La activista política y defensora de los derechos de la mujer, la afgana Massouda Kohistani, que tuvo que huir de su país tras la llegada de los talibanes, visita León de la mano de Amnistía Internacional. El próximo miércoles 1 de junio ofrecerá una charla en la que estará acompañada por la periodista del Diario de León, Ana Gaitero y Marisa Cuesta, de Amnistía internacional, para hablar de la difícil situación de las mujeres en Afganistán. Tendrá lugar en el Salón de los Reyes, en el Ayuntamiento de León (Plaza de San Marcelo) a las 19:30 horas, con entrada libre hasta completar aforo.
Activista e investigadora afgana, en la actualidad reside en Salamanca con el estatus de refugiada gracias al resplado de la organización Cepaim (Fundación sin ánimo de lucro de Acción Integral con Migrantes). Tras la toma de Kabul, Massouda Kohistani no dudó en convocar la primera manifestación contra los talibanes, que la pusieron en el punto de mira como objetivo a batir. No obstante en agosto de 2021 jugó un papel imprescindible en la creación de redes de apoyo a las mujeres que querían ser evacuadas.
En Afganistán ha trabajado en la Unidad de Investigación y Evaluación de Afganistán, una organización de investigación independiente que tiene como fin mejorar la situación social del país. Ha participado, también, como facilitadora en la JIRGA Nacional sobre Consultas para la PAZ, antecedente del Proceso de Doha para la Paz en Afganistán, y forma parte de la Red de Mujeres Afganas. Esta organización trabajaba para el Proceso de la Paz a un nivel tanto nacional como internacional y, especialmente desde 2015, esta ONG estaba enfocada a la participación de la mujer en asuntos públicos, como la presencia de mujeres en el Gobierno.
Mujeres sin derechos
El 15 de agosto del 2021 los talibanes tomaron el poder en Afganistán. Y con ello el control sobre los derechos humanos de las personas que viven allí, poniendo en riesgo, especialmente, a mujeres y niñas. Hasta entonces, las mujeres y niñas afganas podían ir al colegio y universidades, ser dueñas de sus propios negocios y ocupar cargos políticos. Pero ahora, la gran mayoría tienen que quedarse en casa hasta que las leyes vuelvan a tenerlas en cuenta.
Es un porcentaje bajísimo de niñas el que puede ir al colegio y la segregación entre hombres y mujeres en las universidades está siendo un obstáculo para muchas mujeres jóvenes que quieren seguir estudiando para tener una carrera.
La persecución a mujeres no es sólo en la educación. Están limitando su derecho a la libertad de movimiento, libertad de expresión y asociación e incluso que puedan vestir como quieran.
Las mujeres afganas ya habían conseguido avanzar en muchos derechos durante los últimos 20 años a pesar de la inestabilidad política y el conflicto en Afganistán. Y ahora podrían perder todo lo que habían logrado con la presencia de los talibanes.