
Los hermanos Leticia y Francisco Martínez abren en el Pasaje Gutiérrez, en pleno centro de Valladolid, un espacio creativo que combinará una zona de coworking con otras dedicadas a librería y galería de arte, talleres y eventos. En estos momentos, el artista Mr. Zé cuelga una exposición de collages y poemas ‘Heartache’.
Por LAURA FRAILE
últimoCero.com
¿De qué va esto? ¿De arte? ¿Tú eres artista? ¿Y tú? Esta metralla de preguntas salía hace unos días de los labios de uno de los visitantes de este nuevo espacio creativo de Valladolid, que después de llevar una semana abierto sigue suscitando ciertas dudas entre los transeúntes que se acercan hasta su escaparate del local número 3 del Pasaje Gutiérrez, en pleno centro de Valladolid. Leticia Martínez, una de sus impulsoras, nos narra con estas palabras de qué va este proyecto. «La Atómica es un espacio creativo que aglutina tres conceptos: el de librería, el de galería de arte y el de espacio coworking. A partir de ahí las actividades previstas pueden ramificarse hacia presentaciones de libros, talleres de escritura creativa o de tipografía, recitales poéticos… Por el momento tenemos la programación a cero, pero estamos abiertos a propuestas. También queremos hacer talleres infantiles durante los sábados por la mañana», comienza explicando esta vallisoletana, que se ha decidido a abrir este espacio en compañía de su hermano Francisco Martínez.
Esta historiadora del arte, después de haber estado varios años viviendo en ciudades como Barcelona, Londres, Madrid, Rotterdam o Budapest (donde ha estado trabajando principalmente en galerías de arte) decidió volver a Valladolid y probar esta fórmula «atómica». El primer paso consistió en buscar un local. Según reconoce, el espacio en el que se han ubicado les encantó desde el principio. «Llevaba alrededor de veinte años cerrado. Dicen que en su día fue un almacén de café, aunque la dueña no se acuerda. Dispone de 80 m² abiertos al público, más una bodega que está en la parte de abajo y a la que hemos llamado la Subatómica, que destinaremos a hacer talleres y cineclubs«.
Una vez encontrado el lugar en el que poder asentar su proyecto, y aprovechando su experiencia previa en galerías como la Iguapop de Barcelona, esta vallisoletana se lanzó a idear cómo quería que fuera este espacio. «Necesitaba hacer algo, pero algo que tuviese tres características: que me gustase, que dominase y que fuera diferente», aclara. Después llegaría la búsqueda de un nombre con el que referirse a la nueva criatura. «Nos pusimos a buscar uno teniendo en cuenta que queríamos que fuera industrial y castizo. De repente me acordé de un evento que hubo en enero del año 2005 en una fábrica de gaseosa abandonada de Medina del Campo. Este evento, que fue organizado por diferentes artistas de la Escuela de Bellas Artes de Salamanca, consistió en la realización de diferentes actividades como proyecciones, talleres de fanzines o exposiciones en cada una de sus salas. El nombre que le pusieron fue Exposición Atómica, que fue un homenaje a la marca de gaseosa que se fabricaba allí. El nombre de nuestro espacio proviene de ahí», continúa Leticia.
Dentro del local hay cuatro mesas de madera que acogerán a las personas que decidan incorporarse al espacio coworking. Según indica esta historiadora del arte, por el momento se han interesado un diseñador gráfico, un rotulista, un ilustrador y una persona del ámbito empresarial. Esta zona tendrá unos horarios de 9 a 21 horas de lunes a viernes, mientras que la otra, la dedicada a la galería de arte y a la venta de libros, tendrá unos horarios de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas de lunes a sábado.
