
Por CAMINO SAYAGO
La artista multidisciplinar Virginia Calvo abre las puertas de su universo más íntimo en “Coser la vida”, la exposición que alberga la Sala Provincia del Instituto Leonés de Cultura ILC. Un trayecto ligado a lo femenino y a su propio mundo subjetivo, en el que reivindica el trabajo de las mujeres en el espacio del hogar y los cuidados de la familia. Se podrá visitar hasta el 10 de septiembre.
“Coser la vida es un homenaje a las mujeres, a la mujer madre, a la mujer cuidadora, a la mujer maltratada y tiene mucho que ver con los cuidados y los afectos”, explica Virginia Calvo sobre esta muestra en la Sala Provincia del ILC, de la que asegura es una metáfora entre lo que hace y lo que siente y luego cuenta en su trabajo.
La artista burgalesa asegura que volver a León con esta individual le hace mucha ilusión. No olvida que dio sus primeros pasos en esta ciudad a principios de los 90 de la mano de la desaparecida y mítica galería Tráfico de Arte y con el cambio de milenio en 2008, con el Colegio de Arquitectos. Desde entonces, aunque no ha vuelto a exponer en solitario si lo ha hecho en varias colectivas en el MUSAC el pasado año, en Archivo Covid y Tráfico de arte. Galería, ciudad y periferia.
En esta nueva cita personal ofrece, a través de doce piezas, casi todas ellas instalaciones e intervenciones en el espacio, y el vídeo “Futureando deseos”, una mirada al mundo de la mujer desde su propia experiencia y se sumerge en la representación simbólica de esas labores que han asumido las mujeres por obligación en el espacio privado del hogar y del cuidado de los demás. Un trabajo que ha contribuido a la construcción del género y los roles y reivindica. “Es una exposición que dedico a las mujeres, porque no puedo olvidar mi condición de mujer que vive en el mundo, y que ve la situación en la que nos encontramos. Por otro lado tengo dos tocayas, Virginia Woolf y Virginie Despentes (teoría King Kong) que me ayudaron a poner palabras a muchas cosas que sentía.. Me parece muy importante tener mujeres referentes que nos guíen en el camino. Yo tengo a mi madre, mis hijas, mis amigas. De hecho la exposición está comisariada por mis hijas que me han ayudado a montar y son mis acompañantes preferidas de vida”.

En el discurso feminista de Virginia Calvo es clave la reutilización de materiales. Todo está usado pero cobra nueva vida con la costura y el bordado. “Me gusta coser porque me conecta con mi infancia, con mi madre y con otras mujeres de mi vida rondando en torno a aquellas tardes de confidencias y costura. En parte por eso mi máquina de coser es mi objeto más preciado”.
Entre lo real y lo imaginario, cose la vida con palabras, botones e imperdibles, e imagina utopías y sueños, inspirados en recuerdos y en lo que la emociona y conmueve, lo que le preocupa y pasa. Como en la pieza “Sosias”, en la que utiliza trocitos de cosas, “desde palabras a lazos, cintas, hilos, el pelo de mis hijas y tiene que ver con esas mujeres doble con las que yo me identifico”.


