Lo que no es teatro

El fallecido director de teatro Fernando Urdiales con el grupo Corsario.
El fallecido director de teatro Fernando Urdiales con el grupo Corsario.

Por MIGUEL Á. VARELA

“Del teatro, como del cerdo, se intenta aprovechar todo. Lo malo es que un cerdo es un cerdo y no todo lo que se llama teatro lo es”. La frase no es mía. ¡Qué más quisiera yo! Se la oímos a Fernando Urdiales y en tiempos de desolación tenemos que recurrir a los maestros.

Fue en León, hace diez años. Se celebraba el II Congreso de las Artes Escénicas de esta región (o lo que quiera que sea esto). El sector era capaz entonces de organizar encuentros donde se debatía a calzón quitado, con mucho aspaviento apasionado, como corresponde al oficio de mentir para contar verdades.

Se levantó entonces aquella cabeza heredada de Antonin Artaud a la que todos escuchamos con silencio y respeto. Urdiales hizo una disección ética y estética que tituló “Las tripas del teatro”. Metió cuchillo dialéctico al asunto definiendo “lo que no es teatro”. Copio algunos párrafos:

“No es teatro aquello que comúnmente, en el ámbito de la política, se denomina como tal. Bus dice que ‘lo de Sadam es puro teatro’. Isabel Sebastián en El Mundo: ‘la señora de Aznar, esposa del presidente del gobierno, es una actriz de tal peso en el teatro público nacional que contar con ella como compañera de cartel electoral constituye un lujo para cualquier candidato’. Sin comentarios”

“No hay que adjudicar a los políticos cualidades teatrales. Los políticos podrán ser histriones, estar facultados para la farsa y la hipocresía, pero eso no es teatro. El teatro busca la verdad y los políticos usan la máscara para ocultarla”

Lo dijo en el Auditorio de León, con aquella voz de corifeo griego, gesto de compañero de pupitre de Calderón y aquella mirada que gastaba Fernando, propiedad exclusiva de los que han estado de vinos con la Muerte. A veces levantaba la vista del papel y nos señalaba con un índice largo y huesudo y entonces la audiencia se encogía en la butaca.

Fue una lección memorable sobre lo que no es el teatro. Sobre el uso ligero y atolondrado de las palabras sagradas. Sobre el compromiso desnudo del artista, expuesto al escarnio por señalar la luna mientras los tontos miran el dedo.

Soy de Ponferrada, aunque a veces me hubiera gustado ser de Albacete. He nacido en esta ciudad fronteriza y acogedora, ni mejor ni peor que otras. La conozco bastante bien: sus méritos y sus miserias; sus potencialidades y sus realidades, su esplendor y su decadencia.

Vivo y trabajo en Ponferrada. En la medida de mis posibilidades, también por ella. Y estos días, en medio del fragor mediático que ha caído sobre mi pueblo, no sé por qué me he acordado de aquella conferencia de Fernando Urdiales en la que nos enseñó a distinguir la maravillosa mentira del teatro de los argumentos políticos mendaces.

 — — —

*Miguel Á. Varela es gerente del teatro Bergidum de Ponferrada.

2 Comments

  1. Tuve la suerte de asistir a aquel Congreso y la oportunidad única de escuchar a Urdiales. A pesar de lo que en su momento me impactaron sus palabras, el transcurso del tiempo ya casi me había hecho olvidarlas y agradezco a M.A. Varela que las haya refrescado poniendo de manifiesto su total vigencia y aplicación, quizá, y desgraciadamente, más que nunca. Viva el Teatro… el de las tripas.

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