
Las agrupaciones artísticas del Área de Actividades Culturales de la Universidad de León (Aula de Artes del Cuerpo, Teatro El Mayal y Juventudes Musicales de León) se unieron el pasado viernes, 23 de septiembre, en una propuesta escénica titulada ‘On joue comme ça’ (‘Jugamos así’) para rendir homenaje al recientemente jubilado Pepe Tabernero.
El espectáculo, de carácter íntimo, tuvo lugar en el remodelado teatro El Albéitar y pilló completamente desprevenido y por sorpresa a Tabernero, que se encontraba en León por otro motivo (la donación a la ULE de una instalación de la artista Pilar Cossío, amiga personal suya) y fue convencido para asistir esa tarde al acto. Asistieron autoridades académicas, entre ellas el actual rector y distintos vicerrectores y exvicerrectores, pero también amigos, creadores de distintos ámbitos y personas cercanas que supieron guardar el secreto hasta el último momento en complicidad con el artífice del homenaje, Miguel Ángel Barreales, ‘Barri’, sucesor de Tabernero y mano derecha de este hasta el final.

Poco antes de la función, el rector, Juan Francisco García Marín, agradeció el gran trabajo llevado a cabo durante los 32 años que Pepe Tabernero ha estado al frente de El Albéitar, y le animó a salir al escenario. Y Pepe, emocionado, resumió en un discurso sus sensaciones y su trabajo desde que, allá por 1990, llegó desde Salamanca, tras ganar un concurso público, para tomar las riendas de la programación cultural de la Universidad de León, que él siempre concibió como «un servicio público de calidad y abierto a los universarios, pero también toda la sociedad».
Su jubilación ha coincidido con la instalación de una placa en El Albéitar, en la que se puede leer: «En reconocimiento a Pepe Tabernero por una vida dedicada al Área de Actividades Culturales de la Universidad de León».
Tras la puesta en escena de ‘On joue comme ça’, el poeta y actor leonés Víctor M. Díez subió al escenario para leer el hermoso y sentido texto dedicado a Tabernero que reproducimos bajo estas líneas. [Después hubo aplausos y un vino español, en compañía del homenajeado]:

A PEPE TABERNERO
Por VÍCTOR M. DÍEZ
El hombre que hace. El hombre que dice que hace. El hombre que hace hacer y deja hacer. El hombre que dice para que, el que hace, pueda hacer. La soledad del hombre que hace lo que dice que podría hacerse. El hombre que escucha. El hombre que pone la oreja y reduplica lo que dicen los que hacen. El hombre que hace ver y se mantiene oculto en su butaca de la fila X. El hombre entre hojas. El hombre árbol de calendario. El hombre que desordena para que cada cosa esté en su sitio. El hombre que anima un caos necesario. Un caos imprescindible. Un tráfico que transita por él, como por una carretera secundaria, con las luces largas de una mirada abierta. El hombre que desaparece cuando las luces se encienden.
El hombre humano. La soledad del hombre que no se avergüenza de ser funcionario. Que conoce su función y no espera reconocimiento. El tercer hombre. El hombre cine-club, el hombre muestra escénica, el hombre expositivo, el hombre concierto, el hombre conferencia… El hombre paisano que odia los homenajes. El hombre que soporta críticas, invectivas, alabanzas y desprecios sin pestañear. El hombre que es una animal de feria en feria, buscando cruces para mejorar el ganado de todos. El hombre que cura al animal creativo. El hombre digno. El que sabe que su obra es el conjunto de lo posible y lo probable. El experto en talento ajeno. El hombre araña. El hombre que teje la tela en la que se balancean uno, dos, tres… Que teje la tela en la que cien elefantes se balanceaban sobre las tablas de esta escena.
El hombre que se viste mientras escucha su jazz preferido y sale a la calle silbando, con las manos en los bolsillos. El hombre que entra en la institución y saluda educado y recuerda a sus jefes que Universidad viene de Universo. Que el arte puede ser una bofetada a tiempo a un mundo-niño-cabrón, al que estamos consintiendo demasiado. El hombre que no impone respeto, que se hace merecedor de un respeto que no se compra ni se vende.





En referencia al homenaje a Pepe Tabernero, Se merece todo el reconocimiento por el trabajo bien hecho. En León ha fallado el dicho popular «de desagradecidos está el mundo lleno». Esto también dice mucho de la gente de la que ha estado rodeado, gracias a todos.
Julia, Sara y Elia
Me gustaMe gusta