
Por TOÑO MORALA
A veces los colores están en la música aún por escuchar; es como cuando se sueña un cuento sin haberlo escrito ni leído jamás. O como esas flores que se posan sobre un jarrón de cristal y el resol de la mañana las tutea sin más. A veces, se juntan la vida y los corazones, las sonrisas y el arte y, entonces, la creatividad galopa libre por todos los valles del infinito, y sobran las palabras, sobran las miradas, sobra la complicidad, sobra la amistad del momento, sobra el silencio… un par de toques de baqueta y… jazz.