Prontuario del candidato estándar

Por LUIS GRAU LOBO

Luis Grau Lobo.

1.-Como presentación presúmase de populares atributos no opcionales y ténganse por meritorios. Ejemplos: ser leonés/a, ser español/a, ser europeo/a, ser persona humana, mamífero, vertebrado, etc.

2.- Presúmase de condiciones y capacidades que no tengan nada que ver al caso: conocimientos de repostería, ranking ATP, buena letra, jugador de mus, etc.

3.- No pise charcos, procure complacer a todos sin enfadar a nadie. Use frases del tipo: amo esta tierra por encima y por debajo de otras tierras y a todos sus paisajes y paisanajes, sus montes y riberas, sus buracos y escombreras, sus memorias y vivencias, sus dimes y diretes. Adoro a todos sus habitantes, sin excepción, incluso al esquivo panadero y al electricista ese que cobró de más y sin IVA.

4.- Dígase alto y claro lo mismo que otros dicen alto y claro. Repítase con convicción, ensaye aplomo, sea cargante. Insista en preguntar para cuándo el aeropuerto, el teatro, el tren, el polígono. Da igual qué aeropuerto, teatro, tren o polígono.

5.- Ignórese el propio pasado político y/o personal en caso de aprieto o contradicción: yo entonces creía, yo entonces pensaba; ahora creo y pienso mucho mejor, dónde va a parar. Lo que me gusta es aprender de mis propios errores. Yo es que soy mucho de errar.

6.- Atáquese al partido ajeno aprovechando toda ocasión, venga a cuento o no. Si es el de Sánchez hágase con sacrosanta indignación constitucionalista; si es otro vale con la habitual cara de circunstancias y superioridad. Véase el segundo volumen de «Mil y una maneras de culpar al sanchismo» editado por el Departamento de Subterfugios.

7.- Excúsense incumplimientos y «peculiaridades» del propio partido: estamos en ello pero «otros» (recalque esta palabra) nos lo ponen difícil. ¡¿Qué me dice de corrupción?! ¿De quién? Eso es cosa del pasado. De «otros» (insista). Yo vengo a cambiarlo todo. ¿Los servicios públicos?: apostamos por ellos. ¿Y a que no sabe lo que le digo? España. España. España. No se lo esperaba ¿eh? Ahí queda eso.

8.- Alábese a sí mismo, a su mecanismo, trayectoria e intenciones. Abajo el pudor: vocación de servicio, papelón en otros puestos y responsabilidades (qué bien lo hice, oye), virtudes que le adornan a uno: disciplina, sencillez, capacidad de gestión, entusiasmo, donaire… Véase «Vademécum del autobombo», sexta edición no venal, y escoja del catálogo sin venirse arriba, que hace bola. Úsense glosas ilustrativas y entrañables del yo. Ejemplo: cuando era niño/a ya quería cambiar las cosas. Por eso cambiaba cromos. Y tebeos.

9.- Muéstrense ideas e iniciativas valientes y de gran invención, sorprenda: Traeré a Bizarrap a las fiestas. Pondré más luces que en Vigo. Mejor aún: ¡reformaré la avenida Ordoño II! Algo gordo haré. Amenace.

10.- Cierre con traca final: lo voy a dar todo. Aunque no lo quiera nadie. Aburra que algo queda.

(Publicado en La Nueva Crónica de León el 29 de enero de 2023)

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