El ilustrador gaditano Joaquín González Dorao inmortaliza la capital leonesa, a todo color, en el libro Cuaderno de viajes de León, editado por José R. Puente desde la librería leonesa de viajes Iguazú (en la calle Plegaria, 7).
«Me gustaría haceros partícipes de esta aventura editorial en la que me he sumergido con la intención de mostrar nuestra ciudad, de una manera amena y original, a todos aquellos viajeros que nos visiten y a todos nuestros vecinos, a través de acuarelas y textos descriptivos de los lugares más singulares e importantes que en esta curiosa guía bilingüe mostramos», apunta el editor, invitando a disfrutar de un bonito paseo visual a través de las acuarelas de Joaquín González Dorao.
El editor presenta así este libro que tiene forma de cuaderno:
«León, tierra de importantes y fundamentales reyes de la historia de este país. Pastores que marchan por las cañadas con su río merino de blanco vellón. Mineros que dejaron su vida en las entrañas del carbón ahora despreciado. Maestros de escuela y pedagogos modernos que hicieron una revolución incruenta en las aulas, y algunos de los escritores más interesantes de la literatura española. Cruce de caminos de aquellos peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela y de aquellos otros que suben por la Vía de la Plata.
El ilustrador gaditano, autor de varios libros de viajes por todo el mundo, mezcla sus dos pasiones, la acuarela y los viajes. Viajero infatigable, ha retratado con sus pinceles cinco continentes, sin más equipaje que una pequeña mochila al hombro. Viajes aventurados e improvisados ajenos a rutas organizadas, sorteando sobre la marcha su itinerario. Ha visitado nuestra ciudad, y también ha sucumbido a los encantos de nuestro patrimonio arquitectónico, social y cultural, y como si de un cineasta se tratara, este maestro de los pinceles ha inmortalizado la capital y sus principales rincones con colores vivos de futuro en esta guía que hoy os presento.

La Pulchra Leonina, y sus vidrieras que brillan encendidas por el fuego del sol. La Basílica de San Isidoro. Las murallas romanas y las medievales que serpentean por los barrios de nuestra ciudad. San Marcos, el Palacio de los Guzmanes, imágenes cotidianas de la algarabía del mercado semanal en la Plaza Mayor, o los visitantes que sacian su sed sobre el empedrado de la Plaza del Grano. La Casa Botines, y cómo no, las tascas del Barrio Húmedo y del Barrio Romántico con esas rúas llenas de gente flanqueadas por pequeños y peculiares comercios.
Os dejo algunas de la ilustraciones de las más de un centenar de acuarelas de las que consta este libro cargado de color y de ilusión.»