También insiste en que la exposición está dedicada a las mujeres que creen que otro futuro es posible y que con pequeñas acciones se pueden hacer muchas cosas. “Debemos aportar un granito de arena para que el cambio sea posible. Me preocupa, porque la violencia de género crece, veo lo que pasa con los adolescentes, el control que hay, lo que está pasando con el aborto en Estados Unidos y como decía Simone de Beauvoir los derechos de las mujeres no están garantizados, y cuando hay una crisis, grande o pequeña siempre peligran. Creo que debemos seguir dándolo todo para que eso no ocurra”.
Doce piezas
Una primera parada por el recorrido de la muestra, es la instalación “Líneas de sangre. Caminos de vida”, vinculada con la maternidad. Un proyecto en el que trabaja con el cuerpo de su madre y sus hijas trabajan con el suyo. “Las mujeres tenemos varículas, esas venillas que nos salen en las piernas cuando estas embarazada. Yo dibujo sobre la piel de mi madre esas venas que luego descontextualizo y traslado a la tela y lo bordo en rojo y mis hijas hacen lo mismo conmigo. Esta pieza es una instalación en la pared y cuenta el proceso con fotografías de cómo dibujo yo las piezas de mi madre y mis hijas en la mía. Luego también hay dos camisones bordados con estas líneas, que uno es de mi madre y otro es mío”.
Otra instalación realizada con cortinas de su casa y con velos, habla de lo mal entendido que está el amor, que por un mal de amores puedes tener un problema de corazón. La muestra incluye también otra pieza de pared, “Florecer en tus palabras”, formada por 64 bordados que la artista dedica a Virginia Woolf. “Mi libro de cabecera de Virginia Woolf, Una habitación propia, lo deshago en trocitos y coso sobre ellas flores. Bordo flores sobre estas páginas que a su vez están rotas sobre un papel”.

En “Misses”, utiliza la tela de una exposición, un velo negro que sirvió para forrar paredes. “El título de esta serie conecta con una exposición que hice en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, comisariada por Paco Clavel y con el recopilatorio de Vainica Doble, titulado Mis laboress, que sacó el sello Elefant Records. Me encantó esa idea de las misses que siempre están valoradas por la belleza”. Entonces ¿qué he hecho? Buscar palabras que empiezan por mis, como misericordia, mística, miseria, misnidad y lo vinculo con el cuidado. Son velos negros con sombras de mujeres que yo dibujo y cada una de ellas tiene corazones dispuestos de diferentes maneras. Esto lo asocio con esa obligación que llevamos en los genes las mujeres para cuidar a la familia y cuidar a los demás. Y para cuidar a los demás te sientes de una determinada manera. Yo me siento de esas cuatro maneras, a veces eres misericordiosa y lo das todo, pero también tiene que ser misnidad y quererte a ti misma y también tienes que ser mística y ponerle un poco de magia a todos esos cuidados para que sean más efectivos. Y a veces eres miseria porque no tienes tanto amor para dar y depende de tu estado de ánimo para poder llevar a cabo esos cuidados. Es una pieza que lleva en mi cabeza mucho tiempo que por fin he podido hacerla porque son velos muy grandes”.


“Bocas limpiadas, emociones calladas” tiene que ver con la familia, con los roles que se viven en el entorno familiar.” Son las servilletas de la mantelería de mi casa, con las manchas y con todo lo que tienen. Son once porque una servilleta se perdió y es como una partitura emocional. Cuando te sientas a la mesa a comer, cada uno con su historia, con su vida, con sus problemas”.
La violencia contra las mujeres está representada en otras dos obras, una de ellas basada en hechos reales. “Desde hace años recorto palabras de los periódicos y hago diarios y en este caso hacen alusión a la violencia contra las mujeres. Muchas tienen nombre: María se cayó, La casa encima, Luis cambió y Alberto también, Son 260 piezas pequeñitas con estas frases puestas sobre la pared”.
La otra pieza sobre la violencia de género, es un muestrario de telas que funciona como un pantone de pieles: “En ellas he intervenido como intervienes en la costura, cosiendo, rasgando, cosiendo botones, imperdibles, rajando, bordando, como si fuera un maltrato hacia esas pieles”.
:: Sobre Virginia Calvo
Artista multidisciplinar, licenciada en Bellas Artes y especialista en Grabado. En 1987 realiza su primera exposición colectiva y en 1990 su primera individual. Ha sido galardonada con varios premios y becas, entre ellos el Primer Premio de Pintura ENDESA (1990), Premio adquisición en el Certamen Autonómico de Artes Plásticas (1991) y el I Concurso de escultura al aire libre de Aranda de Duero (2006).
Ha realizado distintas exposiciones individuales como, Entretelas (2002), Oréadas (2004), MiraHadas (2008), Hilo, agujas y un pedal (2009), Avatares (2012), Almario (2016), o Arandando,
Gran parte de su obra pertenece a la colección de distintos museos nacionales.