obispo Argüelles entrevistaron a Sierra, un vídeo que se proyecta en una de las salas de Sierra Pambley.

LacianArt, el colectivo organizador de este reconocimiento al prolífico artista leonés, también ofrece una exposición en Sierra Pambley en la que cada uno de sus integrantes ha creado una obra personal relacionada con alguno de los temas que preocupan artísticamente al pintor.
En el discurso pictórico que forma parte de esta distinción a Manuel Sierra figura también una “Ruta expositiva” que agrupa en diez localidades de Laciana y Babia “una extensión del paisaje y de las tradiciones locales interpretadas desde su particular visión repleta de fuerza y color”.
Entre los contenidos de los lugares propuestos en este recorrido se encuentran proyectos permanentes como los murales del artista en Lago de Babia, Huergas y Villablino, proyectos temporales en el interior de Lago de Babia, Riolago, Casa de Cultura de Villablino y obras en locales de hostelería. El objetivo es que su obra puede contemplarse “en muchos pequeños sitios”, como es la intención del pintor.
Según la representante del colectivo LacianArt, María del Roxo, en estas comarcas “todo el mundo adora a Manolo porque ha aportado muchísimo a toda la comunidad y ha sido muy generoso cada vez que se lo hemos pedido”. Este reconocimiento público abarca a “las asociaciones locales de la zona, colegios e institutos y otros colectivos”. Todos ellos, “más que orgullosos, estamos muy agradecidos por su solidaridad, su cercanía, su contribución en las tareas colectivas y su compromiso con la lucha política y la igualdad de las personas”, reconoce.

“Hijo de las montañas”
Para la teniente de alcalde y concejala de Cultura del Ayuntamiento de Villablino, Mercedes Fisteus, los méritos de Sierra para recibir esta distinción son obvios: “siempre ha participado en la vida artística y cultural del valle de Laciana, ha pintado varios murales en los que hace guiños constantes a la minería, a la naturaleza y a las brañas de los montes. Además, “sus clásicos símbolos del pájaro republicano, su carro rojo y su trabajo llevan el sello inconfundible de la lucha social”. Por ese motivo dedicarle este homenaje es, según la responsable lacianega de la cultura municipal, “devolverle todo ese amor que nos ha demostrado y la admiración que sentimos por él”, concluye.

Las numerosas acciones que babianos y lacianegos han preparado dedicadas al pintor nacido en Villablino le acercan a sus propias raíces porque como él suele insistir con frecuencia, “yo pertenezco a esas montañas”. Detrás de estos honores, el artista únicamente espera que sus compatriotas comprendan que “es un hijo del pueblo, un paisano que es pintor”. Asegura que durante toda su vida no ha hecho otra cosa que “dignificar un oficio que se mueve en el campo de las emociones, expresadas de forma abstracta”, y que para provocarlas utiliza “herramientas como el color, las brochas, las superficies y los materiales sobre cuadros, pared, lienzo o papel”.
Ufano por sentirse “un hijo de las montañas”, donde tantas veces recorrió sus laderas, allí duermen sus andanzas infantiles para recoger té, flores, escudriñar los nidos de los pájaros, indagar en las orillas del río, palpar las truchas, sentir las noches y “oír el agua” tantas veces reflejada a través de sus pinceles.
La agenda cultural en reconocimiento a un “artista esencial de nuestro tiempo con proyección internacional”, como define Mercedes Fisteus a Manuel Sierra, concluirá el 19 de septiembre con su nombramiento como Hijo Predilecto de la capital de la comarca de Laciana.

