«Las ciudades de Poniente» y todo lo que sostuvo Pereira… en un mural de Mestre

Mario Obrero, Joaquín Otero Pereira, Juan Carlos Mestre y Antonio Gamoneda, delante del mural. Foto: Eloísa Otero.

Por ELOÍSA OTERO

«Las ciudades de Poniente». Así se titula el mural que el poeta y artista Juan Carlos Mestre ha realizado y donado a la Fundación Antonio Pereira, y que ya preside la pequeña sala de actos de la que fue vivienda del escritor villafranquino y de su esposa, Úrsula Rodríguez Hesles, en el paseo leonés de Papalaguinda. En este mural de tres paños, Mestre ha plasmado el maravilloso mundo y los sueños del mago de los cuentos que nunca soñó en blanco y negro…

Para apreciar los detalles del primoroso mural, se ha realizado un audiovisual de 9 minutos, con música del acordeonista Cuco Pérez, al que el joven poeta Mario Obrero ha aportado un guion, compuesto con versos y frases de Antonio Pereira, en el que aborda los grandes temas y todos los senderos de su obra, de su personalidad y de sus sueños compartidos.

El mural, y el audiovisual, se presentaron el pasado martes 7 de febrero en la sede de la Fundación Pereira, primero a los medios de comunicación y más tarde a algunos amigos y colaboradores de la Fundación, como uno más de los actos con que, a lo largo de este año, se celebrará el centenario del nacimiento del entrañable escritor Antonio Pereira, nacido en 1923 en Villafranca del Bierzo y fallecido en 2009 en León. Pero, a partir de ahora, lo podrán contemplar los visitantes de esta casa-museo en la que se conservan muchos libros y cuadros del autor, también objetos personales como su escritorio, fotografías, cuadernos o su máquina de escribir.

Escritorio de Antonio Pereira en su casa-museo.

Asistieron a la presentación Juan Carlos Mestre, Mario Obrero y el poeta amigo Antonio Gamoneda, con Joaquín Otero Pereira, presidente de la Fundación, y David Santamarta, ambos sobrinos de Pereira, como anfitriones.

Joaquín Otero contó cómo Mestre, que fue como un hijo a la vez que amigo de Pereira —»ambos se admiraban, eran cómplices, hablaban todos los días por teléfono…»—, se ha inspirado en toda la obra del autor de Las ciudades de Poniente, El cancionero de Sagres o Cuentos para lectores cómplices para realizar este mural, en el que sobrevuelan y conviven de manera fascinante todos los mundos y sueños pereiranos, siempre llenos de poesía, ternura, humor, color y sugerencias. Un año tardó Mestre en realizar esta hermosa obra, que ha sido enmarcada en una pared forrada de madera a sugerencia de Gamoneda, quien el día que la vio por primera vez dijo: «Una obra de arte como esta no puede estar al servicio de una pared, tiene que ser al revés, que la pared esté al servicio de la obra». Dicho y hecho.

Y por si alguien tuviera dudas sobre el significado del mural, Gamoneda lo condensó así: «Este mural empezó hace cien años a pintarse, cuando nació Antonio Pereira. (…) Juan Carlos Mestre lo ha cogido todo ahí. Y lo ha hecho con una visualidad narrativa en forma de explosión, que genera otras luces y otras formas figurativas, y que resume con vocación de prodigio el homenaje que se hace a todas las ciudades de poniente (de Pereira), pobladas por personajes, cada uno con su historia. Pido permiso para venir a verlo de vez en cuando y animo a que desentrañemos y pongamos en valor toda la realidad poética y personal que hay aquí».

Juan Carlos Mestre, en la esquina, autor del mural «Las ciudades de Poniente», en la Fundación Pereira. Foto: Eloísa Otero.

:: Un audiovisual iluminador

«Uno es resultado de todo lo vivido; lo que hacemos es resultado de aquello que pensaron otros», señaló Mestre, por su parte, explicando que él siempre había sentido la sombra protectora de poetas como Pereira y Gamoneda, y aludiendo a que la poesía «es el lenguaje de la delicadeza humana», algo que «ayuda a encontrar un lugar más hermoso para estar en el mundo».

Sobre la realización del mural, además de recordar que Pereira nunca había soñado en blanco y negro, apuntó: «El mural se generó de manera autónoma. No es una lectura plástica de la obra de Pereira, es un sueño compartido, el derecho a la lectura civil de los sueños… Es un diálogo con el Antonio Pereira que a los 14 años descubre en la imprenta de su tío Tomás Los cantos de Maldoror, de Isidore Ducasse, y a partir de ahí…».

A lo que añadió: «Mario Obrero, el más joven de mis amigos, ha tenido la inteligencia de acoger el discurso de la otredad, y la generosidad de ser la voz que acompaña. Es el mejor lector poético de Pereira, es un honor que haya sabido leer esta obra de esa manera».

Y Mario Obrero, que es quien ha puesto la voz y un poético guion a esa pequeña gran pieza que es, por su parte, el audiovisual que acompaña al mural, advirtió. «El amor ensancha el mundo, no hay amor más merecido que el de la escucha. Lo mío, mi papel en esto, es una escucha, la escucha de las palabras de Pereira, siguiendo la obra de Juan Carlos Mestre«.

Asistentes a la presentación del mural de Mestre en la Fundación Antonio Pereira, conversando con los tres poetas —Mestre, Obrero, Gamoneda— tras la proyección del audiovisual. Foto: Eloísa Otero.

:: El mural, en una fotografía de Javier Casares

Mural de Juan Carlos Mestre en la Fundación Antonio Pereira. Fotografía: Javier Casares.

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