
La exposición “Oscuro es casi el mediodía”, del artista plástico valenciano Josep Tornero, se inaugurará este sábado, 15 de febrero, de 12:30 a 14:30 horas en la nueva sede madrileña de La Gran (calle Nicolás Morales 38, 1º), la galería de arte (antes tuvo su sede en Valladolid) que gestiona el arquitecto vallisoletano Pedro Gallego de Lerma. Se podrá visitar hasta el 4 de abril de 2020.
El pintor y artista visual Josep Tornero (Valencia, 1973) toma como título para esta exposición «el bello pero desalentador arranque de una disputa en forma de poema que Pasolini mantiene a mediados de los años cincuenta con otros intelectuales de izquierda. (Oscuro es casi el mediodía / en la luz térrea del coppedé vivaz / y del mármol fascista, ya incoloro / uniforme casi desusado de lana / de antemarchas cínicos ya no primerizos / en una sucia fotografía). No en vano, el inventario de turbadoramente bellas imágenes que el artista muestra en sus últimos trabajos refleja un horror incesante que no es sino una constante que la historia repite mientras permanecemos deslumbrados por el espectáculo que el poder pone ante nuestros ojos, como ha descrito Pedro Medina».
La propuesta que Tornero presenta en La Gran está desarrollada «a partir de un inventario de imágenes icónicas de la historia cercana, realizado mediante diversos registros técnicos que hacen referencia al paso del tiempo y a la construcción del presente. Y supone una relectura, ampliada a partir de sus nuevas investigaciones sobre la memoria y la metamorfosis de las imágenes, de su proyecto “La desaparición de las luciérnagas”, otro poético título de referencias abiertamente pasolinianas».
Tornero, cuya paleta suele tender al blanco y negro con matices, entiende la imagen “como portadora de reminiscencias fóbicas, de tensiones emocionales que se transmiten de época en época. Lo más oscuro y reprimido de una cultura es lo que sobrevive, aunque sea como impresiones subyacentes al aparente orden formal”, como señala Anna Adell. Por eso, lejos de ocultarlas, Tornero «se sirve de las diferentes imágenes que del horror han ido dejando los archivos (los desafiantes retratos de los soldados del ejército nazi, Juana de Arco afeitada por el verdugo, el Helter Skelter escrito por Manson con la sangre de sus víctimas, el humo de las Torres Gemelas cayendo, el anillo infernal de Sandro Botticelli, las Furias de Ribera…) para tratar de situar la perplejidad en el mismo centro de toda reflexión. (…)».

Las propias palabras del artista valenciano, que tomamos de una entrevista publicada en ABC Cultural en 2017, sirven para entender un poco mejor tanto su trayectoria como su obra reciente: «Trabajo a partir de conceptos como la caída, el crepúsculo, lo fácilmente que bordeamos el desastre, e intento que la imagen mantenga cierto misterio. Gran parte de mi trabajo actual se centra en una aproximación a la propia Historia de las imágenes, a modo de pregunta, cuestionando su contemporaneidad. Es como dar un largo paseo a través de la Historia de las imágenes y los fantasmas que contiene, y descubrir algo que parece nuevo, algo que ha estado ahí durante mucho tiempo y lo descubres como actual. O a la inversa: detenerte en lo cotidiano y descubrir a esos mismos fantasmas en tu salón o en tu paseo cotidiano. Eso es lo que entiendo por contemporaneidad, esa convivencia atemporal de factores que permanecen. En definitiva, intento trabajar ideas y conceptos a partir de imaginarios en los que introducir enigmas».
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