Por ISAAC MACHO.— El teatro siempre enriquece al espectador, pero hay distintas escuelas. Unas centran más la acción en el escenario sobre el trabajo del actor y otras en la puesta en escena. El Laboratorio Artístico 11 Filas, inaugurado ahora en Valladolid, sigue la metodología del “teatro pobre”, desarrollado por el director polaco Jerzy Grotewski. Aquí es secundario el decorado, el vestuario, el maquillaje, el sonido, el texto… El actor es el alma de la representación.