
Este viernes 17 de marzo la artista madrileña Costa Badía llevará a cabo en el MUSAC la performance “Cenicienta”, en la que cuestiona nuestra noción de normalidad a partir de sus experiencias como persona con diversidad funcional. Forma parte de “Rodeo”, un ciclo de performance comisariado por Aimar Arriola que se inició en octubre de 2022 y continuará hasta el mes de junio. Tendrá lugar a las 19:00 horas, con entrada gratuita.
Este viernes el MUSAC acoge una nueva performance del ciclo “Rodeo” a cargo de Costa Badía (Madrid, 1981), artista que trabaja desde sus vivencias como persona con diversidad funcional en medios como la fotografía, el dibujo o la performance. Su trabajo se centra en la validación de lo raro, lo excepcional y el error; y a menudo trabaja con estrategias que hacen presentes su ceguera, su sordera o sus dificultades para estar de pie demasiado tiempo.
En la performance que podrá verse en el MUSAC, titulada “Cenicienta”, una acción aparentemente sencilla como es calzarse se presenta como algo imposible, pero también como cuestionamiento de la norma.
Costa Badía (1981) vive y trabaja en Madrid como artista y mediadora cultural. Es técnico superior en Imagen, graduada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster de posgrado de educación artística en instituciones sociales y culturales por dicha universidad. Ha realizado performances en contextos como el Museo Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el CA2M o la Bienal de Tenerife.
Esta actividad forma parte de “Rodeo”, un ciclo de performance comisariado por Aimar Arriola que se inició en octubre de 2022 y continuará hasta el mes de junio con dos propuestas más de los artistas Dora García (26 de mayo) y Marc Vives (9 de junio).

“Rodeo”
Desde el pasado mes de octubre, el ciclo de performance “Rodeo” ha permitido acceder a trabajos de los artistas y colectivos Itziar Okariz, Carlos María Romero y Discoteca Flaming Star. Con este programa se busca ofrecer nuevas direcciones en la experiencia y el conocimiento de esta práctica dentro de la programación del museo.
El título del programa alude a la acción de dar un rodeo, que supone tomar un camino o desvío más largo que la línea recta. Rodear es también andar alrededor de algo. En este sentido, “Rodeo” se propone como un lugar donde el público podrá reconsiderar su experiencia de las cosas, donde la relación entre cuerpos, espacios y tiempo no pase por la linealidad y las formas rectas. “Rodeo” se acerca a la performance como experiencia, conocimiento y vida vivida trazando contornos curvos y ondulantes. En cuanto a la dimensión de doma del título –un rodeo es tanto espectáculo como ejercicio de dominación, un intento de amansar lo bravo– el nombre alude al sentido siempre indomable de las prácticas artísticas.
La primera edición de “Rodeo” no sigue una línea concreta. Esta primera temporada el programa tiene carácter abierto, a modo de prólogo, como una oportunidad de identificar diferentes caminos de investigación y de formato que caracterizan la performance hoy, atendiendo a la singularidad de cada propuesta convocada.