Exposiciones y venta de objetos artísticos
La Atómica dispone también de una zona dedicada a la venta de objetos diseñados por artistas de La Gran (un proyecto impulsado por Pedro Gallego de Lerma y Marina Núñez), así como una zona destinada a la venta de novelas, libros de poesía, de arte así como obras de literatura infantil y juvenil. A esto se suma un espacio para acoger exposiciones, que actualmente está ocupado por una colección de obras realizadas por Mr. Zé (Félix Rodríguez).
Esta exposición, titulada con el nombre de `Heartache´, incluye ocho collages realizados a base de poemas y recortes extraídos de revistas que van dando forma a piezas como `Todo el día buscando entre tu pelo y tu pecho´, `Que fueran horas los segundos´, `Hoy me has dado en el alma´ o `Ella es como mil caballos´. «Éstas son mis últimas piezas, ya que todas las he hecho en diciembre de 2013. Su denominador común es que incluyen una serie de poesías que he estado escribiendo para un libro que autoeditaré en breve. Todas son sobre el amor y el desamor ante la figura de la mujer. Cada poema viene acompañado de caras de mujeres tomadas de revistas, libros antiguos o anuncios. Debido a que trabajo como diseñador, le he puesto un especial énfasis a la tipografía y al tipo de papeles, usando los que tuvieran una textura agradable y una buena tinta, cosas que hoy, con lo digital, se han ido perdiendo», explica Mr. Zé, que a esta serie ha sumado tres collages realizados sobre tablas de monopatines por donde van apareciendo el rostro de Muhammad Ali o unos versos de Miguel Hernández.
A todo esto hay que añadir una imagen de tres metros de altura que representa a un guardia de mayo del 68. «Es la imagen con la que suelo firmar mis collages. Dentro del graffiti hay dos vertientes: la americana, donde predomina la estética frente al mensaje, y la europea, en la que predomina el mensaje sobre la estética. Esta corriente nació en mayo del 68. Con esta obra, que se llama ‘The rebel state’, me propuse rescatar un símbolo de esa época, aunque dándole una vuelta. Habría sido fácil escoger cualquier barricada y cambiar el mensaje, como hizo Banksy en esa impresionante imagen en la que se ve a un hombre lanzando unas flores en lugar de un cóctel molotov. En mi caso quise coger otro elemento, de ahí que eligiera un guardia de los antidisturbios. Así pude darle la vuelta a una situación que no me gusta, que es la del salvaguardia de la patria. Su imagen incluye otros elementos como una cruz en el casco o unos rayos en las solapas. La he colocado como si fuera un photocall y la gente dispone de libertad absoluta para personalizarla como quiera«, continúa Mr. Zé, que tendrá expuesta esta obra en La Atómica hasta el 24 de febrero. Este diseñador, además, ha participado este mes de diciembre dentro de una exposición realizada en Buenos Aires llamada `Boards & art´, para la que ha incluido uno de sus collages realizados sobre una tabla de monopatín (el proceso de elaboración puede verse en un vídeo que ha colgado en su canal de Youtube).
El Pasaje Gutiérrez, punto de referencia cultural
Con la inauguración de este espacio creativo, el Pasaje Gutiérrez incorpora un punto más de referencia para las actividades culturales en Valladolid. Su apertura se suma así a las propuestas de bares como el Pigiama, que con una periodicidad aproximada de tres meses acostumbra a acoger Pecha kuchas (un formato que incluye presentaciones de experiencias aunque siempre ajustándose a un tiempo límite de seis minutos y cuarenta segundos por intervención), así como exposiciones de pintura y fotografía. También se suma a lo ofrecido por otros bares del Pasaje como el de La Tertulia, que a partir de enero lanzará una programación de monólogos, así como a las actividades de librerías como El Desván de Diógenes, que desde su local en la entrada del Pasaje Gutiérrez acoge con cierta frecuencia diferentes talleres y exposiciones. En este momento, por ejemplo, hay una exposición de pintura de la artista Yolanda Misol, llamada `Aires recortados´, que permanecerá en su primera planta hasta el 18 de enero.