Artes escénicas en tiempos de coronavirus

Taller improvisado en el que los participantes elaboran sus trajes. Fotografía: Fernando Enrique.

Jóvenes de Castilla y León han seguido este verano un curso de artes escénicas en San Miguel del Arroyo (Valladolid), promovido por el Instituto de la Juventud y organizado por la compañía Pie Izquierdo, en el que han desarrollado técnicas de interpretación teatral, canto así como escenografía y caracterización. Pese a que estas modalidades artísticas exigen, habitualmente, proximidad física a la hora de desarrollar las clases, el coronavirus ha impuesto un estricto protocolo de seguridad, pero el teatro que es, sobre todo, creatividad les socorrió… El curso ha girado en torno al tema de la igualdad.

Por JAVIER PÉREZ LÁZARO / ISAAC MACHO

La localidad vallisoletana de San Miguel de Arroyo ha sido este verano el escenario donde jóvenes de la región han seguido un curso de artes escénicas promovidos por el Instituto de la Juventud de Castilla y León. Dos grupos de 12 y 14 años y de 15 y 17 han seguido enseñanzas sobre el mundo del teatro, organizadas por la compañía Pie Izquierdo, que dirige Esther Pérez Arribas.

En esta ocasión, las circunstancias de la pandemia del coronavirus por las que atraviesa el mundo también se han dejado notar en esta iniciativa pedagógica. Si en otras convocatorias, los jóvenes que participaban en estos encuentros dormían en las localidades donde se desarrollaban los cursos, esta vez los asistentes únicamente tenían una jornada de 9 a 19 horas con estrictas medidas de seguridad.

La Junta este año ha sustituido el formato habitual de los campamentos de verano —dedicados a ofrecer alternativas a los jóvenes de utilización activa y creativa de su ocio y tiempo libre con la oportunidad de descubrir lugares geográficos o entornos rurales vertebrado en torno a valores como la solidaridad, la cooperación, el respeto y la convivencia— por el modelo que ha denominado “Rural Camps” en el que los alumnos no disfrutan de la pernocta que siempre les ha caracterizado.

Los chicos y chicas que han asistido a este curso de iniciación a las artes escénicas han tenido que seguir exhaustivos protocolos de actuación frente al COVID-19. Toda la actividad docente se ha desarrollado con mascarilla, distancia de seguridad, materiales individualizados y dinámica de turnos, además de la escrupulosa limpieza de manos así como dos controles diarios de temperatura.

Uno de los momentos de las clases del curso de Artes Escénicas para Jóvenes en San Miguel del Arroyo. Foto: Fernando Enrique.

Las clases comprendían técnicas de interpretación teatral, materia impartida por Esther Pérez Arribas, de amplia experiencia en el campo educativo; la disciplina de canto al frente de la cual ha estado el polifácetico músico Carlos Soto, cofundador de Celtas Cortos y de diferentes agrupaciones musicales como Awen Magic Land, Castijazz o Natívitas, además de entusiasta promotor cultural, y los contenidos de escenografía y caracterización estuvieron a cargo de la profesional Rebeca Arribas Sanz.

El proyecto pedagógico ha centrado su actividad en el tema de la igualdad entre mujeres y hombres, poniendo el acento en obras escritas por mujeres, especialmente, sor Juana Inés de la Cruz, religiosa jerónima y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español, conocida por sus trabajos en el campo de la lírica, el auto sacramental, el teatro y la prosa. Una adelantada a su tiempo.

Durante la semana que ha durado el curso, el trabajo con los grupos se ha centrado en cuentos como el coeducativo Yo voy conmigo, de la autora Raquel Díaz Reguera, la técnica teatral de la sombra o análisis críticos sobre los clichés que la comunidad tiene asignados a la mujer en sus comportamientos sociales.

Los jóvenes inscritos en esta experiencia en torno al mundo del teatro también tuvieron la oportunidad de ver y comprobar, en grupos reducidos, cómo es y cómo funciona un estudio de grabación en San Miguel del Arroyo o la librería de viejo La Leona. También pudieron desarrollar otro de tipo de juegos, gimkanas y vivencias medioambientales, propios de los campamentos veraniegos, que se pudieron llevar a cabo gracias al trabajo del equipo de monitores coordinado por Rebeca Arribas, Fernando Enrique, Manuel Abejón y Lidia Calderón.

Al finalizar cada curso, los alumnos han realizado una muestra, a modo de conclusión, que se ha grabado en vídeo para que los padres, que en esta ocasión no pudieron asistir como público dadas las circunstancias sanitarias, puedan disfrutarla desde sus casas.

“Para mí, esta experiencia teatral tiene valores muy importantes, sobre todo, pensando en la formación de los jóvenes que son el trabajar en grupo y consensuar las decisiones”, señala Esther Pérez Arribas, directora del curso. Es más, la directora y actriz es partidaria de que este tipo de enseñanzas pasen a formar parte de las clases regladas en los centros educativos porque enriquecen los aspectos personales de los estudiantes y les hacen ciudadanos más críticos, más comprometidos y más libres.

Muestra final en la que los jóvenes lucen los trajes confeccionados por ellos mismos. Fotografía: Lidia Calderón.

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