Por LUIS GRAU LOBO.— «España ha tenido mala suerte con sus héroes. El último mito nacional derruido con estrépito cuando más falta parecía hacer es la Transición. La «gallardía» del rey fugado, los bochornosos expresidentes, el viejo President capo de un clan familiar…»

Por LUIS GRAU LOBO.— «Hay quien dice añorar cierto vacío, lugares inexplorados y blancos en la cartografía, pero queremos que la experiencia de lo incógnito sea organizada por una agencia de viajes…»

Por LUIS GRAU LOBO.— Con el último día de agosto no se acaba el verano, pero sí se acaba… agosto. Y también la serie de opinión estival maravillada que el autor ha titulado ‘Las siete maravillas del mundo leonés’, y que en esta última entrega aborda un tema tan absurdamente burocrático como el de las «reparaciones» en los BIC’s…

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección de opinión veraniega, titulada ‘Las siete maravillas del mundo leonés’: «¿Quién dijo que las maravillas fueran solo siete? «Siete o las que hagan falta», se leyó aquí en la primera entrega. Siempre hay una octava maravilla…». Pues aquí van dos más.

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección de opinión veraniega, titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «(…) Este edificio se transfigura en caja de resonancia perfecta de la creación contemporánea, con su liviandad y gravedad unísonas, su armonía cromática, un paradigma implícito y explícito que arraiga en el pasado, concretamente en la catedral de León…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección veraniega titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «(…) Solo un ojo entrenado como el suyo ha sido capaz de descubrir el significado metafísico que encierran estos muros, solo al alcance de una mente como la suya y del visitante que busca la Verdad, con mayúsculas…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección veraniega titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «—Ejem, ejem. ¿Se me oye? ¿Sí? Podemos empezar. Gracias por vuestra presencia. Esta es una convocatoria ilusionante, uno de esos días en que los políticos nos aplaudimos a nosotros mismos por servir a los ciudadanos. Ejem. Una encrucijada de caminos, un nudo gordiano, una espada de Damocles, ya me entienden…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección veraniega titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «A la busca de refresco para la canícula convendrán en que los monasterios españoles son lugares frescos: el frío es lo que mejor guardan. Lo lamentaba Quevedo después de que, en paños caseros y sin explicación previa o posterior, lo trajeran a San Marcos de León a purgar su lengua, tan retorcida como, en ocasiones, venal…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección veraniega titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «(…) Déjate de libros, mira esta otra web, dice que además este sitio fue la cuna del parlamentarismo. Hala. Ríete tú de los griegos, los ingleses, la revolución francesa y no sé qué habla también de unos vikingos. Todo falso. En este mismo sitio fue…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor continúa con su sección veraniega titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «(…) Qué pena. Patrimonio de la Humanidad, dicen ¿Por qué no les obligan a cerrarla y la tapan? En este país toda la vida igual. Esto en Alemania no pasa. Ni en Francia. Di tú que si le dan dos mil años…»

Por LUIS GRAU LOBO.— El autor inicia, con este artículo, una sección de verano titulada «Las siete maravillas del mundo leonés»: «(…) Ahora los de León vienen poco, desde que cobran. Antes me entraban para rezar y pasmarse, un ratito al fresco y con la boca abierta; hoy me siento una tragaperras de esas con luces de colorines….».